Colaboraciones
Southern California: la huelga de los trabajadores
de supermercados
Autor:
Celeste Murillo, especial para P.I.
Fecha:
06/01/2004
Cuando se publica este
artículo los trabajadores y trabajadoras de Albertson's,
Vons y Ralphs entran en el cuarto mes de huelga.
Si hay algo más parecido a un capitalista de Los Angeles
del 2003, es un capitalista de Los Angeles de principios del siglo
XX. Esta ciudad nació como un centro comercial libre de
sindicatos para competir con la poderosa San Francisco, ya plagada
de organizaciones obreras.
Para la Segunda Guerra Mundial la ciudad se transformó
en la mayor concentración de fábricas aeroespaciales
sobre la tierra, y la segunda en la industria de aviones y automóviles.
Con la Lockheed Matin y la Aircraft llegaron los obreros que construyeron
no sólo sus casas, sino también sus sindicatos.
Para mitad del siglo XX los obreros de Los Angeles eran los obreros
mejor pagos del país en ese rubro, junto a los de Detroit
(industria de automóviles). Por lo tanto se constituyó
en una de las ciudades de mayor poder adquisitivo, hubo un boom
de construcción de viviendas, de consumo, etc. (1)
Pero todo cambió a fines de los ’70 y los ’80.
Primero, la crisis de la industria de autos y con el final de
la Guerra Fría llegó el fin de la industria aeroespacial.
La Lockheed cerró en 1992, dejando a miles de trabajadores
en la calle. A partir de los ’90 y el supuesto boom económico,
florecieron las empresas de servicios. (2)
Una huelga en la soleada California
El 12 de octubre amaneció enrarecido para los habitantes
del Sur de California: 70 mil trabajadores y trabajadoras se declararon
en huelga contra los capitalistas de Albertson's, Vons y Ralphs
(cadenas de supermercados).
El día anterior, el Sindicato de los trabajadores de la
Alimentación y Comercio (United Food and Commercial Workers-UFCW)
resolvía la huelga, en defensa de las conquistas obreras
en la mira de los empresarios, el seguro médico, la antigüedad
y la estabilidad laboral. El 98% de los trabajadores de Albertson's,
Vons y Ralphs votaron a favor de la huelga. (3)
Los dueños Albertson's y Vons and Ralphs se quejan porque
la entrada de Wal-Mart al negocio de las comidas causaría
grandes pérdidas, ya que los trabajadores de la enorme
cadena (hoy cuestionada hasta por la justicia norteamericana)
no gozan de los mismos derechos y cobran salarios mucho más
bajos. El salario de un cajero de Wal-Mart es de 8 dólares,
mientras que un cajero en Ralphs cobra 18 dólares. (4)
Los trabajadores de estos establecimientos tienen grandes conquistas,
como es el 100% de cobertura médica(5), jubilación
y horas extras, los nuevos contratos propuestos por las empresas
consisten en el recorte de beneficios del seguro médico
al 50% (que alcanzaría a los jubilados también),
establecer un sistema de dos niveles salariales, o sea trabajadores
de primera y de segunda. (6)
Desde 1997, cuando tuvo lugar la huelga nacional de UPS (correo)
que causó un gran impacto, no se ve una acción de
trabajadores de esta dimensión. Dos tercios de los trabajadores
son mujeres, un tercio pertenece a minorías raciales. (7)
El clima que se respira en el país de Bush
Desde los ataques a las Torre Gemelas en 2001, ha primado un
clima reaccionario y han estado a sus anchas los neo conservadores
aplicando leyes duras a los que levantan la voz: la ley antiterrorista,
la persecución de árabe-americanos, la represión
a los activistas anti-guerra...que se continúa hoy con
un ataque sostenido a las libertades civiles y democráticas,
como la intervención abierta de la CIA en la vida del pueblo
norteamericano, el ataque a los derechos de las mujeres; y ataques
económicos, centralmente alrededor del recorte del sistema
social del que viven no sólo los más de 36 millones
de indigentes (8), sino gran parte de la población empobrecida
y los nuevos desocupados.
En el movimiento obrero estos ataques a las libertades democráticas
resonaron claramente en la prohibición de derechos sindicales
en la única fuente de trabajo directa que ha creado el
gobierno federal: el área de seguridad. Aunque esto no
es nuevo, ya que Bush (como su padre) representa a los sectores
más enemigos de la libertad de organización, y siempre
ha apoyado a los estados "libres" de sindicatos, en
el sur del país, donde cuanto más cerca de la frontera
con el Río Grande, más aumenta la cantidad de maquilas
y el trabajo esclavo.
La precarización del trabajo es una realidad, sin embargo,
los dirigentes sindicales intentan evitar huelgas y acciones.
California, es hasta ahora la excepción, no por una supuesta
mayor combatividad de sus burócratas, sino en realidad
por la decisión de sus trabajadores y trabajadoras, que
se han puesto de pie y han dicho BASTA, o como dicen ellos "enough
is enough" (esto ya es suficiente).
Sin embargo, esta no es la situación de las grandes concentraciones
de la clase obrera industrial. Por el contrario, los grandes sindicatos
como la UAW (Sindicato de Trabajadores de Autopartes) acaba de
re-negociar contratos anti-obreros con las grandes empresas automotrices
(9). Los trabajadores de las grandes industrias, sometidos a un
mayor ritmo de producción (la fórmula milagrosa
de la gran productividad), cargan sobre sus espaldas la supuesta
recuperación, que hasta ahora no ha generado ni la mitad
de los puestos de trabajo que había prometido la administración
Bush (10)
Nada es como era antes...de la guerra contra Irak
La huelga ha despertado una inmensa solidaridad. El lenguaje
que se habla hoy entre los trabajadores y trabajadoras de los
supermercados y los vecinos de la soleada California es: "Si
tocan a uno, tocan a todos". Tal es el lema de la Organización
de Solidaridad con los Huelguistas (Los Angeles Strikers Solidarity
Organization) formada por la comunidad, centralmente muchas organizaciones
anti-guerra.
Las últimas semanas estudiantes, vecinos, trabajadores
de otros gremios han organizados boicot, mitines, marchas y hasta
piquetes en los supermercados para impedir el funcionamiento de
estas cadenas. Sólo durante las primeras semanas, según
Los Angeles Bussines, los empresarios han perdido 10 millones
de dólares por día (11).
El repudio que existe entre grandes sectores de la población
hacia los intereses corporativos, muy cuestionados desde el inicio
de la guerra, por los contratos multimillonarios de corporaciones
norteamericanas en Irak, se traducen hoy en solidaridad y repudio
al ataque de los capitalistas.
Durante las grandes movilizaciones fueron los estudiantes y la
juventud los que apuntaron contra las corporaciones que sacan
provecho de la agresión imperialista comandada por Bush
en Irak. Hoy, son los trabajadores quienes enfrentan a las odiadas
corporaciones, así lo entienden quienes apoyan con convicción
a los huelguistas. "Vení a la marcha en apoyo a los
trabajadores que enfrentan a la América corporativa...Sabemos
que la mayoría de los habitantes de Los Angeles apoyan
esta huelga, demostrémoslo...Hagamos una gran marcha y
ganemos esta huelga!" rezaban las paredes empapeladas por
el comité de solidaridad antes de la marcha del 23 de noviembre.
Muchas de las organizaciones de base anti-guerra de la región
están funcionando como centros de solidaridad con la huelga,
a propuesta del sindicato, cada organización "adopta"
una sucursal y acompaña a los huelguistas, haciendo piquetes
o marchas. Así lo hicieron los estudiantes universitarios
de la Universidad de California (UCLA) el sábado 22 de
noviembre, en la sexta semana de huelga. Incluso el diario de
la universidad publicó en su portada la movilización
y sigue cotidianamente la huelga.
Contundentes, aunque no generalizadas, fueron también
las muestras de solidaridad obrera, los portuarios de California
(puerto de San Pedro) realizaron su asamblea sindical en la puerta
de Albertson, reuniendo a 3000 trabajadores. (12) Los camioneros
realizaron la medida más importante: 8000 trabajadores
abandonaron sus puestos, dejando sin distribución a 860
tiendas de la región. (13)
El sindicato de los trabajadores de limpieza realizó una
huelga de hambre durante tres días para el Día de
Acción de Gracias, y los sindicatos de actores, maestros,
trabajadores de la salud y otros realizaron mitines y reuniones.
A pesar de estas actitudes solidarias, los sindicatos no han
sobrepasado un milímetro los límites impuestos por
la AFL-CIO y no han exigido acciones a las grandes organizaciones.
Hasta hoy, las medidas más significativas han quedado en
manos de los comités de solidaridad y los trabajadores
individuales u organizaciones políticas.
La lucha de los trabajadores ha encontrado eco en una sociedad
que ha cambiado. El contexto en el que se desarrolla esta acción
no es el mismo que a fines de los ’90, ha cambiado la situación
económica, se ha deteriorado el sistema social y surgieron
(así como otros se revitalizaron) movimientos sociales
y políticos.
En 1999 en Seattle ocurrió lo que no sucedía hace
décadas: estudiantes y trabajadores en un mismo palco,
la AFL-CIO se “abría” a otros sectores sociales.
Sin embargo, para desilusión de muchos, no fue más
que una mueca. Pero abrió las puertas a lazos de solidaridad
(aunque no sin contradicciones) con el movimiento estudiantil
que se movilizó (y lo sigue haciendo) para a defender los
derechos de los trabajadores. A las manifestaciones anti-global
se sumaron las huelgas estudiantes contra las “fábricas
del sudor”, contra los contratos injustos de los trabajadores
universitarios. Muchos de estos estudiantes fueron los que rápidamente
después de los ataques del 11 de septiembre se pusieron
en marcha contra la guerra.
Estos movimientos permitieron a su vez que se fortalezcan luchas
como la de los inmigrantes, que recientemente marcharon a Washington
exigiendo la legalización de los millones de trabajadores
ilegales que todos los días “limpian las casas, sirven
las mesas y arreglan los jardines” de los ricos.
La lucha de los trabajadores de los supermercados del Sur de
California tiene hoy, sin dudas, mayor respaldo que aquellas huelgas
duras durante los’90 (como la de UPS en el 1997 y la de
General Motors en el 1998). Sin embargo, como ayer, los trabajadores
mantienen una cuenta pendiente con los capitalistas norteamericanos,
que han arrojado a millones al desempleo. El fortalecimiento de
la huelga de los supermercados podría abrir nuevas perspectivas
para las luchas obreras en Estados Unidos, centralmente porque
las demandas son enormemente sentidas por grandes sectores.
La guerra ha desnudado, en parte, los intereses capitalistas
a los ojos del pueblo norteamericano, y han sido señalados
por una vanguardia que los denunció valientemente en medio
de un clima anti-terrorista. El empeoramiento de las condiciones
de vida, sobre todo de la clase trabajadora, plantea un gran problema
a las medidas que necesitan los capitalistas para hacer sostenible
el "crecimiento" económico, los recortes de presupuesto,
el estancamiento de los salarios y el ataque a las conquistas
que aún existen.
El panorama abierto muestra un gran descontento con la guerra
en Irak, y el creciente número de muertos, la incertidumbre
respecto a la economía y por sobre todo una gran polarización
social y política. Una sociedad que desde el 11 de septiembre
no es la misma, desde ningún punto de vista, ha surgido
el movimiento anti-guerra, que aunque minoritario no se resigna
y se une a nuevos sectores; se ha fortalecido el movimiento por
los derechos civiles de los inmigrantes. Pero al mismo tiempo
se fortalecen los sectores de la derecha y reina un clima conservador:
las políticas de la administración Bush han avanzado
(empezando por la ocupación de Irak), limitando o eliminando
conquistas económicas y sociales: las restricciones al
Medicare (seguro médico), el ataque a las libertades democráticas
y los recortes de presupuesto están a la orden del día.
Alguien tiene que desequilibrar la balanza...hoy en el Sur de
California se juegan las primeras cartas.
Notas:
1-Harold Meyerson , Striking Home “The
grocery dispute is about more than clerks' health benefits, Los
Angeles Times, 08/12/2003.
2-Idem
3-Datos sobre la huelga: http://www.ufcw324.org/
4-Harold Meyerson , Striking Home “The grocery dispute is
about more than clerks' health benefits, Los Angeles Times, 08/12/2003.
5-Cada vez menos sectores acceden a la cobertura total del servicio
médico. Para la mayoría de los trabajadores y trabajadoras
de EEUU la cobertura médica es algo casi inaccesible.
6-Mike Schwartz, Worker’s upheaval in Southern California,
12/11/2003. Versión en español disponible en Panorama
Internacional.
7-Harley Shaiken (especialista en problemas laborales), Grocery
Strike Animates Unions. LA Times, 05/12/2003.
8-Katrina vanden Heuvel, What recovery?, 25/11/2003, The Nation.
(Versión en español disponible en Panorama Internacional)
9-New strikes and struggles show sentiment for a fightback, The
signs of resistance, Socialist Worker, 21/11/2003.
10- Katrina vanden Heuvel, What recovery?, 25/11/2003, The Nation.
(Versión en español disponible en Panorama Internacional).
11- Los Angeles Bussines, 20/10/2003.
12- Harley Shaiken (especialista en problemas laborales), Grocery
Strike Animates Unions. LA Times, 05/12/2003.
13- idem.
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