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División en el corazón del sistema
Autor: Alex Callinicos
Fuente: Socialist Workers Party Nº 1847
Fecha: 17/04/2003

Título Original:

Traductor: A. Ríos, para Partes de Guerra

Alex Callinicos explica por qué Alemania, Francia y Rusia se han opuesto a la Guerra.

La semana pasada hubo dos reuniones cumbre de gran importancia. La primera, que recibió una gran publicidad aquí, fue la reunión de George W Bush y Tony Blair en Irlanda del Norte. La otra cumbre reunió a los presidentes francés y ruso, Jacques Chira y Vladimir Putin, con el canciller alemán, Gerhard Schršder, en San Petersburgo, Rusia.

La incorporación de Chirac hizo que una reunión regular entre los líderes alemanes y rusos se transformara en una cumbre de los tres gobiernos contra la guerra más poderosos. Hasta el momento ninguno de los tres ha dado grandes señales de arrepentirse por su oposición a la guerra, a pesar de la victoria militar de Norteamérica. “No pude haber ningún orden internacional durarero que se base en la lógica del poder,” declaró Chirac en San Petersburgo.

Chirac, Putin y Schršder son tres de los oportunistas más grandes de la política mundial. ¿Por qué han tomado una posición tan dura contra la guerra? Chirac es la figura clave. Ni Putin ni Schršder hubiesesn podido, por sí solos, poner una enérgica resistencia a la línea de Bush y Blair. Francia, al igual que Gran Bretaña, todavía tiene pretensiones de ser una potencia mundial, y puede asestar una gran golpe militar.

También tiene un sitio permanete en el Consejo de Seguridad Permanente de las Naciones Unidas. Fue la oposición de Francia a la guerra lo que provocó un descontento generalizado entre la mayoría de los gobiernos del mundo en algo mucho más cohesivo.

¿Por qué Chirac asumió esta posición? Algunos enfatizan la antigua relación económica de Francia con el régimen bazista en Irak, la que se remonta al período cuando Chirac era primer ministro de Francia a mediados de los 70. Pero uno puede argumentar que la mejor manera de asegurar las inversiones de Francia en Irak pudo haber sido acordar con el belicismo de Blair.

No es muy probable que un victoriosa Casa Blanca, que se encuentra muy ocupada distribuyendo contratros en Irak con su amigotes, le haga algún favor económico a los ‘franceses capituladores’. Chirac es un gaullista. Cuando Charles de Gaulle fue presidente entre 1959 y 1969, buscó construir un bloque europeo liderado por Francia para contrapesar a EEUU, incluso con el retiro de Francia del comando militar de la OTAN.

Tanto François Miterrand, presidente de Francia entre 1981 y 1995, como su oponente y sucesor Chirac, se acomodaban más a los intereses de los EEUU. Pero compartían el proyecto de construir una Unión Europea como una fuerza económica, política e incluso militar capaz de hacer frente a EEUU sobre bases iguales.

La “guerra al terrorismo” amenaza este proyecto. Ha introducido dentro de la existente Unión Europea un eje pro-norteamericano liderado por Blair, Berslusconi y Aznar. La proyectada expansión de ambas, la unión Europea y la OTAN para incorporar a países de Europa del Este y Central amenaza con inclinar el balance aún más a favor de EEUU. El secretario de defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld hizo esta amenaza explícita en sus famosos comentarios del mes de enero, cuando de manera displicente se refirió a Francia y Alemania como “la vieja Europa. Si en el presente uno mira a la OTAN de conjunto, ve que el centro de gravedad se está corriendo hacia el este.”

Chirac estaba tan enfurecido por el hecho de que varios gobiernos de Europa del este y central apoyaran una declaración pro-guerra presentada por Aznar, que amenazó con bloquear su entrada a la UE. No hay señales de que haga esto, pero es mucho lo que está en juego. La carrera belicista de Blair amenaza con debilitar el sistema bajo la cual Francia y Alemania han dominado la Unión Europea.

Puede que Chirac haya decidido que la mejor forma de defensa es el ataque. Sin duda que su oportunismo juega una parte en esto. Descubrió que la oposición de Francia a la guerra en Irak tenía una resonancia internacional extraordinara. El rol de liderazgo de una coalición internacional contra el unilateralismo de Estados Unidos pude que haya ayudado a Chirac en su lucha para mantener la dominación franco-alemana en la Unión Europea. Y es probable que la lucha continúe.

Dejando a un lado la cuestión a quién piensa atacar proximamente la pandilla de Bush, la Organización Mundial del Comercio está paralizada por una peleea entre EEUU y la UE sobre los subsidios agrícolas. Estas divisiones son importantes porque le niegan legitimidad internacional al eje Bush-Blair. Pero no tenemos que tener niguna duda de lo que está en juego. Para Chirac está en juego tanto poder y ganancias como lo está para Rumsfeld y los demás criminales de guerra en Washington.

 

 

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