11-M

España anuncia tiempos turbulentos

 

Autor: Claudia Cinatti y Juan Chingo

Fecha: 18/3/2004

Fuente: La Verdad Obrera N°135 (Argentina)




El brutal atentado del 11 de marzo en Madrid y los cambios dramáticos posteriores que llevaron a una victoria inesperada del PSOE, tendrán importantes consecuencias tanto para España como a nivel internacional. La derrota del Partido Popular de José María Aznar es un golpe para la estrategia de George Bush que acaba de perder un aliado clave para su política guerrerista, en momentos en que su presidencia es cuestionada por las manipulaciones y mentiras con que justificó la guerra contra Irak.

Los acontecimientos españoles sólo pueden comprenderse en el marco de una situación mundial volátil e inestable, signada por giros bruscos y violentos, tanto a nivel de la economía como de la política y la acción del movimiento de masas.
Los atentados a las torres gemelas en septiembre de 2001, aceleraron la decisión del gobierno de Bush, -que había asumido como resultado de elecciones fraudulentas y carecía de legitimidad-, a lanzar una política imperialista ofensiva y unilateral, basada en el enorme poderío militar norteamericano, para redefinir el dominio de Estados Unidos sobre el mundo. La guerra contra Afganistán primero y sobre todo la guerra contra Irak llevó a una gran polarización a nivel internacional, que se reflejó en las crecientes disputas entre las potencias imperialistas. Pero también en la emergencia de un movimiento de masas inédito, con epicentro en los países aliados de Estados Unidos –Gran Bretaña, España, Italia- donde millones salieron a repudiar esta guerra imperialista.
La derrota electoral del Partido Popular en España no se puede explicar si no es por medio de la combinación de estas enormes contradicciones internacionales y de las que se desarrollaron en el estado español durante los dos mandatos del derechista Aznar.
El 90% de los españoles se había opuesto a la participación en la guerra contra Irak y millones se movilizaron en todo el país contra la decisión del gobierno español de sumarse incondicionalmente al bando norteamericano.
El salvaje atentado en Madrid que se cobró la vida de 200 españoles y dejó más de mil heridos, en su abrumadora mayoría trabajadores y estudiantes, fue un detonante para que estas contradicciones se expresaran en las calles y en el resultado electoral.
Inmediatamente después del atentado, quedaron al descubierto las mentiras descaradas del gobierno de Aznar que inculpó a la organización separatista vasca ETA por la masacre, pretendiendo ocultar así que era responsable de que el pueblo español pagara las consecuencias de sus políticas imperialistas. La actitud del gobierno de pretender usar el terror de la población para sacar ventaja electoral expuso el control gubernamental de los medios de comunicación y el servilismo de estos que, como en Estados Unidos con la mentira escandalosa de Bush de las armas de destrucción masiva, no dudan en reproducir las justificaciones de los gobiernos para llevar adelante masacres como la guerra de Irak. Mostró la sumisión del PSOE ante el PP e incluso Izquierda Unida que se hicieron eco de la “unidad nacional” que intentó imponer Aznar. Pero sobre todo dio lugar a la acción de miles que salieron a las calles, desafiando la veda electoral y el uso que el gobierno pretendió hacer de los muertos y los heridos, y gritaron a toda España y al mundo su indignación, corearon consignas contra la ocupación de Irak, exigiendo el retorno de las tropas españolas, y finalmente el domingo 14 de marzo le dieron el triunfo electoral al PSOE.

Las contradicciones profundas que llevaron a la derrota de Aznar

Aunque era evidente que el PP estaba declinando lentamente y se discutía mucho la posibilidad de que ganara pero sin retener la mayoría absoluta que tenía hasta ahora, nada antes del 11M parecía indicar la derrota de su candidato Rajoy. En realidad, más que ganar el PSOE perdió el PP.
El partido de Rodríguez Zapatero y Felipe González, un partido de gestores del capitalismo, formado por políticos absolutamente corruptos aunque se llame “obrero” y “socialista”, de ninguna manera podría haber derrotado categóricamente al PP, sin mediar un acontecimiento como el atentado en Madrid y la reacción inédita que generó.
La perspectiva del triunfo del PP se apoyaba sobre todo en una base social derechizada que se benefició de sus políticas neoliberales. Durante su gobierno, Aznar “sacó” a España de la crisis económica que la había llevado a tener el desempleo más alto de Europa, al precio de liquidar conquistas obreras y de “flexibilizar” las condiciones de empleo y aprovechando los subsidios de la Unión Europea. Con esta receta conocida, generó 4,5 millones de empleos ultraprecarios, y se benefició de la mano de obra inmigrante. El gobierno del PP afiló las garras de sus empresas imperialistas que casi de la nada se transformaron en grandes multinacionales, como Repsol o Telefónica en Latinoamérica, proceso que ya había empezado bajo el gobierno “socialista” de Felipe González. Este situación llevó a una creciente polarización social con el surgimiento por un lado de una nueva clase media xenófoba y profundamente antiobrera, y por otro de una masa de trabajadores españoles e inmigrantes mal pagos y “flexibilizados”.
El gobierno del PP constituyó el último capítulo de un proceso de “modernización capitalista” que atravesó España desde la salida del franquismo en los 70, que le permitió ubicarse entre las 10 principales economías del mundo. La democracia imperialista española surgió del Pacto de la Moncloa, basado en el acuerdo reaccionario de los partidos del régimen, al que se sumó el Partido Comunista, del que nació la constitución de 1978 que le dio continuidad a la monarquía y mantuvo como valor supremo la unidad del estado español sobre la base de la opresión y de la renuncia a las aspiraciones independentistas del País Vasco y Cataluña.
Pero este proceso de “modernización” dio lugar a contradicciones y fisuras que fueron agravadas en los últimos años por la política del PP, un partido surgido de las entrañas del franquismo, con su reafirmación del “españolismo” y su campaña “antiterrorista” contra la ETA. Las burguesías vasca y catalana, que habían aceptado el sometimiento al estado a cambio de jugosos negocios, ahora empezaron a rediscutir los términos de su participación en el estado español, reclamando por ejemplo el derecho a negociar en forma independiente su inserción en la Unión Europea.
Desde el punto de vista social, el carácter opresivo del régimen español con su discurso monárquico y católico, viene siendo rechazado mayoritariamente por la juventud que se ha expresado masivamente en huelgas estudiantiles y en el movimiento antiguerra.
Aunque el movimiento obrero ha sido golpeado y la burocracia sindical colaboró estrechamente en la modernización “neoliberal”, en el último año se desarrollaron conflictos obreros salvajes con enfrentamientos con la policía que expresan una España obrera y popular que aún no ha hecho irrupción plena en la escena política.
A estas contradicciones internas, Aznar le sumó una política exterior agresiva. Con el afán de negociar mejor su participación como aliado menor de EEUU en Latinoamérica Aznar compró para España las contradicciones que Bush generó en todo el mundo, participando en la guerra y ocupación de Irak contra la opinión de la mayoría de la población. El atentado del 11M actuó como catalizador, provocando un cambio en el estado de ánimo de las masas que se expresó en un importante aumento en la participación electoral y fue canalizado detrás del triunfo de Rodríguez Zapatero.
Rodríguez Zapatero intentará amortiguar las contradicciones más agudas, en el frente interno y externo. Manteniendo el compromiso con la “lucha antiterrorista” y el carácter centralizador y opresor del estado español, probablemente intente una política más “dialoguista” hacia las nacionalidades, y si las circunstancias se lo exigen, conceder cambios constitucionales menores para contener lo más posible la situación y dilatar la tendencia a la descomposición de España. Pero este frente no será nada fácil debido a la nueva fortaleza que adquirieron los nacionalistas, como muestra el fortalecimiento electoral de Esquerra Republicana de Catalunya, desbancando a los nacionalistas neoliberales y conciliadores de Convergencia i Unió. Tampoco será fácil el frente social donde los sectores más golpeados por las políticas del PP pueden aprovechar el triunfo del PSOE para fortalecer sus reclamos. Demasiado para un gobierno débil que ha dicho que gobernará en minoría.

Las consecuencias internacionales del 11M

La prensa internacional calificó con razón el resultado electoral en España como un verdadero terremoto político a nivel mundial, ya que profundiza el aislamiento de Bush y sus aliados Blair y Berlusconi, y fortalece al bloque imperialista europeo dirigido por Alemania y Francia. Esto abre la posibilidad de una participación mayor en Irak de las Naciones Unidas y de potencias que se opusieron a la guerra unilateral de Estados Unidos, que pueden aprovechar situaciones de crisis para beneficiarse.
La promesa de Zapatero de retirar las tropas españolas de Irak el 30 de junio “si no hay una intervención de conjunto votada por la ONU”, abre un momento de tensión e incertidumbre sobre la suerte de la ocupación imperialista de Irak, que viene sufriendo la acción de la resistencia local. Los socios menores de la coalición militar imperialista, Polonia, Japón, Italia y Australia, se verán sometidos a la doble presión tanto de sus poblaciones que temen ser blancos de nuevos atentados, como de los EEUU, que debe evitar que un posible retiro español se transforme en una crisis mayor de la aventura imperialista en Irak. Esta situación aumenta el costo de la ocupación de Irak para Gran Bretaña y el gobierno de Blair, que tiene una alianza estratégica con Estados Unidos.
Ya Bush y los más conspicuos neoconservadores, han salido al cruce de esta perspectiva, denunciando que el retiro de las tropas de Irak no sería más que una claudicación al “chantaje terrorista”. El gobierno norteamericano intentará subir la apuesta en su “guerra contra el terrorismo”, plantándose tanto hacia el mundo como ante el electorado norteamericano como el único que puede hacer frente a esta amenaza a la seguridad. En este marco no puede descartarse que se aceleren los tiempos de una operación punitiva sobre el norte de Pakistán, donde aparentemente se habrían concentrado las huestes de Al Qaida e inclusive el mismísimo Bin Laden, luego de la guerra de Afganistán.
Con las elecciones norteamericanas por delante y la perspectiva de una derrota de Bush, asoma en los próximos meses una situación internacional tensa e inestable, en la cual la posibilidad de nuevos atentados y de cambios bruscos estarán a la orden del día.

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Los atentados, el movimiento antiguerra y la posición de los socialistas revolucionarios

Autor: Gustavo Dunga

Los revolucionarios internacionalistas del PTS repudiamos el brutal atentado del 11 de marzo y nos solidarizamos con los familiares de las víctimas que nada tenían que ver con la política reaccionaria de Aznar, que en su mayoría eran trabajadores, inmigrantes y estudiantes. Estamos lejos de la hipocresía de los dirigentes de los países imperialistas como Bush, Blair, Chirac, Prodi, Berlusconi que con lágrimas de cocodrilo salieron públicamente a lamentar los atentados y hoy discuten apuntalar su política anti terrorista. Ellos llevan adelante guerras (aunque unos en forma “unilateral” y otros busquen el paraguas de la ONU) con armamento altamente sofisticado para evitar bajas en las fuerzas imperialistas pero cada vez más mortífero para la población de los países semicoloniales atacados, como pudo verse en la guerra del Kosovo1 , en Afganistán y en Irak. Las potencias imperialistas, desde la Segunda Guerra Mundial al menos, atacan indiscriminadamente a militares y civiles. Todos sus lamentos por la “paz” son totalmente cínicos. Ellos son los principales terroristas.
Zapatero y los “socialistas” del PSOE que ganaron las elecciones, son “social imperialistas”, apoyan todas las guerras “humanitarias” de la ONU y son enemigos de la autonomía de las nacionalidades, furiosamente monárquicos y defensores acérrimos de los intereses de los monopolios españoles. Su principal dirigente “en las sombras”, Felipe González, fue presidente desde 1982 a 1996, acompañando los primeros años de Menem y sus escandalosas privatizaciones. ¡No nos olvidemos de Aerolíneas Argentinas, los teléfonos, el gas y la luz donde intervinieron los españoles de la mano del “gobierno socialista” (Repsol se quedó con YPF a fines de los ’90, con el gobierno de Aznar)! Durante su gobierno se crearon los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) una banda paramilitar estrechamente relacionada con las fuerzas de seguridad del estado, que emprendió la guerra sucia contra ETA.
Confiamos firmemente en que solamente la unidad internacional de los trabajadores y los pueblos oprimidos, su organización y lucha pueden acabar con los atropellos, la explotación y las guerras de opresión a las que nos arrastran el capitalismo y los gobiernos imperialistas. El interés elemental de los millones de trabajadores y jóvenes del movimiento antiguerra y los pueblos oprimidos del mundo que ayer se opusieron a la guerra, es hoy luchar por el retiro inmediato de las tropas imperialistas de Irak y todo Medio Oriente.
Desde esta perspectiva nos oponemos a cualquier tipo de terrorismo individual por fuera de la movilización de las masas, ya que confunde y desorganiza a los trabajadores y atenta contra la unidad, como en este caso, de la lucha de los trabajadores y los pueblos ibéricos, con las masas árabes de Irak y Palestina y su deseo de liberación nacional contra la opresión y ocupación imperialistas. Como planteaba Trotsky dirigente de la Revolución Rusa y el Ejército Rojo «para nosotros el terror individual es inadmisible precisamente porque empequeñece el papel de las masas en su propia conciencia, las hace aceptar su impotencia y vuelve sus ojos y esperanza hacia el gran vengador y libertador que algún día vendrá a cumplir su misión». Y es cualitativamente más nocivo el terrorismo de organizaciones reaccionarias como Al Qaida, dirigida por ex miembros de la monarquía saudita, enemiga de la organización y la lucha de las masas musulmanas.
Los socialistas revolucionarios llamamos a los jóvenes y trabajadores que se opusieron a la guerra en todo el mundo a formar un gran movimiento por el retiro de las tropas de ocupación de Irak y todo el Medio Oriente, los convocamos a apoyar la justa lucha del pueblo palestino y por la derrota del guerrerista estado de Israel y a oponernos a cualquier política xenófoba contra los inmigrantes musulmanes o que intente cercenar las libertades democráticas en los países centrales.

1 Este ataque se dio en momentos en que el principal cargo político de la OTAN lo ocupaba el “socialista” español Javier Solanas, ex canciller de Felipe González.


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“Vuestro petróleo, nuestros muertos”

España fue uno de los países del mundo donde se expresó en forma masiva la oposición a la guerra en Irak. Durante febrero y marzo del año pasado, previo al inicio de la invasión a Irak por parte de las tropas lideradas por EE.UU., las centrales sindicales y los movimientos sociales, artistas e intelectuales convocaron millones de manifestantes en Madrid y Barcelona y cientos de miles en Málaga, Córdoba, Morón de la Frontera (Sevilla), Oviedo, Pontevedra, Mallorca, Bilbao, Pamplona, Valladolid, Albacete, Murcia y otras ciudades.
La amplitud de las consignas denotaba el carácter pacifista de estas movilizaciones: “España hay quien te quiere y hay quien te USA”, “Por la Paz” aunque también contra Bush, Blair y Aznar y el gobernante PP. Este movimiento aunque altamente progresivo no logró torcerle el brazo a Aznar, que participó en la cruzada guerrerista de Bush con el 90 por ciento de la población en contra. Durante el transcurso de la guerra hubo distintas acciones como actos, boicots, intentos de huelga entre otras medidas de menor envergadura pero más militantes.

El 11M y el resurgimiento del movimiento antiguerra

Luego del brutal atentado del jueves 11 en los trenes de Madrid, Aznar lanzó la burda maniobra de acusar a ETA para sacar rédito electoral.
Entre los millones que se movilizaron el viernes muchos diarios daban cuenta de la división implícita que había en las manifestaciones entre quienes decían “ETA no” y quienes coreaban “Guerra no”. En Barcelona los dirigentes regionales del PP se vieron en aprietos cuando miles de manifestantes les gritaban: ¡asesinos!. A medida que aparecían evidencias categóricas que demostraban el origen islámico de los autores de la masacre, la maniobra del gobierno del PP se fue desmoronando rápidamente y se volvió en su contra.
El sábado 13, en forma espontánea convocados por correo electrónico y llamados de teléfonos móviles se fueron congregando manifestantes en las sedes del Partido Popular que exigían saber la verdad y denunciaban la maniobra del gobierno. «¿Quién ha sido?» se preguntaban. Se fueron sumando colectivos y movimientos sociales, apareciendo las consignas del movimiento antiguerra en Madrid, Barcelona y Valencia. Ya eran miles contra Aznar y el PP. Se podía ver y oír: “Vosotros fascistas sois los terroristas», «asesinos», «vosotros ponéis las guerras, nosotros los muertos», “Los obreros pagan las guerras del capital”, «las bombas para Irak, caen en Madrid», “Nosotros dijimos no a la guerra». La consigna «vuestro petróleo, nuestros muertos” es una buena síntesis de la conciencia de amplios sectores de la juventud y los trabajadores españoles de que los responsables últimos de las muertes en los trenes de Madrid son los gobiernos imperialistas que llevaron adelante la guerra de agresión a Irak y a las masas musulmanas de Medio Oriente en función de su interés en controlar esa zona del planeta clave por sus reservas petroleras.
La derrota electoral del gobierno a manos del PSOE el domingo 14 expresó que una mayoría de jóvenes y un sector importante del movimiento antiguerra pretendieron “castigar” a Aznar porque lo identifican como responsable político del brutal múltiple atentado y su pretensión de manipular la información a favor del candidato presidencial del PP.



     
 

 

   
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