Gobierno Irakí

Nueva Fachada Para la Ocupación Imperialista

 

Autor: Juan Chingo

Fecha: 14/6/2004

Fuente: La Verdad Obrera



En los ultimas días Estados Unidos está intentando salir del atolladero en el que se había transformado la situación en Irak, a través de un dinámico proceso político que parece haberle permitido retomar un tenue control de la situación pero dejando abiertos enormes interrogantes sobre el futuro.

Una tercera fase de la ocupación norteamericana

Desde que se inicio la guerra de Irak , los Estados Unidos han pasado por tres fases, que indican distintas relaciones de fuerzas tanto internas y a nivel regional como diversas alianzas políticas de las fuerzas de ocupación.

La rápida y contundente victoria militar señala la primera fase. La debacle del régimen de Saddan Hussein otorgó una enorme influencia y poderío a los Estados Unidos en la región , como se vio en las amenazas de guerras y fuerte coerción ejercida sobre los gobiernos árabes vecinos, en particular Siria, si no se avenían a los designios norteamericanos.

La emergencia de la resistencia sunnita y la consolidación de una guerra de guerrillas marcan el inicio de la segunda fase. Durante este periodo, mientras las fuerzas norteamericanas se concentraban en la operaciones contrainsurgentes contra el llamado “triangulo sunnita”, los Estados Unidos gozaron de la tolerancia de los clérigos shiitas con la ocupación , que a cambio mantener la calma de la población en el sur del país y en las barriadas pobres de Bagdad donde viven la mayoría shiita y de no hostigar al Ejercito norteamericano buscaban asegurarse una posición dominante en el futuro Irak. Esta política de la cúpula clerical shiita , en especial de su líder mas renombrado, el ayatolá al Sistani, contaba con el beneplácito de Irán quien a cambio de este comportamiento de sus aliados irakies veía la posibilidad geopolítica histórica de sacarse de encima a su enemigo histórico en la región, Irak, ya sea mediante un gobierno neutral hacia Teherán o , en el mejor de los casos, decididamente pro-iraní.

Los levantamientos simultáneos de las guerrillas sunnitas y de las milicias shiitas del clérigo Al Sadr en abril de este año marca el fin de esta fase y la entrada en la situación actual. En el terreno militar esta significa la negativa de los Estados Unidos a embarcarse en una guerra de contrainsurgencia de gran escala, graficada en su incapacidad, falta de voluntad y limites políticos para doblegar a la guerrilla en un combate casa por casa . Por el contrario, la tregua en Al Fallujah marca un nuevo acercamiento hacia los hasta hace poco defenestrados oficiales del antiguo ejercito irakí y los viejos funcionarios del Partido Baath y un distanciamiento parcial de sus recientes aliados del shiismo religioso.

Esta ultima fase se ha institucionalizado con la conformación del nuevo gobierno. Contra la misma opinión del enviado de la ONU, Lakhdar Brahimi, cuyo candidato a primer ministro, el científico nuclear y cercano a al Sistani , Hussein al Shahristani, fue dejado de lado por la presión norteamericana . La composición refleja una mayoría de intelectuales y antiguos exiliados irakíes totalmente inclinados hacia los Estados Unidos, como el nuevo primer ministro ,Iyad Allawi, caracterizado por sus lazos muy estrechos con la CIA y el M16 o servicio de inteligencia británico, en otra palabras un gobierno abiertamente títere . También resalta como apunta el diario el País de España, “...dos ausencias notables: el shiismo religioso, fundamentalmente las masas de desheredados que siguen con fe ciega al gran ayatolá Al Sistani , y la de Ahmed Chalabi, el hombre en Bagdad de los neoconservadores hasta que hace unas semanas Washington le retiro su apoyo”(El País 3/6/2004).

En el plano externo , este realineamiento político en Irak significa un fin de la “entente” implícita entre los Estados Unidos e Irán y, fundamentalmente, un alivio para el régimen saudita , que temía como la peste la asunción de un gobierno y el despertar político de la mayoría shiita en Irak , temor compartido por Occidente ya que los trabajadores shiitas componen el proletariado concentrado de los principales pozos petrolíferos del reino, quines podían ser alentados a rebelarse contagiados por sus hermanos irakies amenazando de esta manera a la principal fuente de petróleo a nivel mundial. Ya es suficiente con el susto de Al-Qaeda y su creciente actividad en el reino saudí que es lo que esta detrás de los altos precios del crudo.

A pesar de todos estos limites , la conformación del nuevo gobierno es un paso adelante de Washington , que intenta retomar la iniciativa política con la transferencia de poder del próximo 30 de junio. El anuncio del desmantelamiento de importante numero de milicias es otro paso importante , aunque falte implementarlo y la guerrilla de Al Sadr se ha negado al desarme – aunque el viernes pasado dijo que apoyaba al gobierno si se comprometía a terminar con la ocupación- mientras sube su popularidad entre las masas irakies.

En el corto a mediano plazo, queda por verse si podrá mantener una cuota de estabilidad, tomando en cuenta que no era la opción preferida de Al Sistani , aunque este le da un apoyo condicionado y no cuenta con el beneplácito de Irán, cuyo líder supremo, Ali Jamenei arremetió contra el mismo acusándolo de “actuar a las ordenes de estados Unidos”al tiempo que algunos Guardias Republicanos comenzaron a blandir como amenaza una nueva oleada de 2000 atacantes suicidas contra la fuerzas de ocupación, esta vez no provenientes del fundamentalismo sunnita como Al- Qaeda ,sino de la otra rama del Islam .

El difícil equilibrio político que intenta sostener ya lo puso en evidencia la crisis desatada por la votación en la ONU: la ausencia en la resolución de la Constitución aprobada en marzo que otorgaba plena autonomía a las regiones kurdas, llevo a sus lideres a amenazar a romper con el Ejecutivo irakí y no participar en las elecciones previstas para enero, asunto que aparentemente fue resuelto el día jueves según informó el nuevo primer ministro sin otorgar ningún detalle. Esta disputa se había originado, cuando Washington rechazo la demanda kurda, después de que los lideres shiitas- incluido Al Sistani- amenazaran con “serias consecuencias” si se daba un paso semejante.

Pero sobretodo el nuevo gobierno , deberá legitimarse a los ojos de las masas irakies , sabiendo que para la mayoría de la población invadida es prácticamente un duplicado del anterior Consejo de Gobierno Irakí aparte de las enormes dificultades en infraestructura, seguridad y bienestar de la población que deberá resolver si quiere ganarse un mínimo respaldo además de liquidar a la insurgencia guerrillera que tanto en las zonas sunnitas como shiitas sigue dando muestras de actividad.

Cobertura de la ONU

Durante los pasados meses ,las potencia europeas que se habían opuesto a la guerra como Francia y Alemania se mantenían al margen mientras observaban como la situación irakí se iba deteriorando. Pero al tiempo que la posición norteamericana se iba aproximando más y más al abismo, esta posición se fue modificando lentamente frente al temor que los Estados Unidos fueran forzados a retirarse de Irak lo que constituiría un enorme debilitamiento para el principal garante del orden capitalista mundial , cuestión que fortalecería al terrorismo islámico y a las masas oprimidas del mundo afectando también los intereses y la seguridad europeas.

Esto cambio de actitud -cuya escenificación a los ojos de todo el mundo fueron la conmemoración del sesenta aniversario del desembarco aliado en Normandia al fin de la Segunda Guerra Mundial - se esta dando no sin importantes roces y pases de factura y , sobretodo sin cerrar definitivamente y volver al nivel de concordia y comunicación anterior a las enormes brechas que se abrieron con la guerra de Irak
En lo inmediato, esta renovada solidaridad se plasmo en la votación por unanimidad -después de cuatro borradores - de la ansiada resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que al menos da un barniz de legitimidad a lo que no es mas que un mero gobierno títere de los Estados Unidos.

El ultimo punto de discordia fue sobre las operaciones militares, donde Francia había sugerido a los Estados Unidos que el nuevo gobierno irakí tuviera poder de veto sobre la operaciones norteamericanas dentro y desde Irak, cuestión que fue rechazada abiertamente por los Estados Unidos. Aparentemente lo que se discutía no es solo una cuestión de pacificación interna, sino que con el escenario de un fuerte deterioro de la seguridad saudita como telón de fondo, no puede descartarse ante un salto en la crisis que las tropas norteamericanas sean ordenadas a cruzar las fronteras saudíes ,cuestión en la Francia estaría posesionándose a si misma para bloquear-o al menos influir- si ocurrieran tales acontecimientos .

Aun un terreno pantanoso

La conformación del nuevo gobierno irakí y la aprobación de la llamada transferencia de soberanía por la ONU ha mejorado en lo inmediato la situación de Estados Unidos y significan un cierto respiro para las chances electorales de Bush, al menos si lo comparamos con la sucesión de desastres y malas noticias de las semanas pasadas.

Pero todavía esta lejos el momento del relax para las fuerzas de ocupación norteamericanas. Las voces de alarma siguen rondando. Un decano de la política exterior norteamericana y ex secretario de estado, Zbigniew Brzezinski, alerta: “...cuanto más se prolongue la presencia militar estadounidense, mas probabilidades hay que se intensifique la resistencia irakí...El establecimiento de un plazo razonable para la salida de las tropas estadounidenses –lo bastante alejado como para que no aparezca una retirada apresurada, pero lo bastante cercano como para que los irakies puedan centrar su atención en la necesidad de ser autosuficientes...Abril de 2005, dos años después del inicio de la ocupación, podría ser una fecha limite apropiada para que concluyese la presencia militar de Estados Unidos....Un plazo firme para la retirada seria la única forma de convencer a los irakies de que tenemos verdaderamente intención de irnos...La resistencia actual podría intensificarse hasta ser una guerrilla urbana similar a la que llevaron hace cinco décadas los argelinos contra los franceses.”(“Un cambio radical de rumbo”, El Pais 7/6/2004)

La Batalla de Irak todavía no esta resuelta. Multipliquemos los esfuerzos y las acciones por la derrota de la ocupación imperialista en todo el mundo.


     
 

 

   
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