México

Preparemos el Paro Nacional

 

Autor: Martín Juarez

Fecha: 7/10/2004

Fuente: LTS - Estrategia Obrera N° 40


Los últimos meses, los planes impulsados por el gobierno de Fox y el PAN, con el apoyo abierto del PRI, encendieron una formidable respuesta en las calles, y se hace probable la perspectiva de mayores enfrentamientos entre los trabajadores y sus verdugos. El gobierno y los partidos patronales, para garantizar la recolonización del país, intentarán evitar la generalización y la radicalización de la lucha obrera y popular.

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Desde la movilización del 27 de Nov. del 2003, los trabajadores realizaron numerosas acciones de protesta. En ese contexto, la lucha del Seguro Social se convirtió en la punta de lanza del descontento contra el gobierno y sus planes.
Una gran disposición a la lucha se mostró el 31/8, cuando miles marchamos por las calles del Distrito Federal al grito de "No a la reforma", y luego de ello el 1/9, cuando la falta colectiva convocada por la dirección del SNTSS, el SME y otros sindicatos de la UNT se transformó en el primer paro unificado de distintos sectores obreros en décadas. Esto fue acompañado por el cerco al Congreso de la Unión, donde miles mostraron su descontento con las instituciones de esta "democracia para ricos".
Estas jornadas de lucha mostraron importantes avances en la acción y la conciencia de sectores de la clase obrera. Aunque el paro se limitó a los sindicatos afiliados a la UNT y al SME, y en algunos sectores se realizó solamente durante una parte del día, su importancia radicó, en primer lugar, en que, ante el ataque, los trabajadores pusieron en práctica sus métodos de lucha, como la movilización, los cortes de calle y la huelga.
La burguesía sabe bien que estas acciones abren la posibilidad de que los trabajadores retomen el camino de las luchas radicalizadas y las huelgas de los años ´70 (camino que fue truncado por la represión y el desvío de la "apertura democrática"). Hacia esa posibilidad apunta también la incipiente aparición de sectores antiburocráticos y el hecho de que sectores obreros comiencen a ver en la huelga la vía para imponer sus reivindicaciones. A pesar de sus límites, el paro del 1º de septiembre agitó el fantasma de una acción coordinada de todos los trabajadores. A la patronal le preocupa que, en el futuro, los trabajadores de los servicios confluyan con la clase obrera industrial. Y es que de darse una huelga general de quienes producen y ponen a funcionar el sistema capitalista, podría cuestionarse la dominación burguesa y echar por tierra los planes del FMI impulsados por el "gobierno del cambio".

LAS DISYUNTIVAS DEL GOBIERNO

Después del 1º de septiembre, una disyuntiva se le presentó a Fox. Si avanzaba con todo para imponer las reformas exigidas por el imperialismo, podía provocar un salto en la movilización.
Este peligro se agravaba por el desprestigio de instituciones como el Congreso y la Justicia, y se potenciaba por el fuerte enfrentamiento entre los partidos.
Ante ello, el gobierno eligió (al menos por ahora) echar paños fríos, llamando a una "tregua" dirigida al Sindicato del Seguro Social y a los partidos. En ese sentido van las reuniones con los partidos, buscando negociar la agenda parlamentaria y acordar aspectos de las "reformas estructurales". Mal nos puede ir a los trabajadores con estos intentos de estabilizar el régimen, que buscan mejores condiciones para avanzar en el ISSSTE y en la privatización "silenciosa" de la CFE.
A pesar de la necesidad de estabilizar el régimen, la cercanía de la carrera electoral y el creciente descontento, pueden impulsar al PRI y al PRD a distanciarse del gobierno, con el fin de mantener su perfil opositor; ese es el sentido del desaire de Madrazo a Fox. A la vez, desde el gobierno y el PAN se está golpeando al PRD, como muestra el intento de desaforar a AMLO y de recortar el presupuesto del Distrito Federal.
Con este ataque el gobierno federal busca desgastar políticamente a un potencial adversario en el 2006. Como explicamos en otro artículo, esto no responde a que AMLO sea una alternativa para los trabajadores, sino que expresa una fuerte pelea electoral que ya ha comenzado.
Aun no está claro si Fox finalmente impondrá (a través de la Corte Suprema y la PGR) el desafuero de AMLO. Ello profundizaría el descrédito del régimen de la alternancia y podría alentar el surgimiento de un movimiento democrático de masas en defensa del jefe de gobierno.

PARO NACIONAL Y MOVILIZACIÓN CON INDEPENDENCIA DE CLASE

En este contexto de descrédito del régimen de la alternancia, los trabajadores deben darle la espalda a los planteos de distintos integrantes del PRD, el PRI y el PAN, que llaman a un pacto nacional y una reforma del estado. Los mismos sólo buscan fortalecer las instituciones, y evitar y contener nuevas movilizaciones y luchas. Ante ello, los trabajadores solo podemos confiar en nuestras fuerzas.
Después de haber retrasado la convocatoria a nuevas movilizaciones, la UNT y el SME llamaron a una movilización para el 7 de octubre, y está pendiente la realización del paro del SNTSS para el 16/10 y la huelga en solidaridad de la UNT y el SME. Es fundamental que estas medidas se realicen con la mayor cantidad de organizaciones obreras y populares.
Para ello hay que exigirles a las direcciones de la UNT y del SME que pongan sus fuerzas al servicio de un paro nacional con movilización, impulsando para ello, como primera medida, el fondo de huelga. Estas organizaciones deberían dirigirse a los trabajadores de los sindicatos agrupados en la progobiernista CTM llamando a que se incorporen a la lucha. Para hacer realidad el paro nacional hay que organizarlo desde las bases, con asambleas y comités de huelga en los lugares de trabajo.
La gran lección de la lucha contra la reforma en el IMSS, es que los trabajadores no podemos confiar en la "buena fe" de la justicia y el Congreso de la Unión, que avalaron los planes del PRI y del PAN. Como apuntaron las protestas que rechazaron a las cámaras legislativas: repudio total a las trampas y engaños para desviar la lucha. Las organizaciones obreras sólo deben apostar a la movilización.
Para preparar la huelga general, hay que construir una coordinación nacional de los sectores que resisten, preparando un gran Encuentro Nacional de Organizaciones Obreras y Populares, con delegados votados en las organizaciones desde la base, con mandato y revocables, para discutir un plan de lucha y un pliego de demandas que recoja las aspiraciones de las grandes mayorías de este país.





UN PROGRAMA OBRERO DE EMERGENCIA FRENTE A LA CRISIS Y AL DESEMPLEO


Ante el descontento creciente con los planes "neoliberales", desde el PRD y desde sectores del PRI se propone "humanizar" el capitalismo. De otra parte, burgueses como Carlos Slim y la Canacintra proponen privilegiar el "mercado interno". Estos sectores comienzan a ver como factible (o cuando menos a no oponerse abiertamente) un gobierno de López Obrador para el 2006 que abandone sus medidas "populistas" y siga un curso similar al de Lula en Brasil.
Estos partidos "opositores" a Fox no cuestionan la entrega al imperialismo, los topes salariales, los despidos ni la sobrexplotadora productividad.
Ante la crisis, todos acuerdan en que los trabajadores paguemos los platos rotos.
Ante esto, la clase obrera tiene que levantar un programa de salida a la crisis, que incorpore las demandas del conjunto de los explotados y oprimidos. Este programa debe comenzar planteando un aumento general de salarios de acuerdo a una canasta básica estipulada por las organizaciones obreras, y escala móvil de salarios de acuerdo a la inflación. Estas medidas son claves para la supervivencia de los trabajadores y sus familias. Pero ello es insuficiente sin tomar medidas radicales contra el desempleo y el subempleo, como el reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados con una jornada de seis horas, acompañado de un plan de obras publicas bajo control de las organizaciones obreras.
Ante los intentos privatizadores del gobierno, que quiere entregar PEMEX, la CFE, y el sector salud a las transnacionales imperialistas -como ya entregó los bancos y la mayoría del sector paraestatal- tenemos que luchar por la renacionalización de las empresas privatizadas y "rescatadas". En PEME7X y la CFE hay que renacionalizar las áreas privatizadas. En todos los casos, no hay que indemnizar ni un centavo a los capitalistas, poniendo a funcionar estas industrias bajo control de los trabajadores.
Junto a ello, hay que luchar por las demandas de las masas rurales, levantando la necesidad de una reforma agraria radical y la plena autonomía a los pueblos indígenas. Frente al ataque a la salud y la educación, luchar por imponer un aumento del presupuesto, la nacionalización de las áreas privatizadas bajo control de los trabajadores, y un plan para poner la salud y la educación al servicio de las grandes mayorías. Para todo ello hay que dejar de pagar la deuda externa e imponer impuestos progresivos a las grandes fortunas, rompiendo todos los pactos que nos atan al imperialismo y haciendo que los capitalistas y terratenientes paguen los costos de la crisis que ellos provocaron.
Ningún gobierno al servicio de la patronal llevará adelante estas medidas, que solo serán impuestas mediante una gran lucha obrera y popular. Los trotskistas de la LTS planteamos que hay que preparar el terreno para una huelga general y para conquistar un gobierno de los trabajadores junto a los campesinos y el pueblo.



     
 

 

   
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