Bolivia: después de los últimos acontecimientos

10 de junio: Primeras apreciaciones sobre el desvío electoral en marcha

Autor: F.L. y E.A. de la dirección del PTS

Fecha: 10/6/2005

Fuente: PTS

Mientras esperamos un balance de los compañeros de la LOR-CI de Bolivia, adelantamos nuestras primeras impresiones sobre los últimos acontecimientos.

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La muerte de un cooperativista minero que intentaba llegar a Sucre, la capital oficial de Bolivia, donde se reunía el Parlamento para tratar la renuncia de Mesa, terminó de “convencer” al mirista representante de la oligarquía cruceña Hormando Vaca Díez, presidente del Senado, y al presidente de la Cámara de Diputados, a renunciar a la sucesión presidencial. Asumió provisoriamente la presidencia de la república, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Eduardo Rodríguez, el candidato de la Iglesia, del ex presidente Mesa y de Evo Morales.
Anunciaron elecciones anticipadas en un plazo no mayor a 150 días.
La “agenda” de los referéndum autonómicos es contradictoria con la de Asamblea Constituyente: la primera es un intento de las burguesías de Santa Cruz y Tarija de lograr autonomía para pagar menores ingresos al fisco y hacer todo tipo de negocios con las multinacionales que explotan el gas y el petróleo bolivianos; la segunda intenta servir de caballito de batalla para la candidatura presidencial de Evo Morales y darle una “salida constitucional” al inmenso clamor por la nacionalización de los hidrocarburos, expresado en imponentes manifestaciones de masas de obreros, campesinos y pueblos originarios.
Esta contradicción de “agendas” implica que pueda haber un desvío pero que de ninguna manera el proceso de conjunto está cerrado. Amplios sectores de vanguardia y de masas, sienten un profundo desprecio por el Parlamento y la mayoría de las instituciones del régimen político, y está viva la experiencia de las grandes jornadas revolucionarias de Octubre del 2003 que fueron expropiadas por Mesa, con la complicidad del MAS de Evo Morales y el MIP de Felipe Quispe.

Por la reacción que generó en aquel Octubre, el Ejército se mantuvo esta vez agazapado, sin intervenir, ya que en sus cálculos entraba que toda represión como la de hace un año y medio, podría radicalizar la situación y abrir paso a un alzamiento revolucionario que lo llevara a la división y la derrota. Los aterrorizaba el fantasma de 1952, cuando los mineros y fabriles de Oruro y La Paz derrotaron a la policía, destruyeron siete batallones del Ejército y lo liquidaron de la vida institucional y política por más de una década.

En el haber de las grandes movilizaciones de los últimos días se debe contabilizar:
a) La instalación y amplio debate de la idea de Asamblea Popular como órgano de frente único de las masas movilizadas, de doble poder, sobre todo a partir de la reunión del miércoles 8 que proclamó su formación en El Alto. Aunque fue sólo un comienzo, incluso tardío por la reticencia de los dirigentes de la FEJUVE, COB y demás organizaciones burocratizadas, empezó a difundir ampliamente la posibilidad de responder con la autoorganización de las masas a las necesidades de coordinación, abastecimiento, conducción política y autodefensa militar.
b) Fue significativa la presencia en esa reunión de los trabajadores de la planta de gas licuado de Senkhata, que provee a las ciudades de La Paz y El Alto, que discutieron coordinar con las Juntas Vecinales la distribución a favor de los sectores más necesitados y contra los especuladores.
c) La reunión sistemática de las 560 juntas vecinales en El Alto, donde sectores más radicalizados impusieron en muchas oportunidades su política a Abel Mamani y otros dirigentes conciliadores.
d) El Cabildo Abierto del lunes 6, donde la prensa contabilizó más de 250 mil personas movilizadas en La Paz, donde se planteó la idea de Asamblea Popular, aunque no se hizo nada en ese momento para concretarla.
e) La movilización de miles de mineros, obreros, campesinos y estudiantes, que el martes 7, sin que “bajaran” las masas de El Alto, mantuvieron varias horas de resistencia contra la represión policial que evitaba que se concentraran en el centro de La Paz.
f) La inmensa solidaridad de sectores de clase media paceña que proveyeron de alimentos y abrigos a las multitudes pobres que llegaban de todo el país.

Por los elementos indicados, aunque en lo inmediato triunfe el desvío de las elecciones anticipadas (en qué magnitud y con qué ritmos está por verse), todo hace presuponer que se ha producido un gran salto en la experiencia y conciencia de amplios sectores de las masas, y que el proceso iniciado en el 2003 seguirá vigente y nos deparará nuevos episodios de la importancia de los que acabamos de vivir.

La LOR-CI, que edita el periódico Palabra Obrera, miembro de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional, que tiene su local central y principal trabajo en la ciudad obrera, campesina y aymara de El Alto, tiene el mérito de haber levantado la estrategia “sovietista” de Asamblea Popular desde Octubre del 2003 como forma de contraponerse a las instituciones de la burguesía. Planteó que las demandas de nacionalización de los hidrocarburos bajo control obrero y campesino, y Asamblea Constituyente Revolucionaria, sólo podrían ser efectivamente realizadas por un gobierno provisional obrero y campesino, de las organizaciones que encabezaban la lucha, y apoyado en Asamblea Populares departamentales y nacionales, con delegados revocables elegidos en los campos, minas, fábricas, empresas, barrios y cuarteles.
La LOR-CI hizo una amplia agitación de masas de esta política, que incluyó la edición y pegatina de miles de afiches en el trayecto que va de El Alto a La Paz, y tuvo el honor de ser, junto al POR, una de las dos organizaciones políticas que participaron en la reunión de lanzamiento de la Asamblea Popular alteña.