México

Las trampas del régimen contra la movilización obrera y popular

 

Autor: Martin Juárez

Fecha: 10/6/2005

Fuente: Estrategia Obrera N 44


La movilización del 24 de abril expresó un gran hartazgo con el gobierno. Si el reclamo inmediato era contra la proscripción política de López Obrador, su motor fue el descontento con la miseria y antidemocracia del gobierno.
Esto se da en un marco de aumento del desempleo y del trabajo precario -de 11 millones inscritos al IMSS en el 2000 este año son 10.9 millones-, en el cual Fox no cumplió con las más mínimas expectativas de las masas. En ese contexto, en los últimos dos años se profundizó la deslegitimación de los partidos y de las instituciones del régimen de la alternancia, que aparece, ante el pueblo trabajador, como continuidad del viejo priato.
Con ese trasfondo, la manifestación del 24/4 planteó el peligro de que se desatara un mayor enfrentamiento con el régimen, superando los límites impuestos por AMLO y el PRD y confluyendo con nuevas luchas de los trabajadores.

EL PACTO AMLO-FOX AL SERVICIO DE LOS PLANES

Ante ello, el gobierno retrocedió en el desafuero, lo que fue un triunfo de la movilización democrática. Pero este retroceso fue acompañado del pacto Fox-AMLO, que le concedió un respiro al gobierno, al desactivar las movilizaciones y contener la crisis del régimen.
Este pacto buscó preservar la «estabilidad democrática» y garantizar una transición ordenada para el 2006, para lo cual debe contenerse el descontento con el gobierno y el PRI. Con esto se prepara el terreno para desviar hacia la trampa electoral las aspiraciones de cambio de las masas. Quiere evitar que se profundicen las tendencias a la lucha obrera y democrática que se han venido expresando.
Al poner todo su prestigio al servicio de fortalecer esta política del régimen, AMLO demostró, una vez más, que su rol (y el del PRD) es garantizar por «izquierda» la estabilidad de la explotación y dominación burguesa.
Ante la crisis política, el movimiento obrero no intervino con una perspectiva propia, debido a que las direcciones sindicales opositoras del SME y UNT, se negaron a movilizarse con independencia de clase del PRD y AMLO.

LAS CONTRADICCIONES EN LOS PARTIDOS

Una vez conjurada la crisis, se desató la competencia en los partidos, donde todos buscan posicionarse como los garantes de los negocios capitalistas para el 2006.
En el caso del PAN -donde Creel aparece como el candidato más fuerte- la lucha interna está cruzada por el temor a un desastre electoral provocado por la debacle del foxismo, ante lo cual quieren contener el éxodo de su base social y del apoyo empresarial, hacia el tricolor y al sol azteca.
Pero es en el PRI donde las pugnas amenazan la unidad del partido. Aunque Madrazo conserva el dominio del aparato, debe enfrentar a los candidatos del TUCOM. Si estos se unifican (por ejemplo tras la candidatura de Montiel), peligraría el triunfo del tabasqueño. Sin embargo, madracistas y TUCOM saben que una ruptura no le conviene a ninguno.
En ese contexto, las elecciones del Estado de México son un preámbulo de las presidenciales. No solo en cuanto a qué partido se perfila para la presidencia, sino en cuanto a afirmar la trampa electoral del 2006, donde la clase dominante se juega a repetir la farsa del 2000 y su «alternancia democrática».

LOS PELIGROS PARA LA TRANSICIÓN Y EL ROL DEL PRD

Ante este plan burgués, la posibilidad de nuevas luchas obreras y populares es un potencial peligro, como anunció el paro en Chiapas, y ahora la lucha del Hospital Juárez y las movilizaciones democráticas en Ciudad Juárez. Se confirma que el régimen perdió la fuerza que tenía en el 2000, ya que el descontento no se contiene tan fácilmente tras la ilusión en las instituciones «democráticas».
Frente a ello el PRD quiere posicionarse, con un discurso opositor, apareciendo como alternativa ante los trabajadores y las clases medias. Sin duda muchos honestos compañeros confían en el PRD. Pero es necesario ver que éste pone sus fuerzas para garantizar la transición del 2006, y aparecer ante los empresarios y el imperialismo como una alternativa moderada, como muestra el pacto AMLO-Fox y su candidata en el Edomex, quien se postula para gobernar al servicio de los capitalistas y pactar con los poderosos cacicazgos priístas.
Por ello, el PRD es hoy el partido de la transición, garante de desviar el descontento hacia el voto a su candidato, lo cual comienza a ser aceptado por la patronal y el imperialismo, que anunciaron su conformidad con un presidente de «izquierda». Lamentablemente, organizaciones de izquierda (como varias que participan en la ANIS), crean ilusiones en el PRD y no llaman a romper con éste.

POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE LIBRE Y SOBERANA

Retomemos la movilización, uniendo la lucha obrera y popular con las movilizaciones que repudian la antidemocracia. En ese camino, proponemos luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, impuesta con la movilización. Sólo los trabajadores y el pueblo podremos imponer nuestras reivindicaciones.
Y es que este régimen es incapaz de garantizar las demandas más elementales. Bajo la alternancia se implementan los planes de explotación y miseria, y sigue el feminicidio en Ciudad Juárez. Bajo la alternancia se mantienen a cientos de presos políticos (como los maestros de Chiapas) y se persigue a los activistas sociales y de izquierda, mientras están impunes los asesinos de la «guerra sucia». Independientemente de quien ocupe la presidencia, este régimen está al servicio de perpetuar la explotación y la subordinación al imperialismo.
Sólo una Asamblea Constituyente Libre y Soberana -sin restricción a las organizaciones obreras y de izquierda- permitirá que los trabajadores y el pueblo discutamos como enfrentar la antidemocracia y la represión en el campo y la ciudad, como romper con la subordinación al imperialismo e imponer una reforma agraria que de la tierra a los campesinos e indígenas pobres. Allí resolveremos medidas contra el desempleo y discutiremos un programa obrero de salida a la crisis.
Para ello, los trabajadores debemos luchar por las demandas de la población oprimida y explotada, encabezando la movilización para imponer esta Asamblea Constituyente, rompiendo con los partidos patronales y avanzando en la independencia de clase.
En esta lucha, los trabajadores avanzaremos hacia la huelga general y la organización democrática para la lucha. Llamamos a la izquierda a impulsar esta perspectiva al interior de las organizaciones obreras.



     
 

 

   
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