Economía y Politica Internacionales

Solo y sin amigos

 

Autor: Por William Pesek Jr.

Fecha: 22/10/2003

Traductor: David Lewin. Especial para P.I.

Fuente: Bloomberg News


Bangkok. Para George W. Bush la batalla estaba perdida aun antes de comenzarla. El presidente de los EE. UU vino a Asia para enfrentarse a su contraparte chino Hu Jintao acerca de la actual política de Beijing. La administración Bush aduce que el desaire de China al dólar está haciendo estragos en la mayor economía del mundo. El foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico fue la oportunidad de Bush de está semana de enfrentarse a Hu.
Pero Bush estaba fuera de forma. Sólo horas antes de que se encontrara con el presidente norteamericano, Hu le dijo a los empresarios líderes de Asia y el Pacífico que China mantendría la tasa de cambio del yuan estable. Para Bush, era sólo una muestra de lo que le esperaba. El comunicado final de la CEAP ni siquiera mencionó la palabra liquidez.
Y eso es todo, como dijeron.
Los comerciantes que estaban apostando a un cambio en la postura de China en el corto plazo, están ahora repensando las cosas, y con buenas razones. Los contratos a un año en yuan se debilitaron esta semana, lo que implica que la devaluación de la moneda a cerca de 8.28 por dólar se mantendrá por un tiempo. El director del Banco Central de China, Zhou Xiaochuan, dijo que el proceso de liberar al yuan parecía que iba a tomar un tiempo “relativamente largo”.
El hecho de que los Estados Unidos se hayan encontrado virtualmente solos en el tema actual puede ser un indicador de la preocupación de Asia de que el sistema financiero de Beijing puede ser demasiado frágil para sostener un yuan libremente flotante. De hecho, mientras los líderes de la CEAP no lo han dicho públicamente, algunos deben estar temerosos de que el cambio chino caiga si se lo deja libre.
Esta es una posibilidad que no suele explorarse hoy por hoy. El saber común en Washington es que el yuan está devaluado en un 40% o más, lo que le cuesta a las manufactureras norteamericanas millones de puestos de trabajo. Pero no se piensa mucho en el peligro de que suceda lo contrario.
El frágil estado del sistema financiero chino y la inestabilidad social que puede prevalecer si el país abre su economía pueden fácilmente devaluar aun más al yuan.
Los oficiales chinos no viven en el vacío, y están completamente sobre aviso de la extensión en que la Casa Blanca y el Congreso quieren que Beijing abandone su rumbo actual. Hu también entiende que en un momento en que China está poniendo en práctica una seductora ofensiva para aliviar las críticas a sus políticas, podría anotarse muchos puntos dejando flotar libremente el dinero en circulación.
Hay dos razones por las que Beijing no lo haya hecho todavía -y por las que no lo hará algún tiempo: las presiones de EE. UU y los problemas en la economía interna.
Si Beijing fuera a cambiar su tipo de cambio, parecería que está sometiéndose a las exigencias de Washington. Por lo que cada vez que algún oficial del Tesoro de EE. UU o Bush mismo llaman a China a dejar flotar al yuan, consiguen precisamente lo contrario.
“Estamos bastante seguros de que los chinos van a hacer lo que quieran”, dice Ernest Bower, presidente del Consejo de los Negocios Americano-Asiáticos, el cual representa por $51 mil millones las inversiones de compañías norteamericanas en el sudeste asiático.
Cualquier apoyo que Bush haya esperado encontrar entre los líderes de la CEAP en su reunión en Bangkok esta semana se demostró como un corto sustento. Incluso Tokio, el aliado clave de los Estados Unidos en Asia, se rehusó a secundar la petición de un yuan libremente flotante. “Japón no tiene nada que pedirle a China en lo que respecta a su tipo de cambio”, dijo el Primer Ministro Junichiro Koizumi.
El último asalto a la actual política de Beijing comenzó en Japón bajo la dirección del ex ministro de finanzas, Masajuro Shiokawa. Después de algunos meses de demandar a China que adopte una política de tasa de cambio más flexible, la contrapartida norteamericana de Shiokawa, John Snow, empezó a leer del mismo guión.
Japón está tomando ahora una postura de dejar a China decidir por si misma, lo que refleja su propia política actual. Bush aprovechó su estadía en Tokio la semana pasada para enfrentar a Koizumi y pedirle que deje de devaluar el yen. Tokio ha gastado por lo menos 13,5 trillones de yenes, o $123 mil millones, este año para controlar su cambio. Japón debe ver ahora cuán hipócrita es reclamar a Beijing que deje sobrevaluarse el yuan.
El cambio también debe reflejar en Tokio un más perspicaz entendimiento de los riesgos que envuelve el cambio en la política de cambio en China. Este país es la única fuente de crecimiento económico real en Asia. Si la economía más dinámica de Asia fuera prematuramente lastimada por dejar que su cambio fluctúe libremente, cada país de la región sufrirá las consecuencias.
Dejar las tasas de cambio del yuan estable “le sirve al desempeño de la economía china y está conforme a los requerimientos del desarrollo económico en la zona de Asia y el Pacífico y a todo el mundo”, dijo Hu. Muchos asiáticos se preguntan si los Estados Unidos entienden realmente lo que le están pidiendo a Beijing. Si China o cualquier otro país asiático echan a la basura su lucha contra el dólar, esto puede hacer mucho más daño que bien a los mercados vinculados y a la mayor economía del mundo.
Los bancos centrales en Asia solos cuentan con más del 40% de las compras internacionales de los Estados Unidos. Si dejan de enfrentar sus políticas de cambio al dólar, las reservas de liquidez de la región -las cuales son predominantemente dominadas por el dólar- no fluirán tan fácilmente a los capitales americanos. Alguien más necesitará ayudar a los Estados Unidos a financiar su déficit. Quién podría ser es una incógnita.
De todas formas, es poco probable que la administración Bush abandone el tema del cambio por lo pronto. Con las elecciones viniendo el año entrante y la economía norteamericana perdiendo empleos, China se vuelve un buen chivo expiatorio. Pero mientras la política de echarle la culpa a China puede vender bien en casa, no pasa lo mismo aquí en Asia.


     

 

   
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