EEUU

La realidad de la recuperación sin empleo

 

Autor: Bob Herbert

Fecha: 28/10/2003

Traductor: Celeste Murillo, especial para P.I.

Fuente: International Herald Tribune


El presidente George W. Bush dice que la economía de EE.UU. se está acelerando, y las estadísticas parecen apoyarlo. Pero los norteamericanos no deben esperar que mejore su nivel de vida. El país Bush no es un buen ambiente para las familias trabajadoras.

En el mundo real, que es el mundo de las familias que tratan de pagar sus hipotecas y sacan a sus hijos de la universidad, la economía sigue teniendo problemas. Mientras analistas y comentaristas de la clase acomodada aseguran a los norteamericanos que los recortes de impuestos del presidente y los miles de millones gastados en Irak han sido buenos para el producto bruto interno, la gente trabajadora está encerrada en una realidad menos optimista.

Es una realidad en la que el número de norteamericanos que vive en la pobreza ha aumentado 3 millones en los dos últimos años; los ingresos medios han caído en ese mismo lapso; y el número de familias con dos ingresos, especialmente aquellas con hijos menores de 18 años, ha disminuido agudamente. La administración puede hablar de su "recuperación" todo lo que quiera. Pero las familias trabajadoras no pueden pagar sus cuentas con datos del producto bruto interno. Necesitan ingresos de un empleo estable. Y cuando se trata de empleo, la administración Bush ha logrado el peor record desde la Gran Depresión.

El cuadro del empleo es mucho más doloroso de lo que generalmente muestran los medios. A pesar de modestos aumentos de salario que han recibido aquellos que tiene trabajo, la tasa de desempleo es del 6.1%, que representa casi 9 millones de personas. Millones más se han desalentado y dejaron el mercado laboral. Y hay millones de hombres y mujeres que están empleados pero trabajando apreciablemente menos horas de lo que quisieran.

Jared Bernstein, un importante economista del Instituto de Política Económica, ha observado las horas trabajadas por familia, más que por individuos. Es un cálculo que llega al corazón del nivel de vida de la familia. Los descensos que encontró eran "de una magnitud que se corresponde históricamente con tasas de desempleo de dos dígitos", dijo. No es sólo que hay menos miembros de la familia que trabajan. Los que trabajan, trabajan menos horas.

Según las estadísticas del gobierno, hay casi 4.5 millones de personas que trabajan medio tiempo porque no han podido encontrar un trabajo de jornada completa. En muchos casos, como señaló Gary Christmas, de la firma Challenger, en un informe reciente, el trabajador de medio tiempo "gana mucho menos dinero de lo que corresponde a su experiencia- por ejemplo un programador de computadoras trabajando en un bar."

Los economistas esperan alguna modesta creación de empleo en los próximos meses. Pero es una cualidad "justo a tiempo para la elección", e incluso los republicanos están preocupados por que el actual ímpetu no dure. El presidente ha jugado su carta del recorte de impuestos. La mayoría de los norteamericanos espera fervientemente que los gastos de Irak no duren indefinidamente. Y el mismo Secretario del Tesoro de Bush habla de un inevitable regreso a tasas de interés más alta. ¿Dónde está el milagro de la creación de empleo en esta combinación deprimente?

Mientras tanto, estas son algunas de las cosas que los trabajadores (y desocupados) norteamericanos continúan enfrentando:

Creciente impuestos locales, incluso sobre la propiedad inmobiliaria.

Aumentos anuales exorbitantes en los costos de la asistencia médica.

Aumentos del costo de las universidades públicas y privadas.

En cuanto a la economía, las familias viven muy cerca del límite. Esta situación es combinada, y se ha hecho aún más precaria, por las montañas de deuda que tienen las familias norteamericanas -hipotecas, tarjetas de crédito sobrecargadas, préstamos para la universidad, etc.

La administración Bush no ha ocultado estar comprometida con los intereses de los ricos. Se suponía que Leona Helmsley había dicho que "sólo las personas pequeñas pagan impuestos." El equipo de Bush ha transformado eso en un decreto nacional.

Una piedra angular de la política post-Depresión en Estados Unidos ha sido un compromiso con políticas que apuntaron a elevar el nivel de vida de los pobres y la clase media. Eso ha terminado.

Cuando se trata de puestos de trabajo, impuestos, educación y programas de clase media como la Seguridad Social, el mensaje de la administración Bush no podría ser más claro: Usted está solo.


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