EEUU

Las tácticas de campaña se revierten a medida que cambian los acontecimientos

 

Autor: Adam Nagourney

Fecha: 4/11/2003

Traductor: Celeste Murillo, especial para P.I.

Fuente: New York Times


Washington, 3 de noviembre –El lunes en Iowa, Howard Dean no habló de la economía, sino sobre el ataque mortal en Irak, y lo que significaría para la carrera por la presidencia. “Debilita la posición del presidente y de mis oponentes demócratas”, dijo Dean, un competidor que, como uno de los críticos más importantes de la guerra, citó el ataque al helicóptero Chinhook que se cobró la vida de 16 soldados norteamericanos el domingo. “Hay hasta ahora casi 400 personas muertas que no lo estarían si la resolución no hubiera pasado y no hubiéramos ido a la guerra”.

En Birmingham, Alabama, en un discurso frente a trabajadores en un depósito, el presidente Bush habló menos sobre la nómina de muertos y más del informe de la semana pasada, sobre el crecimiento del último período. “Nuestra economía está ganando ímpetu”, dijo, restando crédito a los demócratas que alertaron que sus recortes de impuestos devastarían la economía nacional. “Tuvimos una consistente y efectiva estrategia, y estamos progresando.”

El día fue una fotografía de la competencia presidencial, mientras la realidad –el crecimiento económico y el ataque mortal al helicóptero- se entrometen en los planes de los candidatos y esta Casa Blanca.

Los demócratas quieren culpar a Bush por una economía débil que quizás avance justo para la elección del próximo año, mientras Bush enfrenta la posibilidad de una campaña con un telón de fondo de ataques contra los norteamericanos y caos en la guerra que él comenzó.

En el mundo desordenado de la política presidencial, Bush sigue hablando de la economía –el tema que los demócratas dijeron que lo haría un presidente de un solo período. Y demócratas siguen insistiendo sin cesar sobre el tema que tantos republicanos dijeron que garantizaría su re-elección: la política exterior.

Esto podría demostrarse como un momento pasajero en la larga lucha sobre si esta campaña será determinada por la política exterior o por la economía. Aún así, en los últimos días ha habido claros ajustes de parte de los demócratas y Bush, intentando mantenerse al día –y capitalizar- el cambiante escenario.

De esta manera, el lunes en Alabama, Bush combinó una sobria declaración de perseverancia en Irak con una confiada afirmación sobre la economía. “Recuerden la semana pasada, el sorprendente anuncio –al menos confundió a algunos de los expertos- del crecimiento vigoroso del último período, y eso es bueno”, dijo. “La inflación está baja, y eso es bueno. Los ingresos de los impuestos están subiendo. La gente se queda con mayor parte de su dinero, y eso es realmente importante para el crecimiento económico”.

Varios demócratas, mientras tanto, reorganizan su mensaje sobre la economía para dar cuenta de la nueva escena. El senador John Edwards de Carolina del Norte, que hizo campaña el lunes en Iowa, dijo en una entrevista telefónica que el crecimiento económico significaría poco para los norteamericanos que seguían preocupados por el alto desempleo. “En el país, la gente está muy preocupada por los trabajos, por sus familias, preocupada por la probabilidad de que la planta o el establecimiento donde trabajan cierre”, dijo Edwards. “No existe tal cosa como una recuperación sin empleo”.

Wesley K. Clark, un general retirado, publicó una declaración escrita diciendo: “El 1 de mayo, el presidente declaró “misión cumplida” en Irak. Todavía no tenemos un plan para pacificar el país y proteger a nuestros soldados. El presidente Bush parece listo para declarar “misión cumplida” sobre nuestra economía. Yo digo: Todavía no señor presidente –hemos perdidos demasiados empleos”.

En Clinton, Iowa, el senador John Kerry de Massachussets se había presentado en un almuerzo cuando Highland Nichols, un trabajador jubilado de la construcción y ex presidente de un comité demócrata local, expresó una inocultable preocupación sobre qué significaría el estado de la economía para las esperanzas demócratas de retomar la Casa Blanca. “La administración tiene voceros que hacen hincapié la recuperación de la economía”, dijo, agregando: “dijeron que esto hará desaparecer la plataforma demócrata”. Kerry respondió: “Espero que tengamos una buena economía. No cambia nada de lo que estoy diciendo o lo que estoy discutiendo. Todavía tenemos un problema con el sistema de salud para los norteamericanos, ¿no?”

Mientras las noticias económicas pueden complicar el argumento demócrata contra el Sr. Bush, algunos demócratas todavía están luchando por definir sus posiciones sobre Irak. El Dr. Dean, discute que sus oponentes que favorecieron la resolución de la guerra estaban ahora en una posición política más débil dados los eventos en Irak.

“Creo que sería un gran tema de todos modos”, dijo Dean en una entrevista telefónica desde Iowa. “Pero ciertamente será un asunto más decisivo entre los demócratas, porque las cosas claramente no están bien. Creo que funciona a favor de los demócratas –si yo resulto nominado”.

Los candidatos que votaron la resolución incluyeron a Kerry, Edwards, el diputado Richard A. Gephardt de Missouri y el senador Joseph I. Lieberman de Connecticut. El general Clark, militar retirado, criticó duramente la política de Bush en Irak, pero el mes pasado en una entrevista describió su posición como la de los miembros del Congreso. Dijo que él también probablemente hubiera votado a favor de la resolución, pero más tarde se retractó de sus declaraciones.

Otros tres candidatos demócratas a la presidencia –el diputado Dennis J. Kucinich de Ohio, el reverendo Al Sharpton de New York y la ex senadora Carol Moseley Braun de Illinois- han sido también fuertes opositores a la guerra.

Aquellos demócratas que votaron a favor de la resolución han sido desafiados en casi cualquier lugar al que han ido, desde las granjas de Iowa, las reuniones municipales en New Hampshire, hasta casi todos los debates televisivos. Ahora están peleando por defender su votación original, y condenar a Bush en el área en que todos los demócratas lo ven vulnerable.

“Pero lo que es realmente exasperante es el hecho que esta administración, la de Bush, condujo a una política exterior que alejó a nuestros aliados”, dijo Lieberman ante un grupo misionero de mujeres en la Capilla Williams A.M.E., agregando: “Y no tuvo ningún plan para el día posterior a la caída de Saddam, y ahora estamos en una situación que no queremos estar, donde los soldados norteamericanos están casi totalmente solos en la tarea de pacificación. Vimos la pérdida de 16 más ayer”.

El Sr. Gephardt, que fue uno de los patrocinadores originales de la resolución de Irak, dijo en Concord, N.H., que la nación no podía dar un paso atrás. “Tenemos que prevalecer”, dijo Gephardt a los periodistas. “Tenemos que llevar la democracia a Irak. No podemos fracasar. Si lo piensan, Afganistán era un campo de entrenamiento terrorista. Si nos vamos de Irak, se convertirá en un campo de entrenamiento terrorista, que haría parecer a Afganistán algo simple. Por nuestro propio interés, para prevenir futuros actos terroristas, tenemos que triunfar”. Él también procedió a criticar a Bush. “Necesitamos un presidente que pueda lograr que el mundo trabaje junto con nosotros para resolver este problema”, dijo Gerphardt.

Kerry dijo algo similar en Iowa. “Lo que está haciendo el presidente es de hecho exponer a las tropas a un peligro más grande del que existiría si utilizara la diplomacia correctamente, uniendo a los países para este esfuerzo”, dijo.


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