Europa

Los militantes de la LCR aceptan el adiós a la dictadura del proletariado

 

Autor: Caroline Monnot

Fecha: 4/11/2003

Traductor: Alejandra G., especial para PI

Fuente: Le Monde


El abandono por la Liga de la referencia a la dictadura del proletariado no provocó mucha emoción en sus rangos militantes. Entre los jóvenes, en esta "generación Besancenot" llegada a la LCR por la campaña presidencial de 2002, es indiferencia lo que predomina.
Chaqueta marrón gastado, jeans y pullover grande, Aurélien, estudiante de historia de 21 años, dice que "le importa muy poco". Militante desde hace poco en Provence-Alpes-Côte d'Azur y declarándose "favorable" al acuerdo con LO - "es eso, para mí, lo más importante" precisa - no tuvo ningún problema en votar la nueva redacción de los estatutos. ¿El abandono a la referencia de la dictadura del proletariado? No le prestó atención. "No cambia nada. No vamos a entrar en combates sobre palabras. Es más un término técnico que otra cosa", explica, agregando: "En mi grupo, votamos eso entre un montán de otras cosas, entonces…"
Sobre los estatutos, confiesa haberse sentido concernido por una cosa: la ampliación del comité central -rebautizado "dirección nacional"- de 72 a 82 miembros, que era la condición sine qua non para que "los jóvenes puedan integrar" las instancias de dirección a nivel nacional. "Sin eso, la renovación de la LCR no se hubiera traducido en los hechos. Sobre esta disposición, hubo 160 a favor y 135 en contra, creo. Fue duro, pero pasó" se felicita.
Marlène, 26 años, es igualmente una "nueva" adherente, militante en región parisina. Entró a la Liga en mayo 2002, después del primer turno de la presidencial, "cuando la Liga se hizo más visible". Después, se sumergió poco a poco "en los libros de Marx, de Trotsky". Marlène no esconde su hostilidad al acuerdo con LO, y la desaparición de la referencia a la dictadura del proletariado le hace levantar los hombros. "No somos trotskistas petrificados. Pero me choca. En realidad, es como mínimo renegar un poco de nuestra identidad" explica. "Espero que sea sólo para ser mejor vistos", continúa, temiendo que la Liga "no haga demasiado electoralismo".
Del lado de los militantes de cincuenta años, educados con el biberón leninista en los años 1970, el abandono de esta referencia se hace sin dramas. Para Jean Michel, pilar de la Liga en Seine-et-Marne, quien combatió durante años para un acercamiento con LO, " no presenta problemas [el abandono de la dictadura del proletariado]".
El está más preocupado por la reescritura de las disposiciones sobre el centralismo democrático y la posibilidad ofrecida a las secciones de la Liga de "experimentar" para la construcción de la organización. "Quisiera que se encuadrara esta disposición precisando que eso se hace bajo el control del comité central", indica, por temor "a caer en cualquier cosa". Por esta razón luchó para postergar la discusión sobre los estatutos. En vano.
Con 49 años, Dominique es ferroviario en la estación París-Austerlitz. Para él, el abandono de la referencia a la dictadura del porletariado "obedece a una necesidad de renovar el lenguaje". "No es una socialdemocratización de la Liga, explica, porque los nuevos estatutos dicen que la LCR lucha por una sociedad socialista y el poder de los trabajadores." Y concluye: "tanto sobre la forma como sobre el fondo, no tiene nada que ver con el abandono de esta referencia por el PCF en 1976."


     

 

   
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