Irak, Medio Oriente y Asia

Se Cometieron Errores

 

Autor: William Safire

Fecha: 19/11/2003

Traductor: Analí T.B., especial para P.I.

Fuente: New York Times


¿Qué ocurriría, si, por milagro, todos confesaran sus errores en relación al derrocamiento sorprendentemente fácil de Saddam y sus consecuencias inesperadamente sangrientas, y los errores que se están cometiendo hoy en día en la construcción de la democracia?

1) En Londres, una amalgama de aislacionistas, pacifistas e izquierdistas anti-Blair -- en un momento seguros de que arruinarían una visita de Estado al calificar a un presidente estadounidense de monstruo militarista -- admitirían generosamente que habían sido una minoría ruidosa, y que su descortesía disparó una reafirmación de la mayoría de los británicos sobre los lazos entre dos naciones libres que dirigen al mundo desafiando a los tiranos.

2) El General Wesley Clark deberá admitir que su lectura anterior del plan de guerra del Pentágono en CNN fue indebidamente teñida de pánico. Otros analistas que temían numerosas muertes civiles, masas de refugiados, desastre ambiental y el incendio de campos de petróleo, además de la madre de todas las batallas en las angostas calles de Baghdad estuvieron muy equivocados.

3) Idealistas halcones como yo, que creíamos que los científicos iraquíes, incluyendo al 'Dr. Gérmen'', revelarían pronto donde estaban escondidos los arsenales de armas biológicas, estuvimos equivocados, por lo menos hasta ahora.

4) El Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, admitiría libremente que no había anticipado la desaparición de la intacta Guardia Republicana y la formación de una insurgencia terrorista baatista que mataría a los soldados de la coalición y ahuyentaría a la ONU y a otras agencias de auxilio. En el mismo día, el Secretario de Estado Colin Powell y el maestro espía George Tenet admitirían que fue desgraciada la resistencia de sus burocracias al entrenamiento pre-invasión en Europa para los voluntarios expatriados iraquíes, para que pudieran llevar a cabo tareas policíacas y anti-guerrilleras.

5) El Canciller Gerhard Schroeder, que se convirtió en el juguete de Jacques Chirac en la oposición a América y a vecinos europeos, confesaría que su posicionamiento de Alemania como un aliado atlántico no confiable y un matón centroeuropeo fue un error diplomático y económico, un error que su actual intento por tentar a los inversores estadounidenses no podrá corregir en el futuro cercano.

6) Ex-agentes que convencieron a periodistas que nunca hubo una conexión entre el régimen de Saddam Hussein y la red terrorista de Osama Ben Laden afirmarán que estaban equivocados acerca de los viejos lazos que fueron revelados en el informe clasificado que el Comité de Inteligencia del Senado le pidió al Vice-Secretario de Defensa Douglas Feith. (El informe secreto que detallaba 50 instancias ha sido relativamente poco reflejado en los medios masivos porque apareció en el actual Weekly Standard, pero es sujeto de una investigación sobre filtración automática -- otro error para perder el tiempo.)

7) Líderes kurdos en el Consejo Gobernante Iraquí que removieron los lamentos pasados al rechazar la oferta de Turquía de enviar 10.000 tropas para ayudar a suprimir la campaña de terror, se darían cuenta demasiado tarde de que no sólo decepcionaron a los americanos, que apoyaron a la causa kurda en las buenas y en las malas, sino que también perdieron su oportunidad histórica para revertir la oleada de negatividad que daña más a los kurdos que a los turcos.

8) Paul Bremer ya ha prácticamente admitido que el haber desbandado al ejército de Saddam, especialmente a los oficiales, fue un error. Pero si este grupo militar, compuesto casi completamente por la minoría sunnita que gobernaba durante el régimen de Saddam, se reconstruye y se re-arma, ¿quién podría decir que -- después de la elecciones que le otorgarían la mayor parte del poder a los chiítas , y al que renunciarían las tropas de la coalición -- no intentaría un golpe? Aquellos que ahora están seguros de que el haber desbandado al ejército de Saddam fue un error, deberán reconocer su error mayor.

9) De la misma manera, los EE.UU. ahora reconocen haber estado equivocados durante meses al seguir los deseos del líder chiíta, Ayatollah al-Sistani, en que el Consejo Gobernante redactara una constitución antes de las elecciones, transfiriendo la soberanía. Los sunnitas en el Consejo estaban atónitos; le temen a la mayoría chiíta. Bajo la presión de la Casa Blanca, Bremer prevaleció en que el ayatollah consiguiera primero la soberanía, luego las elecciones.

10) En ese gran Día de Mea Culpa, ¿cuál sería el error más grande que se reconocería? Provendría de los expertos occidentales que han estado diciendo durante años, con una soberbia pesimista, que los árabes y su cultura y religión no son compatibles con la democracia.

Se han cometido errores al superar esa noción. Se cometerán errores para ganar esta guerra. Pero adelantar la libertad nunca es un error.


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