Irak, Medio Oriente y Asia

Saldo de la reconstrucción de Irak

 

Autor: Herbert Docena

Fecha: 28/12/2003

Traductor: Isidoro, especial para PI

Fuente: Asia Times


Bagdad - Aún si la ocupación estuviera funcionando perfectamente bien, seguiría estando mal. Este se ha convertido en el comentario trillado entre los iraquíes que quieren enconadamente que la ocupación de su país acabe pero, al mismo tiempo, también esperan de veras que la reconstrucción de su país tenga éxito. No obstante, no importa cuan duro intenten los ocupantes hacer que la reconstrucción vaya bien, los EE.UU. y sus corporaciones todavía no tienen derecho de estar aquí.

Sin luces, sin gas, sin sueldos
Por la noche, la mayor parte del centro de Bagdad todavía está a oscuras, con sólo las sirenas azul y roja de la policía iluminando las calles y con el único sonido del fuego de armas intermitente perforando el silencio - definitivamente no es la imagen de una festiva, recientemente liberada capital. Con la mayor parte de Irak sufriendo cortes energéticos que duran un promedio de 16 horas diarias, es un tanto difícil festejar en la oscuridad. ¿Cuántos soldados de EE.UU. se necesitan para cambiar un foco? Casi 130.000 hasta ahora, pero no contenga la respiración.

Sur de la ciudad, una fila doble de autos de tres kilómetros de largo serpentea entre las manzanas y cruza un puente sobre el Tigris, antes de finalmente terminar en una estación de servicio cercada con alambre de púas, protegida por un Humvee y un tanque. Se acerca la hora de cierre, así que para no abandonar la fila y volver a formarla toda de nuevo al día siguiente, la mayoría de los conductores deciden dejar sus vehículos estacionados toda la noche, en una vigilia nocturna por el combustible en un país con las reservas de petróleo segundas más grandes del mundo.

Durante el día, algunos de los 12 millones de desocupados de Irak se agolpan frente al Puesto de Control 3 de la Zona Verde, los cuarteles generales pesadamente fortificados de la Autoridad Provisional de la Coalición (en inglés Coalition Provisional Authority, o CPA. NT) Las chances de que un americano acepte sus curriculums son cercanas a la nada, pero vienen todos los días de todas formas. Otros prueban su suerte vagando en los lobbies de los hoteles, acosando a periodistas o a trabajadores no gubernamentales necesitados de choferes y traductores.

Con muchos antiguos profesores universitarios, ingenieros y servidores civiles desocupados habiendo elegido convertirse en conductores de taxi, Bagdad probablemente tenga los taxistas más educados por kilómetro cuadrado en el mundo. Tenga una conversación y los taxistas muy probablemente le dirán lo que parece haberse convertido en la sabiduría convencional hoy: ni siquiera Saddam Hussein podría haberlo arruinado así de mal.

Frustración increíble
No es que lo quieran de vuelta, pero ninguno de ellos podría haber esperado que las fuerzas de ocupación estropearan completamente una tarea tan simple como volver a prender las luces. La carencia de energía es la queja número uno de la mayoría de los iraquíes, pero la lista es larga: líneas telefónicas no instaladas, escuelas reparadas sólo aparentemente, rutas atascadas, basura sin recolectar, sistema de cloacas defectuoso, una burocracia inexistente, desocupación en masa y pobreza creciente - el caos general en el que todavía está Irak hoy.

Los iraquíes tienen amplio acuerdo en que la vida está deteriorándose antes que mejorando. El sentimiento que prevalece es una compleja mezcla de resentimiento y resignación, frustración e incredulidad. Por un lado, los iraquíes sienten amargura por estar ocupados, y aún muchos están resignados a confiar su supervivencia de todos los días a las manos de los americanos. Por el otro lado, no simplemente pueden creer como a pesar de todo el tiempo y el dinero, la única superpotencia mundial no puede hacer que el proceso de reconstrucción ande correctamente.

Por su parte, los EE.UU. dicen que los iraquíes están esperando demasiado rápido. "El cuello de botella es el tiempo," explicó Ted Morse, el coordinador de la CPA para la región de Bagdad. "Siempre que se haya tenido una verdadera situación de conflicto, existe una impaciencia en la gente que piensa que se puede hacer inmediatamente. No se puede."

Pero los mismos iraquíes mostraron que se puede. En 1991, luego de la primera Guerra del Golfo y a pesar de las sanciones impuestas por las Naciones Unidas, les llevó a los burócratas e ingenieros de Irak solamente tres meses restaurar la electricidad a la capacidad de preguerra, alardeó Janan Behman, gerente de la estación de energía Daura de Bagdad. Ahora después de casi nueve meses y a pesar de la intervención del gigante de EE.UU. Bechtel, constructores del Hoover Dam y algunas de las obras de ingeniería más grandes del mundo, el sector energético de Irak aún sólo esta produciendo menos del 20 por ciento o 3.600 MW de los 20.000 MW requeridos. Una interrupción diaria de la energía de dos a tres horas sería aceptable después de nueve meses, ¿pero 16 horas?

Es la estupidez, estúpido
Las fuerzas de ocupación no admitirían esto, por supuesto, pero gran parte del problema podría ser atribuido a los exitosos esfuerzos de la resistencia por asegurar que nada funcione en tanto una ocupación ilegal siga en su lugar. La resistencia ha mantenido a las autoridades demasiado ocupadas esquivando bombas como para ocupar el tiempo en cosas tan frívolas como darle trabajo a los iraquíes. Con la resistencia apuntando no sólo sobre combatientes sino también sobre aquellas utilidades para la ocupación, es un poco demasiado esperar que los contratistas salgan de sus estrechamente vigiladas burbujas y se muevan.

Los empleados de Bechtel, por ejemplo, sólo viajan en helicópteros militares o en convoyes armados con al menos un "tirador" designado en cada vehículo. (1) Entonces a menos que encuentren la forma de trasladar las plantas de energía a los campamentos donde los empleados de Bechtel viven - reticentes como están de ir a las plantas ellos mismos - no se hará demasiado.

Mucho del lío podría también ser atribuido a la pura incompetencia y falta de experiencia de la gente que está manejando Irak. Mucho ha sido dicho sobre la poca o nula experiencia que tienen los administradores que residen en la Zona Verde en administración pública. También ha habido varios informes sobre la confusión y falta de coordinación entre las diversas agencias involucradas. Más aún, como en administraciones coloniales anteriores, es usualmente difícil atraer a lo mejor y más brillante para que empaque, deje todo tras de si, se establezca en algún lejano opresivo lugar, sólo para ser bienvenido con armas.

Ocultando la luna
Pero la inseguridad y la incompetencia, siendo parte del completo y complejo cuadro, no van demasiado lejos en la explicación de por qué el esfuerzo de reconstrucción ha sido hasta acá un fracaso evidente.

Primero, mientras sólo el 1 por ciento de aquellos encuestados en un reciente trabajo de Gallup compraron la línea de que los EE.UU. vinieron para establecer la democracia, la mayoría de los iraquíes no están combatiendo la ocupación activamente. Mientras la resistencia crece, esto no es todavía una intifada. Mientras no más que el 6 por ciento de los encuestados creen que los EE.UU. están aquí para ayudar (2), los iraquíes que están en una posición como para aportar en el esfuerzo de reconstrucción realmente quieren hacerlo funcionar, no tanto para apuntalar a las fuerzas de ocupación, dicen, sino para asegurar que el petróleo y la electricidad sean mantenidos disponibles. Los iraquíes pueden no necesariamente gustar de los americanos, pero seguramente gustarían de un poco de agua caliente por la mañana este invierno.

"Si este es el sistema, entonces tengo que seguirlo," dijo Dathar al-Khshab, director general de la refinería de petróleo Daura. Es la única forma de mantener las cosas en movimiento, entonces que así sea, haciéndose eco de otros gerentes de utilidades. Los obreros de la industria del petróleo asimismo vacilan en cerrar las refinerías como una moneda de cambio para las negociaciones y como una táctica para minar las bases de la ocupación. Por una parte, saben que esto podría paralizar a los americanos. Por la otra, temen por sus efectos sobre el pueblo iraquí. Pero interpelado sobre si apoya o no a las fuerzas de la coalición, Hassan Jum'a, líder del sindicato de la Compañía Sureña de Petróleo, fue firme: "No se puede ocultar la luna. Cada iraquí honesto debe rechazar la ocupación."

Manteniendo a un perro hambriento
El cargo de incompetencia no es completamente convincente también porque, por todos los alegatos de competencia desleal y conexiones sombrías, sería difícil acusar a Bechtel o a Halliburton de no saber lo que están haciendo.

Con proyectos diseminados por todo el mundo, Bechtel es una de las firmas constructoras más grandes del mundo y ha conquistado algunas de las hazañas de ingeniería más grandiosas de la historia. Halliburton, por otro lado, ha estado reparando pozos de petróleo y refinerías alrededor del mundo por décadas. Hasta los oficiales iraquíes ya sabían eso, técnicamente hablando, deberían estar en buenas manos con estos contratistas americanos. Mientras el envidioso respeto deja lugar a la decepción, los iraquíes están aún más desconcertados en cuanto a como estas corporaciones podrían frustrar sus expectativas.

Otra explicación popular que pulula alega que el sabotaje a la reconstrucción es un esfuerzo conciente y deliberado por parte de las fuerzas de ocupación para hacer a los iraquíes completamente dependientes y subordinados. Mantener a un perro hambriento no sólo evita que ladre, también hace que el perro siga a su amo a donde sea.

El problema con esta teoría es que, debido al relativamente descentralizado proceso de reconstrucción, que involucra a docenas de contratistas y subcontratistas, una orden explícita para un fracaso deliberado hubiese sido casi imposible de poner en vigor secretamente. Más aún, enfrentada con una resistencia galopante, esta táctica podría ser extremadamente arriesgada debido a que mina los esfuerzos para "ganar corazones y mentes". Mantener a un perro hambriento también puede volverlo desesperado y rabioso.

La respuesta al misterio de por qué la reconstrucción ha sido hasta ahora un fiasco podría ser menos siniestra.

Hecho en EE.UU.
Una clave yace en la estación energética Najibiya en Basora, la segunda ciudad más grande de Irak ubicada al sur de Bagdad. Puestas sin instalar entre dos turbinas decrépitas estaban las completamente nuevas unidades de aire acondicionado embarcadas directamente en la York Corporation en Oklahoma. Adherida sobre un lado de cada unidad había una lustrosa etiqueta que orgullosamente desplegaba el signo "Hecho en EE.UU.", completo con las estrellas y las barras.

Es precisamente lo que los iraquíes no necesitan en este momento. Desde Mayo, Yaarub Jasim, director general para la región sureña del ministerio de electricidad de Irak, ha esta suplicando a Bechtel que entregue urgentemente los repuestos necesarios para sus anticuadas turbinas. "Pedimos muchas veces a Bechtel que por favor nos ayude porque la demanda de energía es muy alta y debemos cubrir esa demanda," dijo Jasim. Pedimos muchas veces, muchas veces."

Dos semanas atrás, Bechtel finalmente respondió. Antes de poder entregar ninguno de los requerimientos de Jasim, sin embargo, Bechtel transportó los aires acondicionados, inútiles hasta el comienzo del verano, dentro de seis meses.

Pero aún si los aires acondicionados se vuelven eventualmente útiles, enfatizó el gerente de la planta Hamad Salem, otros repuestos eran mucho más importantes. Los aires acondicionados, apuntó Salem, no estaban siquiera en la lista de equipos y componentes de máquinas que presentaron a Bechtel.

Sin Estrellas ni Barras
Idealmente, dijo Jasim, sería mejor conseguir los repuestos de las compañías que originalmente construyeron las turbinas porque estarían disponibles más rápidamente y sería más adecuadas a la tecnología. Desafortunadamente, apuntó Jasim, los generadores de Irak resultan haber sido provistos por compañías de Francia, Rusia y Alemania, los precisos países a los que el Pentágono prohibió conseguir contratos en Irak, así como Japón. En la inspección, era claro que las turbinas no portan el logo de Estrellas y Barras. Las turbinas dilapidadas en Najibiya, por ejemplo, todavía mostraban placas con "Hecho en la URSS."

¿Por qué, entonces, no han sido entregados los componentes requeridos? Jasim respondió licenciosamente, como si la respuesta fuera auto evidente: "Porque ninguna otra empresa ha sido autorizada por el gobierno de EE.UU., solamente Bechtel."

A diferencia de las compañías prohibidas, Bechtel porta la marca requerida. Desde su fundación, los agentes de Bechtel han tenido una muy larga e íntima relación con y dentro del estado que ahora distribuye los contratos billonarios. Por ejemplo, el miembro de la mesa ejecutiva de Bechtel Georege Schultz fue ex secretario del tesoro de Richard Nixon, secretario de estado de Ronald Reagan, y suficiente coincidencia, presidente del foro asesor del Comité para la Liberación de Irak. También alguna vez incluidos en la planta de Bechtel estuvieron el ex jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, NT) John McCone, el ex secretario de defensa Casper Weinberger y el ex comandante supremo aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte Jack Sheehan.

Planes de grandes negocios
Aguardando rehabilitación urgente, la infraestructura energética iraquí de fabricación francesa, alemana, rusa y japonesa está desintegrándose lentamente. En la estación, los trabajadores están tratando de darle pleno uso a las turbinas cocinando potes de arroz sobre la superficie de los herrumbrosos tubos calientes. Si las estaciones no son rehabilitadas en el corto plazo, las reparaciones no serán más suficientes para mantenerlas funcionando, advirtió Jasim.

Para acabar finalmente con la carencia energética y para asegurar que las turbinas no sean completamente degradadas, Bechtel debe o manufacturar rápidamente los repuestos requeridos por su cuenta, un proceso muy largo y muy costoso, o comprar los repuestos a la compañía rusa directamente, o tomar a la firma rusa como una subcontratista. Eso, o simplemente permiten que las viejas turbinas se vuelvan completamente obsoletas. Luego licitan para construir nuevos generadores energéticos de billones de dólares ellos mismos.

Incidentalmente, parte de los contratos de Bechtel incluye hacer "hojas de ruta para futuras necesidades e inversiones de largo término." En otras palabras, actualmente se le está pagando a Bechtal para que determine que es lo que los iraquíes "necesitarán" comprar en el futuro, usando el dinero de los contribuyentes iraquíes y americanos. Según estimaciones independientes, Bechtel espera conseguir hasta US$20 billones en valor de los contratos de reconstrucción en los próximos años. (3)

Si Bechtel tiene planes más ambiciosos para el sector energético de Irak, sin embargo, sus agentes no se lo están diciendo a los iraquíes. Los gerentes de utilidades entrevistados dijeron que no están siendo consultados para nada sobre los planes energéticos estratégicos de Irak. Los agentes de Bechtel ni siquiera se molestan en explicar que es lo que les lleva tanto tiempo para entregar las partes que necesitan. "Simplemente juntan papeles," dijo Jasim, cabeza del ministerio de petróleo del distrito sureño de Irak.

Un incentivo para fallar
El problema del sector energético de Irak es ilustrativo del patrón más grande. Los iraquíes pierden hasta cinco horas haciendo fila para conseguir gasolina no a causa de los sabotajes de los oleoductos sino también porque hay electricidad limitada para hacer funcionar las refinerías de petróleo que están bramando por una acción más rápida por parte de Kellog, Brown & Root (KBR), la subsidiaria de Halliburton y contratista para la rehabilitación de la infraestructura petrolera. Según obreros de la Compañía Sureña de Petróleo en Basora, que KBR está obligada a rehabilitar, ellos no están enterados de ninguna reparación que KBR haya realmente comenzado.

Con las destilerías petroleras de Irak aún esperando rehabilitación, Irak no puede refinar suficiente crudo como para satisfacer el consumo doméstico. Los EE.UU. están en cambio exportando el crudo de Irak y empleando a KBR bajo un contrato no licitado y libre de costos extraordinarios para importar gasolina de los vecinos Turquía y Kuwait.

La semana pasada, una investigación oficial del Pentágono reveló que KBR está cargando al gobierno de EE.UU. más del doble de lo que otros están pagando por la gasolina importada. Lo que quedo sin decir, sin embargo, es el conflicto de intereses existente en contratar a KBR tanto para la reconstrucción de la infraestructura petrolera como para la importación de petróleo. Si los oleoductos y refinerías de Irak fueran de repente completamente operativos e Irak pudiese producir todo el petróleo que necesita, sería el fin del lucrativo negocio de importación de petróleo de KBR.

No ha habido evidencia alguna de que KBR esté retardando deliberadamente la reparación de las refinerías, solamente que hay un obvio desincentivo para acelerar las cosas. Existe un serio pero tolerado choque de incentivo cuando la misma compañía asignada para revivir la industria petrolera está simultáneamente haciendo plata de una condición en la cual esa industria permanece hecha jirones.

¿Nada de dinero?
Apenas afuera de los cuarteles generales de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), un pequeño grupo desorganizado de empleados del antiguo régimen tomaron y desplegaron su bandera: "Necesitamos nuestros salarios ahora." Estaban demandando la paga atrasada de 10 meses. "Les agradecemos porque salvaron nuestras vidas de Saddam. Pero queremos vivir así que deben ayudarnos," su vocero no oficial Karim Hassin dijo con indignación, dirigiéndose a la pared de 10 pies que protege el recinto sin obtener respuesta. "Paul Bremer (cabeza de la CPA) nos prometió salarios. Lo escuchamos con nuestras propias orejas. ¿Qué sucedió con aquellas promesas?"

El día siguiente a la publicación de la investigación del Pentágono sobre KBR, 300 soldados dejaron el Nuevo Ejercito Iraquí, de 700 miembros, creado por EE.UU., vitupereando los irrasonáblemente bajos sueldos. La mayoría de los desertores fueron reclutados del antiguo ejército de Saddam, pero por sólo US$50 al mes habían decidido transferir su lealtad a las fuerzas de ocupación.

Entrenados por el contratista militar Vinnell Corporation, su única demanda para sus nuevos amos era una suba en la paga a $120 al mes. Eso hubiera totalizado un aumento mensual en los gastos de sólo $49.000, un cambio pequeño al lado de los US$4 billones mensuales en gastos militares en Irak y una cantidad minúscula comparada a los $61 millones en sobreprecios de KBR, revelado por los auditores del pentágono.

Escuchando todos estos acontecimientos, aparecería que las fuerzas de ocupación han venido a liberar Irak con un presupuesto realmente ajustado. El refrán común de los iraquíes que han escogido trabajar con la burocracia instalada por EE.UU. es que no hay quid pro quo. Presionado para explicar el fracaso de su ministerio en incrementar significativamente la energía, por ejemplo, el jefe de la electricidad de Irak, Ayhem al-Samaraie, admitió de mala gana: "No tengo nada de dinero en mi ministerio."

De hecho, una rápida pesquisa visual de Bagdad desde las calles mugrientas, las maquinas envejeciendo y los obreros furiosos hasta las increíblemente largas colas para la gasolina, hacen que esta explicación para los problemas de la reconstrucción de Irak suene casi convincente. Que el esfuerzo de reconstrucción está bamboleándose porque no hay dinero casi parece plausible.

Nada para Irak, billones para Bechtel
Pero no lo es. El pasado Noviembre, el Congreso de EE.UU. eventualmente aprobó un pedido de George W. Bush de $87 billones para Irak sin chistar. Antes de eso, los EE.UU. habían gastado ya $79 billones tanto en Irak como en Afganistán. Por sobre esto, los EE.UU. también tienen el completo control del Fondo de Desarrollo para Irak (Development Fund for Iraq, o DFI. NT) autorizado por la ONU que contiene todos los activos de los antiguos gobiernos así como las retenciones pasadas y futuras por las exportaciones de petróleo de Irak, incluyendo los fondos sobrantes del Programa Petróleo por Alimentos de la ONU.

Para fines de año, el DFI le habría entregado a las fuerzas de ocupación acceso a un total de $10 billones en fondos disponibles. (4) A pesar de que el control sería menos directo, las fuerzas de ocupación pueden también tomar unos pocos billones más de los $13 billones estimados en subsidios y préstamos acordados durante la conferencia de donantes de Madrid sobre Irak el pasado Octubre.

En los papeles, la suma que será pagada a contratistas como Bechtel vendrá del dinero de los contribuyentes de EE.UU. En la práctica, sin embargo, todo lo que está siendo gastado en la reconstrucción de Irak está mezclado en un pote que contiene las contribuciones de EE.UU. y otros países miembros de la coalición, más los propios fondos iraquíes.

Por lo que hay dinero; simplemente no está circulando. Y quizás acá se encuentre la solución al misterio de cómo la superpotencia mundial y las corporaciones más grandes del mundo no pueden siquiera empezar a reconstruir Irak luego de casi nueve meses: la reconstrucción consiste menos en reconstruir que en hacer la mayor cantidad de dinero posible.

Firmas como Raytheon, Boeing y Northrop Gruman obtendrán su buen pedazo de los $4 billones que los EE.UU. están pagando mensualmente en gastos militares en Irak; pero no habrá ni diez centavos más para los reclutas del Nuevo Ejercito Iraquí. Los inútiles aire acondicionados hechos en Oklahoma de Bechtel será pagados bajo el contrato no licitado de $680 millones; pero no habrá ningún dinero para los extremadamente necesarios componentes rusos para las turbinas de Najibiya. Halliburton y sus subcontratistas sacaron $61 millones importando petróleo de Kuwait; pero no habrá aumento en la paga para los obreros de las refinerías de petróleo de Irak.

Mientras los EE.UU. encuentran cada vez más difícil aumentar los fondos para la ocupación, todavía hay suficiente dinero para los aspectos más críticos de la reconstrucción. Aquellos que se benefician con ello, no obstante, están decididos a quedarse con la porción más grande para ellos mismos. El saldo del lío de la reconstrucción es el saldo: se hace poco porque los contratistas no pueden ver más allá del signo dólar.

El negocio de hacer dinero
"El motivo del beneficio es lo que trae a las compañías a lugares peligrosos. Pero de eso se trata el capitalismo,"explicó Richard Dowling, vocero del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU., la agencia que contrató a Kellogg, Brown $ Root. "Si cuesta beneficios motivar a una organización para que tome un trabajo difícil, podemos vivir con eso. Sí, existe un motivo del beneficio pero el resultado es que el trabajo se hace."El problema es, como lo evidenciaron más que claramente los casos de Bechtel y KBR, que el trabajo no está siendo hecho ni a la mitad. La maximización del beneficio no ha dado como resultado la más eficiente restauración de la energía ni de la producción de petróleo posible. Por el contrario, obstaculiza la forma de hacer las cosas correctamente. Las plantas de energía eventualmente serán construidas y las refinerías de petróleo volverán a funcionar, pero no antes de privaciones innecesarias para los iraquíes y no antes de que Bechtel haya sacado el máximo de la oportunidad.

Esta guerra para liberar Irak nunca consistió en liberar a los iraquíes. Nada sorprendentemente entonces, el esfuerzo de reconstrucción tampoco consiste en reconstruir. N esta ocupación, el objetivo primario de EE.UU. y sus aliados no es reconstruir lo que destruyeron; es hacer plata rápidamente. Los contratistas como Bechtel y KBR están seguros de recibir la paga sin importar que suceda; que las plantas de energía sean eventualmente construidas es sólo incidental. Serán construidas para justificar el pretexto para el la obtención del beneficio: que la guerra ha sido sostenida y que todo lo destruido debe ser ahora reconstruido.

Como una vez puso en claro Stephen Bechtel, fundador de la compañía, "No estamos en el negocio de la construcción y la ingeniería. Estamos en el negocio de hacer dinero." Valuado como el esfuerzo de reconstrucción más grande desde la Segunda Guerra Mundial, se espera que la reconstrucción de Irak cueste $100 billones, algunos dicen hasta $200 billones. Para los contratistas de posguerra, este no es un negocio de reconstrucción: es una bonanza de miles de billones de dólares.

Ni siquiera tratando
Los EE.UU. y sus contratistas no están siquiera tratando, por una simple razón: no es el punto. Asumir que se están esforzando, pero que están fracasando meramente por factores más allá de su control, es presuponer que hay un esfuerzo serio por tener éxito. No lo hay. Si lo hubiese, tendría que haber habido un plan y un proceso coherentes en los que el bienestar de los iraquíes - y no de las corporaciones - estuviera efectivamente primero. En cambio, la necesidad de electricidad de los iraquíes viene después de la necesidad de Bechtel de proyectos de billones de dólares. La necesidad de los iraquíes de salarios decentes para vivir se vuelve relevante sólo después de que Halliburton haya maximizado sus beneficios.

De hecho, si existiese un intento sincero por tener éxito, los EE.UU., como la potencia ocupante responsable, no debería haber tenido escrúpulos para darle a los iraquíes lo que muchos enfáticamente dicen que necesitan para hacer que las cosas finalmente funcionen: la autoridad y los recursos. "Si tan sólo el dinero y los repuestos fueran provistos," dijo el agente de electricidad Jasim, "podríamos hacer una operación quirúrgica." "Si lo tengo que hacer sin KBR, lo puedo hacer," dijo al-Khshab. "Hemos estado haciendo esto por 30 años sin KBR. Denme el dinero y la autoridad necesaria y lo haré." Pero los EE.UU. no lo harán porque ¿quién sabe lo que harán los iraquíes? ¿Le pedirán a los rusos que reparen sus plantas de energía? ¿Realmente tendrán éxito en reconstruir su país sin la participación de Bechtel y Halliburton?

Los contribuyentes de EE.UU. no están enviando millones de dólares del dinero ganado con esfuerzo para dárselo a alguna firma rusa con suerte. Los soldados de EE.UU. y la coalición no están sacrificando sus vidas para proteger a los molestos franceses. Los EE.UU. no liberaron Irak para dejar a los iraquíes desprovistos de poder reconstruir su propio país.

Mientras el proceso de reconstrucción sigue desilusionando a los iraquíes, el mito de que los EE.UU. están aquí para ayudar también está colapsando progresivamente. Sin luz, sin gasolina y sin sueldos, más y más iraquíes ya no se limitan a insultar en la oscuridad. "Si quieren vivir en paz, americanos, dennos nuestros salarios," advirtió Hassim, el iraquí que protestaba a las puertas de la CPA. "Si no lo hacen, la próxima vez vendremos con armas."

Notas


(1)Steve Schifferes, "El desafío de reconstruir Irak", BBC News. 21 de Octubre, 2003.


(2)Walter Pincus, "El escepticismo sobre EE.UU. se profundiza, muestra una encuesta de Irak", Washington Post, 12 de Noviembre, 2003.


(3)Elizabeth Becker, "Compañías de todas partes buscan un poco de acción reconstruyendo Irak", New York Times, 21 de Mayo, 2003.


(4)Christian Aid, "Irak: Los millones que faltan: transición y transparencia en la posguerra de Irak". Informe preliminar para la conferencia de donantes de Madrid, 23-24 de Octubre, 2003.

Herbert Docena (herbert@focusweb.org) está con Focus on the Global South. Estaba en Bagdad por el Observatorio Internacional de la Ocupación de Irak (Iraq International Occupation Watch Center).
Publicado el 25 de Diciembre, 2003


     

 

   
  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar