Izquierda Marxista

La fundamentación del socialismo revolucionario IV / Debate y Conclusión

 

Autor: Michael Albert / Alex Callinicos

Fecha: 4/1/2004

Traductor: Guillermo Crux, especial para PI

Fuente: Z Net


Este intercambio entre Michael Albert y Alex Callinicos en Z Net fue suscitado por el artículo inicial de Alex Callinicos "La fundamentación del socialismo revolucionario" ( http://www.ft.org.ar/Notasft.asp?ID=1404 ). Continuó con los sucesivos intercambios entre Michael Albert y Alex Callinicos sobre la misma, en http://www.ft.org.ar/Notasft.asp?ID=1446 y http://www.ft.org.ar/Notasft.asp?ID=1455 , respectivamente. En esta entrega publicamos la última respuesta de Albert y la declaración final de Callinicos. Este debate se da en el marco del movimiento anticapitalista de Europa y EE.UU, y al cual ambos autores intentan darle una horizonte estratégico. Michael Albert es editor de la web Z Net y de la revista Z Mag en EE.UU., y ha publicado "Parecon. Life after Capitalism" (Verso Books, Londres, 2003) y Alex Callinicos es miembro de la dirección del Socialist Workers Party británico y de la Tendencia Socialista Internacional (IST) y publicó "An Anti-Capitalist Manifesto" (Polity Press, Londres, 2003).
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Albert responde a Callinicos 3

por Michael Albert; 17 de diciembre de 2003

Alex,

Acuerdo con que tu partido ha diferido incluso hasta el punto del conflicto violento con otros partidos leninistas. El leninismo no es un sólo fenómeno, por supuesto. Y acuerdo contigo que ninguno de nosotros debe estipular arbitrariamente lo que es el leninismo. Deberíamos ver lo que distingue a los leninistas de otros en la izquierda y también lo que todos los leninistas tienen ampliamente en común.

No creo que "la aplicación rigurosa del principio de la mayoría" cubra ese requisito. Un común denominador más adecuado podría ser la aceptación del análisis marxista, más centralismo democrático, más la lucha por una u otra visión económica socialista.

Acuerdo con que debemos estar de acuerdo en discrepar sobre el leninismo, pero dudo con que la historia vaya a ayudarnos a juzgar si el SWP o cualquier otro partido trotskista evolucionará hacia la defensa del coordinadorismo económico y el autoritarismo político bajo las presiones de una situación revolucionaria porque no creo que ningún partido de esas características llegue jamás a tomar el poder en un país industrializado. En estos países, para obtener el poder será necesario un movimiento multifacético que preste una atención prioritaria a las cuestiones raciales, de género, de clase, y de poder, que sea totalmente anti-autoritario e incluso que construya su propia infraestructura de autogestión antes de conseguir cambios a gran escala.

Tienes razón cuando dices que algunos izquierdistas rechazan la estrategia de ganarse a la mayoría de la población. No obstante, pienso que si el deseo de construir movimientos más grandes es lo que realmente define al leninismo, la mayoría de los anarquistas de la historia entrarían bajo ese paraguas, y ciertamente gente como Kropotkin y Goldman, etc. No creo que decir esto signifique evitar los problemas actuales que enfrenta el movimiento. Por supuesto que tales problemas implican entender la necesidad de ganarse a una amplia mayoría, pero también implican la combinación de la importancia de lo racial, del género y la clase sin subordinar ninguno a los otros, encontrando medios diversos para abarcar lo más ampliamente posbile, encontrando maneras de retener miembros en lugar de que la gente se sume para luego salir, construyendo una infraestructura que no sólo nos sostenga y nos fortalezca, sino que también prefigure y prepare las instituciones para el futuro, prestando atención a problemas singulares sin que esto implique luego orientarse hacia ese único problema, conseguir reformas sin volverse reformista, ser estratégico sin volverse sectario, y oponiéndose al capitalismo sin volverse coordinadoristas. Considerando todo esto, deberíamos preguntarnos si las formulaciones leninistas o trotskistas o incluso marxistas nos hacen más fácil o son un obstáculo para tratar estos problemas.

Aunque sea periférico a nuestro debate, ya que lo planteaste, pienso que el Foro Social Mundial (FSM) no puede tener un programa militante en su conjunto porque abarca demasiados puntos de vista conflictivos. Sin embargo, pienso que el FSM puede y debe ser no sólo un punto de encuentro para el encuentro y el aprendizaje mutuo, sino para aliarse y generar programas compartidos que no son tomados por el conjunto del FSM sino que son objetivos de subconjuntos de esa comunidad.

Estoy de acuerdo con la importancia de ser estratégico pero tengo que decir que hay algo problemático en la manera de los leninistas de ser estratégicos. No quiero trivializar o pintar con un pincel demasiado amplio o indiscriminado, pero a mí los partidos leninistas me evocan imágenes de gente que se la pasa vendiendo periódicos y que no puede ver el desdén absoluto de las personas a las que se acercan, y que lo hacen más allá de toda conexión humana, incluso robóticamente. Lo he visto en todos los grupos marxistas leninistas durante décadas, y por supuesto no simplemente con respecto a los periódicos, sino también con la línea política, etc. Es interesante notar que la mayoría de los miembros de los grupos leninistas también lo ven, cuando observan la práctica de un grupo distinto al propio.

Cuando estuve hablando en Inglaterra me la pasé preguntándome cómo la gente del SWP que encontré intentando venderme su periódico podía estar en la misma organización que tú. Lo digo en serio, y pienso que es algo que hay reflexionar mucho. No son los genes, ni rasgos de personalidad perdurables --se trata de algo que está en la práctica de la base de los partidos leninistas y trotskistas que arrastra a los miembros de la base a este estilo y contenido robótico. Entretanto, otros miembros, más cercanos a la cima del aparato, no tienen el problema robótico, porque cuando el poder se acerca, en vez de esto desarrollan un problema de autoridad.

Pienso que una de nuestras grandes diferencias es que tú quieres ver todo lo que es peor en tu tradición como un producto de Stalin, y como Trotsky se opuso a Stalin, el primero queda redimido. Para mí, no sólo fueron los primeros bolcheviques dirigidos por Lenin y Trotsky, y no Stalin, los que eliminaron los movimientos de base en Rusia, sino que también impusieron una economía y una política que rechazo por ser terriblemente opresiva. Por supuesto que Lenin y Trotsky no pretendían que reinara el stalinismo. Pero cuando ellos se fueron lo que habían dejado era una economía coordinadora y un estado autoritario. Algunas de las citas que transcribí antes son una evidencia. Fácilmente se podrían enumerar más hechos.

Quizás yo tenga un "fetiche" con descargarme contra el leninismo y el trotskismo que hace que no pueda ver la complejidad que los excusa o hace que su conducta sea contextualmente razonable. O quizás tú tengas un "fetiche" al redimir al leninismo y al trotskismo que hace que no puedas ver una complejidad diferente que vuelve horrendas a sus acciones. No podemos resolver eso ahora.

¿Podemos estar de acuerdo, sin embargo, en algunos puntos que hoy nos son relevantes? ¿Podemos estar de acuerdo con que los movimientos y partidos deben ser multi-enfocados, haciendo hincapié en la raza, el género, la clase, y el poder, entendiendo a cada uno en su propio derecho y e interactuando? ¿Podemos estar de acuerdo con que los movimientos no sólo deben incorporar la autogestión para la economía y la sociedad futura, sino también en sus instituciones actuales? ¿Podemos estar de acuerdo con que necesitamos extendernos ampliamente para construir movimientos mayoritarios y también que necesitamos construir movimientos cuyas estructuras, cultura, estilo, división del trabajo, y modos de toma de decisiones congenien y le den poder a quienes están en el nivel más bajo de raza, género, y jerarquías de clase? ¿Y podemos estar de acuerdo con que nuestros movimientos no sólo deben criticar lo que es, sino también ofrecer una visión institucional que manifieste la solidaridad, la justicia, la diversidad, la eficacia, la equidad, y la autogestión? ¿Y, finalmente, podremos quizás también estar de acuerdo con que si la parecon es viable y operativamente apta, cumplirá con tales criterios para la economía?

Dices "una manera de resumir nuestras diferencias sobre el leninismo es que discrepamos en el peso relativo que le damos a estos dos elementos en el surgimiento del stalinismo. Tú [Michael] concedes más importancia a las intenciones políticas de los bolcheviques, yo [Alex] a sus circunstancias históricas". Pero no pienso que el factor importante sean las intenciones sino mas bien pienso que son los compromisos conceptuales e institucionales. Sospecho que la mayoría de los bolcheviques se habrían horrorizado su hubieran podido prever adónde llevaría la destrucción de los soviets.

Las intenciones importan, por supuesto, pero las intenciones surgen en un contexto, y para mí el contexto de los bolcheviques no era sólo el estado de su nación o el mundo - sino también e incluso más las instituciones que el movimiento había adoptado, y las conceptualizaciones que usó. Había muchos en Rusia que tenían agendas bastante diferentes a la de la dirección bolchevique, no sólo los anarquistas y movimientos campesinos, sino muchos activistas de base dentro del propio partido bolchevique --pero la dirección tenía un contexto objetivo muy diferente que los de la base - en gran medida debido a su armazón conceptual y sus roles y condiciones organizativas.

Dices: "Para tí el stalinismo representa el triunfo de la clase coordinadora cuya ' agenda' articuló Trotsky en los pasajes que citas". En ninguna parte dije eso. Yo diría que eres tú, no yo, quien piensa que el problema que estamos discutiendo es el stalinismo. Yo sólo me referí al stalinismo en respuesta. Pienso que el problema que necesitamos entender y evitar es anterior al rol principal de Stalin. Si tomas la Rusia revolucionaria e impone en ella un gobierno parlamentario democrático en lugar de Stalin, aún así me opondría a la economía.

Estoy de acuerdo con que había una escasez real de miembros de la clase coordinadora en Rusia luego de la revolución porque Rusia había tenido un desarrollo insuficiente como para que crecieran a algo así como el 20% de la población. El vacío fue llenado por la burocracia política. En otras palabras, no pienso que el stalinismo sea un fenómeno inducido por un individuo malvado, sino, más bien, es lo que tiende a pasar que cuando creas una economía coordinadora con un estado autoritario de partido único pero no tienes una clase coordinadora para llenar las brechas económicas coordinadoras. El partido dominante entonces asume las posiciones de la clase ausente y sus cuadros por consiguiente no sólo ejecutan la política, sino también la economía.

Aún así, tienes razón que cualquiera sea la etiqueta por la que optemos y como sea que la definamos, si podemos "trabajar juntos para construir un movimiento anti-capitalista (y yo agregaría anti-sexista, anti-racista, y anti-autoritario) que tenga bases lo más amplias posibles, que esté lo más democráticamente autoorganizado, que sea socialmente poderoso, teóricamente autoconsciente, y globalmente unificado como sea posible" entonces la elección entre nuestros puntos de vista estará basada en la experiencia que se despliega y con suerte ambos seremos superados mientras progresa, sin tener en cuenta cuáles opiniones resultan ser más válidas - o aun cuando otras opiniones que nos sean completamente desconocidas se demuestren más válidas.

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Conclusión final

por Alex Callinicos; 25 de diciembre de 2003

Estimado Michael,

1. Resumiendo: Supongo que una de las funciones de estas conclusiones es establecer si vemos que estamos más cerca o más lejos al final de estos intercambios que cuando empezamos. En algunas cuestiones, me siento vindicado en mi primera impresión de que no estamos tan lejos en muchas de las cuestiones más importantes. Por ejemplo, al nivel de los valores. Quizás nuestra mayor diferencia aquí es que pienso que es posible formular (por lo menos en principio - no estoy diciendo que lo haya hecho) una concepción igualitaria totalizadora de la justicia con consecuencias distributivas e institucionales muy específicas. Tú pareces mostrarte escéptico sobre esto, pero no estoy seguro cuánta diferencia práctica puede representar.

También hay otros puntos importantes de acuerdo. Ambos somos revolucionarios que buscamos una alternativa sistémica al capitalismo. Es más, compartimos una visión similar del contenido de esta alternativa como una red autogestiva y descentralizada de consejos de productores y consumidores. Tengo preguntas sobre la forma precisa que debería tomar la planificación participativa, y me da la sensación que has sido algo vago o evasivo en tus respuestas a estas preguntas, pero no pienso que esto sea una gran diferencia. La coordinación económica en una sociedad no mercantil, democrática y moderna implica problemas complejos que necesitan discutirse de manera abierta a otras opiniones con el objetivo de la clarificación mutua. Tal vez tu cautela al responder mis preguntas refleja el temor de que fuera a desechar la Parecon en nombre de algún tipo de economía dirigida centralizada (que tú erróneamente igualas con el socialismo), pero a decir verdad, este no fue para nada mi objetivo.

Desde ya que vivir después del capitalismo va mucho más allá de cómo planificamos la economía. Realmente no hemos discutido sobre la revolución como proceso político. Quizá si tuviéramos más desacuerdos habrían surgido. Como mínimo, necesitamos tener en cuenta que el capitalismo implica un sistema de estados cuya dinámica específica - su centro es la competencia geopolítica - crea grandes costos y peligros para la humanidad. Soy un marxista ortodoxo porque lucho por un mundo sin estados, pero creo que no podemos ignorar al estado mientras exista. Esto significa hacer exigencias a los estados-naciones (o a instituciones inter-estatales como la Unión Europea), y construir movimientos cuyo objetivo inmediato sea asegurar las reformas específicas pero cuya lógica de combate pueda desarrollarse hacia un desafío al sistema. Y - cuando enfrentamos al sistema - necesitamos tener una estrategia para enfrentar al poder coercitivo centralizado del estado y para proteger a la joven sociedad alternativa una vez que hayamos comenzado a derrumbar ese poder en varias partes del mundo. Tango la convicción de que, cuando se la aplica de forma crítica pero abierta, la tradición marxista revolucionaria tiene mucho para ofrecer en todos estos asuntos.

2. Un golpe barato: Al hilar estas preguntas, comencé a plantear aquello que, sin sorprenderme, resultó ser nuestra diferencia más grande: a saber, el leninismo. (A propósito, me refería al centralismo democrático, y no, como sugieres tú, al leninismo, cuando hablaba de 'la aplicación rigurosa del principio de la mayoría'. Estoy bastante conforme con tu definición del leninismo como 'aceptación del análisis marxista, más centralismo democrático, más la lucha por una u otra visión económica socialista'.)

Sé que se supone que no deberíamos replicarnos en estas conclusiones finales, pero no puedo ignorar en este contexto el pasaje siguiente en tu última respuesta:

Cuando estuve hablando en Inglaterra me la pasé preguntándome cómo la gente del SWP [Socialist Workers Party] que encontré intentando venderme su periódico podía estar en la misma organización que tú. Lo digo en serio, y pienso que es algo que hay reflexionar mucho. No son los genes, ni rasgos de personalidad perdurables --se trata de algo que está en la práctica de la base de los partidos leninistas y trotskistas que arrastra a los miembros de la base a este estilo y contenido robótico. Entretanto, otros miembros, más cercanos a la cima del aparato, no tienen el problema robótico, porque cuando el poder se acerca, en vez de esto desarrollan un problema de autoridad.

Pienso que éste es un golpe muy barato. Detrás de él hay un contraste que se ha utilizado para descalificar a las alternativas colectivistas al capitalismo por lo menos desde el 'Gran Inquisidor' de Dostoievsky - entre masas uniformes 'robóticas' e intelectuales que pueden ser más sutiles pero que los mueve un impulso de dominación. Una de las cosas que distinguen a la concepción de comunismo de Marx es que insiste con que una sociedad basada en la solidaridad no tiene necesidad - y por cierto no debe - de suprimir la individualidad. Un partido socialista revolucionario no puede reflejar simplemente la sociedad futura a la que aspira, porque se forma por la lucha contra la sociedad presente. Así y todo, aquellos a quienes llamas 'militantes de base del SWP' no son robots. Son activistas diseminados en lugares de trabajo, vecindarios, universidades y escuelas de Gran Bretaña que se organizan para ayudar a construir una resistencia eficaz al capitalismo.

Recuerdo que uno de los lugares donde hablaste hace unos meses durante este año fue Bristol. Hace unos días, luego de una reunión en Bristol, me quedé charlando con un militante de muchos años del SWP. Trabaja cerca de Gloucester, donde hace algunas semanas hubo una enorme operación policial 'anti-terrorista' contra la comunidad asiática que obligó a la gente que vivía en varias manzanas a dejar sus casas, siendo aprehendido un joven musulmán. El militante del SWP es muy conocido y respetado en el vecindario debido a su trabajo contra el racismo y contra la guerra. Él organizó un enorme acto de protesta, donde asistieron 600 asiáticos - la décima parte de la comunidad local - que hizo que el parlamentario laborista local tuviera que asistir y atrajo la cobertura de los medios de comunicación nacionales.

Este militante particular del SWP no es una excepción - hay miles más como él por toda Gran Bretaña. Las grandes manifestaciones anti-guerra en Londres este año - inmortalizadas en todas esas fotografías de grupos grandes de personas que sostenían pancartas y estandartes - no ocurrieron de la noche a la mañana. Tuvieron que ser organizadas por los activistas locales de todo el país. Los militantes del SWP son sólo una minoría entre estos activistas, pero la mayoría de la gente involucrada en el movimiento anti-guerra en Gran Bretaña reconocería que hemos jugado un papel importante. Esto refleja el impacto concentrado que pueden tener los rasgos que precisamente enumeras - el análisis marxista, la organización centralista democrática y la visión socialista. La venta de nuestro periódico semanal Socialist Worker es parte del mismo proceso. Nos organiza para entablar un diálogo político regular con las personas con las que nos encontramos en nuestras actividades. Seguramente que puede hacerse mal, incluso robóticamente (a mí por cierto me sale muy mal), pero el desprecio que muestras por los vendedores de periódicos socialistas habla más de tí que de ellos.

Por supuesto que una organización socialista revolucionaria tiene sus patologías - hostilidades sectarias, autoritarismo mezquino, cacería de herejes - y no pretendo decir que el SWP nunca las haya tenido. ¿Pero son exclusivas de los leninistas? De mi observación - admito que a larga distancia - del movimiento anarquista, he visto bastante como para sospechar que éstas y otras cualidades también las encontraremos allí. No creo que esto sea sorprendente. Si lees a Christopher Hill sobre lo que pasó con los revolucionarios puritanos del siglo XVII, en particular después de la restauración de los Estuardos, encontrarás modelos de conducta muy similares. Me parece que son un rasgo particular de los movimientos revolucionarios que aspiran a cambiar el mundo cuando son marginados y reducidos a la irrelevancia política.

Desde Seattle nos hemos encontrado en condiciones donde las ideas radicales empiezan a conectarse con movimientos reales. Es un desafío para todos los revolucionarios - no sólo los leninistas - desaprender los malos hábitos que desarrollamos cuando los tiempos eran más duros y comprometernos con una nueva generación que se siente arrastrada a resistir al capitalismo. Pero la presencia de supervivencias de estos modelos heredados del pasado no puede usarse como prueba contundente de que un tipo particular de revolucionarios no puede comprometerse con el movimiento - sobre todo cuando es manifiesto que nos estamos comprometiendo.

3. Evitar el desastre

Por supuesto que en todas las discusiones sobre el leninismo está implícita la cuestión del stalinismo. A tí no te gusta ponerlo en estos términos. No nos peleemos por palabras: el problema es cómo evitar que una revolución dirigida inicialmente por un impulso autoemancipatorio desde abajo se convierta en una monstruosidad tiránica. Según lo entiendo, tu argumento es que el capitalismo tiene una estructura de clase tricotómica - los capitalistas, los obreros, y los coordinadores - y que por consiguiente 'hay dos tipos de economía pos-capitalista'; en vez de que los trabajadores tomen el control, pueden hacerlo los coordinadores, poniéndose a la cabeza de un movimiento de masas cuya mayoría está buscando una liberación más auténtica.

Aquí nuestro debate me ha enseñado algo. Ahora entiendo mejor por qué pones semejante énfasis en los complejos de trabajo equilibrados. Había pensado en ellos como una idea interesante para reconciliar la necesidad de toda economía moderna de especialización compleja con la auto-realización individual y para resolver al mismo tiempo la eterna tarea de quién haría el trabajo menos deseable en una sociedad emancipada. Ahora veo más claramente que antes, que los complejos de trabajo equilibrados, al realizar todas estas funciones, están pensados para impedir que se constituya una clase de coordinadores privilegiados que usurpe los consejos de autogobierno.

Ahora veo lo atractivo de un dispositivo así, pero pienso que es importante subrayar que (y creo que en esto estarías de acuerdo) por sí sólo no evitaría el triunfo de una nueva clase gobernante. Lo esencial para la estabilización y expansión de una sociedad autogestionada (lo que yo llamo 'socialismo') serían otros dos factores; (i) hasta qué punto el contexto material - que en última instancia sólo podría ser global - facilita la consolidación de una democracia consejista; y (ii) en qué medida los consejos se desarrollan, desde instrumentos de lucha hasta instituciones de autogobierno. Economía, política, geopolítica - todo esto sería decisivo para determinar si la nueva sociedad echa raíces; estos mismos elementos también fueron decisivos para establecer el destino de las revoluciones anteriores.

Supongo que mientras más podamos extender la democracia consejista a escala global, será más fácil hacer que la nueva sociedad funcione. No me cabe ninguna duda que necesitaremos dispositivos institucionales como los complejos de trabajo equilibrados pero no veo que puedan jugar el papel decisivo para evitar una regresión a la dominación de clase. Indudablemente que esto refleja nuestras diferencias teóricas - no veo que los coordinadores sean una clase coherente con un lugar en las relaciones de producción comparable al del capital y el trabajo: es más, si un grupo de coordinadores lograra tomar el poder, entonces el registro histórico nos sugiere que lo que ellos dirigirán no será una nueva forma de sociedad de clase sino otra versión del capitalismo. Pero no estoy diciendo nada de esto con un espíritu de complacencia. El siglo XX nos ha mostrado el tipo de monstruosidades que pueden albergar hasta las luchas más idealistas. ¿Quién sabe qué nuevos horrores pueden producir en el futuro la combinación de circunstancias desfavorables y errores subjetivos? Esta es la razón por la cual los debates como estos importan - no sólo para entendernos mejor, sino para producir mejor teoría y estrategia que podemos utilizar para evitar repetir los desastres del pasado.

4 Marchar y discutir juntos: Hace unos meses participé en un debate con un miembro de los dissobedienti del sur de Italia. Él tenía una forma muy buena de describir este tipo de debates. Decía que mientras marchamos en la misma dirección también debemos discutir para aprender del otro. Pienso que esto es exactamente lo que hemos estado haciendo. Compartimos los mismos enemigos, y perseguimos las mismas metas. Tenemos desacuerdos bastante grandes sobre la historia, la teoría, y la estrategia. Estas diferencias son importantes porque juegan un papel importante en la formulación de cómo resolvemos prácticamente los problemas políticos que enfrentamos. Pero hay bastante acuerdo al nivel de la visión e incluso de la estrategia para continuar marchando juntos - para que sea productivo continuar la cooperación, sin evitar nuestros desacuerdos pero sin hacer de ellos una barrera para la cooperación, y mantenernos abiertos a las sorpresas que la historia sin ninguna duda nos tiene reservados a todos nosotros.


Con los mejores deseos para el Año Nuevo,
Alex


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