Izquierda Marxista

La etapa más reciente del capitalismo

 

Autor: Monthly Review - Editorial

Fecha: 3/1/2004

Traductor: Guillermo Crux, especial para PI

Fuente: Monthly Review, enero 2004


Editorial

Los materialistas históricos no son profetas; no predicen el curso futuro de la historia. Se preocupan más bien por el presente como historia. Este principio fundamental del pensamiento marxista nos viene a la mente al reencontrarnos recientemente con una malinterpretación común del 'Imperialismo' de Lenin. En su nuevo libro, 'The New Imperialism' (El Nuevo Imperialismo), David Harvey escribe (pág. 127): “por consiguiente, pienso que Arendt ...tiene razón cuando interpreta al imperialismo que surgió a fines del siglo XIX como ‘la primera etapa en el dominio político de la burguesía en lugar de la última etapa del capitalismo según lo describió Lenin.” (Ver también el artículo de Harvey “El ‘Nuevo' Imperialismo'' en Socialist Register, 2004, pág. 69.) [1]

Si Lenin, como pretende Harvey aquí, hubiera caracterizado realmente al imperialismo como la “última etapa” del capitalismo, habría hecho el tipo de pronóstico final que los materialistas históricos siempre buscaron evitar. En realidad, el punto de Harvey con respecto al trabajo de Lenin no tiene fundamentos, ya que está basado en una temprana mala traducción del título a la primera edición del famoso folleto de Lenin sobre el imperialismo. Lenin consideró originalmente titular este trabajo como 'Las Características Básicas del Capitalismo Contemporáneo'. En su manuscrito de 1916 le dio el título de 'El Imperialismo, Etapa Superior del Capitalismo'. Pero cuando publicó su folleto en 1917 le dejó el título 'El Imperialismo, la Etapa más Reciente del Capitalismo' (siguiendo el gran trabajo precedente de Rudolf Hilferding, que había titulado 'El Capital Financiero, la Fase más Reciente del Desarrollo Capitalista'). Aún hoy este es el título en ruso en cada entrada de la Biblioteca del Congreso del libro de Lenin.

Una primera traducción al inglés, deficiente, aparece en varias ediciones diferentes en Gran Bretaña y Estados Unidos, la convirtió en la “última etapa” del capitalismo (a veces también se tradujo como la “etapa final”). Esta mala traducción es a la que Arendt y Harvey se refieren en la cita anterior. (El título de Lenin fue traducido correctamente por J. T. Kozlowski en la edición publicada por la Marxian Educational Society en Detroit en 1924.)

A fines de la década de 1920, después de la muerte de Lenin, el Partido Comunista de la Unión Soviética publicó una nueva edición del libro en el que se ponía “etapa superior” en vez de “la etapa más reciente” (siguiendo el manuscrito anterior de Lenin) y la obra ha llevado ese título desde entonces. Puesto que no era el título con el que lo publicó Lenin, por ende los reclamos teóricos basados en su utilización de “la etapa superior” en el título de su trabajo —e incluso más en el caso de la mal traducida “última etapa”— carecen de una base firme. (Ver John Bellamy Foster y Henryk Szlajfer ed., The Faltering Economy [1984], pág. 21; Robert Service, Lenin,: A Political Life, vol. 2 [1991], pp. 113–14; Lenin, Obras [edición en ruso], vol. 19, pág. 79; Catálogos de la Unión Nacional, Impresiones Pre-1956, vol. 326, pp. 239–41.)

Para estar seguros, Lenin no sólo había empleado “la etapa superior” como título de su manuscrito de 1916 —aunque decidió al final no publicar el trabajo bajo este título— sino que también utilizó el término en el prólogo a las ediciones francesa y alemana de 1920. No obstante, queda claro por el contexto de ese prólogo que allí utilizaba la frase “la etapa superior” en un sentido muy definido. Según creía, la revolución de 1917 había liberado las condiciones para la revolución mundial y el declive capitalista, sugiriendo que se había alcanzado la etapa superior del capitalismo —en el mismo sentido en que uno podría decir que la etapa superior del Imperio romano existió durante la época de Augusto (el comienzo del Imperio romano que surgió de la República romana). En el caso romano, la era agustina representó no sólo el cénit del Imperio sino que también prefiguró más de un milenio de decaimiento y agitación interna/externa —pasando por numerosas etapas adicionales— antes de la caida final de Roma. Así, el término “superior” no tiene el mismo significado que “último” o “final.” Para Lenin, como para Marx, el capitalismo sólo acabaría con la revolución social y sólo en la medida en que fuera “la víspera de la revolución social proletaria” a "escala mundial” —como dijo al final de su prefacio de 1920— era posible hablar de la “etapa superior” del capitalismo —más allá del cual se abría un período más o menos prolongado de revolución y declive capitalista.

Tanto en la práctica como por profesión Lenin era un optimista revolucionario. No hay ninguna duda de que él creía en 1917 e inmediatamente después que la revolución que empezó en Rusia podía extenderse rápidamente a Europa Occidental en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial. Pero su perspectiva teórica amplia no excluía una lucha mucho más prolongada entre el socialismo y el capitalismo e involucraba un declive y caída del sistema capitalista que se extendería en el futuro. Incluso con el triunfo revolucionario de Rusia tras él, Lenin no predijo una sucesión histórica definida de eventos que llevaran al derrumbe rápido e inevitable del capitalismo en todas sus formas. No había ningún determinismo absoluto en su pensamiento. Las situaciones revolucionarias, opinaba, pueden estar determinadas objetivamente, pero la revolución misma seguía siendo un hecho histórico contingente.

Tal reconocimiento de la contingencia histórica no es antitética al marxismo; es su misma esencia. La historia no tiene ningún fin; y el presente como historia siempre es limitado y contingente. No puede haber distorsión mayor del materialismo histórico que concebirlo como algo que lleva a un determinismo estricto que entonces se vuelve una base pseudo-científica sobre la cual profetizar los desarrollos históricos antes de que ocurran. Una prespectiva abierta, no teleológica distinguió al marxismo clásico —algo opuesto al marxismo oficial que lo sucedió en la Unión Soviética desde fines de la década de 1920 en adelante. La obra de Lenin de 1917 'El Imperialismo, la Etapa más Reciente del Capitalismo' es un ejemplo perfecto de este principio materialista histórico en su aplicación.

NOTA:

1- En español: David Harvey, "El “nuevo” imperialismo: sobre reajustes espacio-temporales y acumulación mediante desposesión" en:

http://www.ft.org.ar/Notasft.asp?ID=1416


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