Economía y Politica Internacionales

Los ataques en Madrid endurecerán la resolución de Washington

Autor: Rupert Cornwell

Fecha: 12/3/2004

Traductor: Celeste Murillo, especial para P.I.

Fuente: The Independent

Los horrorosos atentados terroristas en Madrid pueden o no haber sido trabajo de al-Qaeda.

Pero para la administración Bush son prueba inequívoca de que el terrorismo es el problema mundial del siglo XXI, endureciendo la convicción de Washington de que no puede haber negociación con terrorismo, sólo su destrucción total.

Hace dos años y medio, EEUU era víctima del peor incidente terrorista de los tiempos modernos, cuando un avión secuestrado se estrelló contra las Torres Gemelas del World Trade Center, matando a 3,000 personas.

Desde ese momento no hubo un solo acto terrorista en EEUU. Los ataques, menos espectaculares pero más fáciles de ejecutar, que estaban previstos, ataques suicidas en un centro comercial o en un evento deportivo, o ataques al transporte público, como ayer en España, no se han materializado, a pesar de las advertencias.

Fuera de EEUU es otro tema, con civiles e instituciones ligados con EEUU y sus aliados Gran Bretaña, Australia e Israel permanentemente en riesgo a causa del terrorismo.

En este sentido, los bombardeos de Madrid toman su lugar en una larga lista de atrocidades post-11 de septiembre, junto con Tunis, Bali, Riyadh, Casablanca y Estambul y los violentos ataques en el Irak post-Saddam.

Cada vez que la administración Bush anuncia un avance en su "guerra contra el terrorismo", se abre otro frente.

Después de las atrocidades del 11 de septiembre, la seguridad de las aerolíneas alrededor del mundo se endureció.

Pero entonces los terroristas golpearon en otros lugares del turismo internacional, matando a 202 personas en los clubes nocturnos de la isla indonesia de Bali en octubre del 2002.

La seguridad de los hoteles se endureció. Entonces, el siguiente gran ataque terrorista dos meses más tarde, en el complejo costero de Mombasa en Kenia, un coche bomba explotó en las puertas del Hotel israelí Paradise. Al mismo tiempo, un misil alcanzó a un avión comercial que volaba del aeropuerto de Mombasa hacia Israel.

Desde ese momento los objetivos incluyeron la embajada inglesa en Estambul en noviembre del 2003, que dejó 28 muertos, inclusive el cónsul-general, Roger Short. En un ataque simultáneo, en la sede del banco inglés HSBC de Estambul estalló una bomba.

En Moscú, el subterráneo fue el blanco de un ataque suicida, donde estalló una bomba que mató a 39 personas durante la hora pico. Parece que aunque se tomen todas las medidas, las bombas siempre logran pasar.

Analistas en Washington señalaron que las 10 explosiones sincronizadas de ayer se asimilan a la técnica de explosiones múltiples y coordinados utilizados por al-Qaeda o presuntos socios en varias operaciones terroristas recientes.

Como indican los especialistas en terrorismo, existe tres variedades de terrorismo. El primero es ideológico, llevado adelante por la extrema izquierda y la extrema derecha, que plagaron Alemania e Italia a finales de la década del ‘60, ’70 y ‘80. Fue el italiano, responsable de la explosión de la estación Bologna en agosto 1980, que mató a 85 personas, hasta que ayer el peor atentado terrorista en la historia de la europea moderna (si el desastre de Lockerbie, concebido en el mundo árabe, es excluido).

El segundo es el terrorismo nacionalista, que sus perpetradores presentan como guerras de independencia por medios no-convencionales. Esta categoría abarca al IRA, el movimiento de la ETA en España, y los combatientes chechenos, que se cree llevaron a cabo una serie de ataques en Rusia.

Los hombres bomba y otros ataques palestinos contra Israel en gran parte entran en esta categoría. Pero el conflicto de Medio Oriente, como insurgencia de guerrilla de baja intensidad en Irak, implica cada vez más una tercera clase de terrorismo. Esta podría ser descrita en la mayoría de los casos como terrorismo de "civilizacional"(1): acción extremista motivada por factores religiosos o culturales, generalmente islámico.

El cuadro puede empeorar por la cooperación a través de las fronteras. El IRA fue apoyado por los libios; las Brigadas Rojas en Italia tuvieron conexiones en Medio Oriente. Algunos expertos no excluyen una alianza por conveniencia entre la ETA y al-Qaeda o algún afiliado. Esos diagnósticos lanzan una sombra sobre los próximos Juegos Olímpicos de Atenas.

Cinco meses antes de los Juegos, las fuerzas de seguridad de EEUU y Grecia realizaron ejercicios conjuntos relacionado con la seguridad en y alrededor de Atenas esta semana, para enfrentarse con varios escenarios terroristas. Pero no aliviaron los temores de los funcionarios aquí, que creen que los competidores norteamericanos estarán en peligro particularmente.

Geográficamente, Grecia está cerca de Turquía, donde hace mucho tiempo los nacionalistas kurdos lucharon en una guerra civil con Ankara, y cerca de los Balcanes con su historia moderna de conflictos étnicos. Históricamente, el país tiene una pobre actuación frente al terrorismo. Su proximidad con Medio Oriente lo hace fácilmente accesible a grupos extremistas. Para los guerrilleros islámicos que buscan un ataque sangriento contra EEUU y sus aliados, Atenas este agosto es un objetivo especialmente tentador.

Una cosa es cierta: la red al-Qaeda de Osama bin Laden ha provocado una escalada de actos terroristas. Según Manuel Coma, experto en seguridad del Instituto Real Elcano de España: “desde el 11 de septiembre, ha habido un salto cualitativo. Los ataques pequeños ya no sirven. Tienen que apuntar más alto para lograr influencia”.

Si las explosiones no pueden alcanzar a los líderes del gobierno, que se reúnen ahora detrás de muros de seguridad, pueden alcanzarlos apuntando contra su gente.

"Parece que los terroristas se están volviendo más ambiciosos en sus objetivos. Quieren hacer más daño, y causar que más shock para lograr la atención pública y forzar a los gobiernos a reaccionar”, dijo el analista militar canadiense Tim Dunne.