Europa

Huelga general el 26 de marzo

Autor: Riccardo De Gennaro

Fecha: 11/3/2004

Traductor: Lucas Pizzutti

Fuente: La Repubblica

Huelga General el 26 de marzo

Riccardo De Gennaro La Repubblica 11/3

« No es una huelga inútil como alguno dice. Los sindicatos no hacen nunca cosas inútiles, hacen cosas útiles para los trabajadores y los jubilados ». Cuando el secretario de la CISL, Savino Pezzotta, pronuncia estas palabras, las sala, que hasta ahí estaba contenida, estalló en aplausos. Pezzotta no usa nunca con desenvoltura la palabra huelga, y si ahora lo hace y lo defiende a capa y espada la iniciativa del bloqueo de 4 horas del 26 de marzo (ocho horas en Lazio y Sicilia, además de la escuela, el correo y lasinstituciones crediticias, y de 9 a 13 para los trenes), significa que los sindicatos tienen claro que hoyno hay otra alternativa y que, por el momento, el diálogo con el gobierno es impracticable.
Una nueva huelga general unitaria contra las reformas de las jubilaciones (después de las modificaciones aportadas al proyecto del gobierno) y por un radical cambio de la política económica del gobierno no estaba descontado. Como no estaba descontado que la CGIL-CISL-UIL arribaran a compartir el análisis de la situación político-económico del país y expresaran el mismo juicio negativo en relación a la acción del gobierno. No sucedió así el 5/7/2002 cuando después de una larga batalla en gran parte unitaria sobre el artículo 18, Cisl y Uil firmaron con el gobierno el « Pacto por Italia », hoy superado por una plataforma unitaria que contiene las propuestas de los tres sindicatos confederales en tema de política económica, de réditos y sociial : todos frentes sobre los cuales dicen al unísono « el gobieno ha fracasado ». Por lo cual ahora « nosotros jugaremos con tres delanteros : CGIL, CISL y UIL », como dice al inicio de la asamblea Carmelo Barbagallo.
« No sirve tener costos bajos, una flexibilidad creciente hecha de precariedad, un crecimiento de las desigualdades de los réditos para volver a crecer : mejor dicho, el hecho de que Italia está parada con todo esto, nos dice que tal vez la verdad es la contraria » ataca desde el palacio del Palaeur el secretario de la CGIL, Guglielmo Epifani. El cual, en particular, imputa al gobierno dos responsabilidades : una política fiscal que ha premiado a los más ricos con los perdones generalizados a quien no ha pagado los impuestos, no haber contrastad, ni siquiera intentado, frenar los precios y las tarifas. A causa de esto ha aumentado el número de aquellos que « no llegan a fin de mes y son menos libres ».
Entre la intervención de apertura de Epifani y el de clausura de Pezzotta, van al micrófono, no por casualidad, los delegados de las empresas en conflicto, de Alitalia a Montefibre, una docente precaria demuchísimos años, una jubilada del barrio Testaccio. Cuentan historias de vida cotidiana, dificultades, miedos, incertidumbre. Son los representantes de los que el secretario de la UIL definirá la gran fuente de recursos de Italia « las personas que todas las mañanas van a trabajar, aquellos que nos han hecho grandes ». Los sindicatos han decidido escuchar a aquellos y no seguir el juego de aperturas y cierres con el gobierno : « Las razones del trabajo son las razones de la República » truena Pezzotta al micrófono. Por lo tanto, CGIL-CISL-UIL intentan reforzar las relaciones con la base. Pero a la vez reproponen con fuerza la necesidad de reiniciar una concertación con el gobierno.
« La fase que se abre será al mismo tiempo un período de confrontación y movilización. De diálogo y de iniciativas » anuncia Epifani, que sobre el texto que ha escrito dice « de lucha », pero ahora, en nombre de la unidad, prefiere utilizar tonos más soft. Ahora le toca a las movilizaciones, lo que también comporta, en vistas de la huelga general contra el gobierno de Berlusconi, la organización de centenares de asambleas en los lugares de trabajo para informar sobre la plataforma unitaria lanzada ayer. Después la huelga general con manifestaciones a nivel provincial. El objetivo es reforzar a los sindicatos. Solamente con esta base de partida y la reapertura deun debate con dignidad a la par, los sindicatos confederales pueden confiar en el cambio de la política económica del gobierno, y más adelante, en el cambio de gobierno.