Izquierda Marxista

Una dirección política para los movimientos sociales I

Autor: François Vercammen

Fecha: 28/3/2004

Traductor: Guillermo Crux, especial para PI

Fuente: Socialist Resistance, Gran Bretaña

Los grandes partidos y alianzas anti-capitalistas que surgen por todo el mundo, donde el centro lo ocupan los socialistas revolucionarios, deben dirigir políticamente los nuevos movimientos sociales y fortalecer la lucha contra el neoliberalismo. Éste fue el centro del debate en un reciente encuentro público de Socialist Resistance* ‘Reagrupando a la Izquierda', que tuvo lugar en Londres en febrero, con la participación de François Vercammen de la Cuarta Internacional (Secretariado Unificado), John Percy de Democratic Socialist Perspective/Socialist Alliance de Australia y Karen O'Toole de Socialist Resistance.

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Las cosas han cambiado desde el surgimiento del movimiento anti-globalización. Hay una perspectiva. Hay un nuevo humor, un nuevo entusiasmo y una nueva generación. Y sobre todo, ha tenido un impacto sobre el conjunto de la sociedad, particularmente en los movimientos sociales y los sindicatos dentro de países y regiones.

Me parece que es muy importante no ser sectario o ultra-crítico de los nuevos movimientos sociales, específicamente del Foro Social Europeo. Es algo nuevo, con el potencial para desarrollarse de maneras diferentes. Es un gran lugar para la movilización, por ejemplo contra la guerra, y llevó a un frente único anti-guerra fantástico el 15 de febrero del año pasado. Más que en los años sesenta, el Foro Social es un espacio donde pueden debatirse muchas ideas libremente en todos los niveles.

Lo que pasa entre cada Foro Social es muy importante. País por país el nuevo movimiento social está teniendo un impacto directo en el movimiento obrero tradicional. El resultado es lo que podría llamarse un “movimiento obrero social y de los ciudadanos.”

Veamos Alemania, el gigante durmiente donde todo había estado bajo control durante años. El 1° de noviembre de 2003 tuvimos una manifestación de 100.000 personas, principalmente obreros, actuando independientemente del movimiento sindical oficial. Para primera vez hay algún espacio para la organización autónoma, anti-capitalista, dentro de los sindicatos y en el nivel político. La próxima vez será el turno de Gran Bretaña porque éste fue uno de los países clave donde el movimiento fue muy fuerte.

Hay una contradicción enorme entre la fuerza, el entusiasmo y el compromiso que tienen lugar en el nivel social y la enorme debilidad en el nivel político tanto en términos de la cantidad de gente que se suma a los partidos y electoralmente. Podemos ver esto en Italia, donde ha habido grandes manifestaciones y huelgas pero un partido como Rifondazione Comunista sólo ha crecido modestamente. En 1968, los estudiantes y los jóvenes se volvieron hacia la clase obrera y el socialismo para construir nuevos partidos. Eso no está pasando hoy y ese es por supuesto un gran problema.

Opino que describir el movimiento social como “anti-capitalista” es equivocado. Es una exageración masiva. Si las personas son genuinamente anti-capitalistas no les pedimos que sean revolucionarios, pero por lo menos tienen que tener una idea de que se necesita tomar el poder económico y político de la burguesía para ponerlo en las manos del pueblo. Debemos tener una idea de construir una fuerza social que pueda ir en esa dirección.

Hemos sido testigos de una crisis histórica de la socialdemocracia. Veinte años de políticas neo-liberales han roto la lealtad entre los partidos políticos y el pueblo. Los partidos socialemócratas han hecho muchas cosas escandalosas durante toda su historia, pero en los años ochenta desecharon los mismos programas sobre los que se construyeron; negociaciones colectivas, seguro social, pensiones y legislación social. La gente ve que el sistema jubilatorio está bajo ataque así que hay una gran apertura a ese nivel. Pero al mismo tiempo, cuando la socialdemocracia se estaba derrumbando, la izquierda revolucionaria también estaba derrumbándose, así que hubo un vacío. No ha habido una entrada en masa de una nueva generación.

Ahora estamos en una situación histórica muy particular donde las organizaciones revolucionarias tenemos una oportunidad fantástica de estar a la cabeza de la reconstrucción del movimiento social y sindical.

En nuestra visión anti-capitalista, los nuevos partidos y alianzas pluralistas son la respuesta. La paradoja es que sólo las organizaciones revolucionarias son capaces de construir esas nuevas alianzas. Esto necesita una comprensión del nuevo capitalismo y la nueva clase obrera. No debe intentarse hegemonizar las cosas aun cuando uno sea la mayoría. Necesitamos tener una atmósfera general donde todos nos sintamos involucrados.

En Francia, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) está a favor de crear un amplio partido anti-capitalista. Si queremos ganarnos al electorado del Partido Comunista Francés tenemos que formar un amplio bloque electoral - debemos tener socios. El problema es que no hay otra organización nacional aparte de la LCR que tenga algún peso. La LCR sigue siendo dominante aunque haya abandonado el centralismo democrático y no controle las células locales a la vieja usanza.

Sólo los revolucionarios no sectarios que quieren un diálogo amplio, pluralista y libre pueden crear partidos o alianzas anti-capitalistas amplios. Pero mientras se los construye, tenemos que asegurarnos que realmente se dirijan a los problemas de la vida real de los trabajadores con respuestas concretas. Las alianzas y partidos que no hagan eso se caerán a pedazos.

Y hay otro desafío al que también tenemos que contestar. Debido a la UE, se están construyendo partidos y alianzas 'europeos'. En las próximas elecciones europeas habrá una alianza europea de 'izquierda' alrededor de los Partidos Comunistas. Nosotros estamos intentando formar una alianza anti-capitalista europea que tendrá un impacto significativo.

* Socialist Resistance es la sección británica del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional.