Economía y Politica Internacionales

Un acusador interno puso a la Casa Blanca en la defensiva

 

Autor: Todd S. Purdum

Fecha: 23/3/2004

Traductor: Estefanía, especial para P.I.

Fuente: New York Times


El mismo John Kerry nunca se ha atrevido a hacer esta acusación: que el presidente Bush fracasó en enfrentar adecuadamente la amenaza de al-Qaeda en los meses previos a los ataques del 11 de septiembre, seguido luego con “una innecesaria y costosa guerra en Irak que fortaleció al movimiento mundial fundamentalista de los terroristas islámicos radicales”.

Pero esta es la acusación del ex asesor número uno en anti-terrorismo del Sr. Bush, Richard A. Clarke, publicada esta semana en un libro. En el peor momento posible, esto socava la credibilidad de Bush en el asunto que ha hecho pieza central de su administración y una pieza clave de la campaña por su re-elección: su manejo de la guerra global contra el terror.

Durante más de un año, el Sr. Bush ha presentado la invasión de Irak como una batalla crítica en esa guerra, y a pesar de algunos contratiempos significativos y duras críticas nacionales e internacionales, ha ganado hasta ahora un amplio apoyo político. El Sr. Clarke acuerda con que Irak y el terrorismo están relacionados en la mente del Presidente, pero de un modo en que tiende a ir contra de los hechos.

“Al final, lo único sobre la reacción del Sr. Bush hacia el terrorismo fue el país que eligió para dar una lección a potenciales estados patrocinadores del terrorismo, no un país comprometido con actividades terroristas anti-Estados Unidos, sino uno que no lo estaba, Irak”. El Sr. Clarke escribe en su libro, “En contra de Todos los Enemigos: Dentro de la Guerra de Estados Unidos contra el Terrorismo”. “Es difícil imaginar otro presidente haciendo esa elección”.

Justo cuando el Sr. Bush parecía estar ganándole al Sr. Kerry en la campaña electoral, después de semanas a la defensiva, a causa del fracaso de no encontrar armas de destrucción masiva en Irak, el Sr. Clarke puso a la Casa Blanca nuevamente a la defensiva. Pinta una escena fácil de imaginar, subiendo el volumen de música fantasmal en un comercial de Kerry como evidencia de la determinación del Sr. Bush de invadir Irak. El 12 de septiembre de 2001, escribe el Sr. Clarke, el Sr. Bush se acercó a él en la Situation Room de la Casa Blanca y le pidió tres veces que se “fijara” si Irak había estado involucrado en los ataques del World Trade Center y del Pentágono.

“Y de manera muy intimidante, quiero decir, debíamos volver con esa respuesta”, dijo Clarke en una entrevista en el programa “60 Minutos”, de la CBS el domingo a la noche. El Sr. Clarke está lejos de ser una persona en desacuerdo con la política del presidente en Irak. Pero su condición de funcionario le da una especial credibilidad y reputación- una realidad que los funcionarios de la administración Bush reconocieron implícitamente con sus rápidos y unificados esfuerzos por no dar importancia a las acusaciones de Clarke como una mezcla de la percepción del tipo “20-20” (programa de periodismo sensacionalista, N de T) y la degradación de un ex funcionario civil.

Durante treinta años en el gobierno, el Sr. Clarke tuvo una dura reputación. Hizo muchos enemigos en la burocracia. Reconoce su amistad cercana con Rand Beers, un funcionario del servicio extranjero que logró éxito en la Casa Blanca y que ahora es asesor de la campaña del Sr. Kerry en Seguridad Nacional.

Pero es difícil ver sus críticas como política partidaria común. Fue un republicano afiliado en el 2000, tiene una carrera de funcionario civil de la Casa Blanca bajo tres presidentes, uno de los pocos expertos en Seguridad Nacional que se mantuvo de la administración Bufh (padre), durante la primera administración Clinton, y de nuevo bajo la actual gestión de Bush.

“Dirk Clarke tenía asiento en primera fila en los esfuerzos norteamericanos contra el terrorismo durante casi dos décadas”, dijo el senador Bob Graham, demócrata de Florida, Primer Presidente del Comité de Inteligencia del Senado. Agregó: “los hechos son que durante los seis meses de las primeras bombas en Afganistán, esta administración desvió recursos militares y de inteligencia a su guerra planeada en Irak, que permitió a al-Qaeda regenerarse. Como la gente de Indonesia, Marruecos, Arabia Saudita y más recientemente, España, ha aprendido dolorosamente, que este presidente fracasó en ejecutar la verdadera guerra contra el terrorismo”.

Morton I. Abramowitz, con quien trabajó Clarke cuando fue asistente para inteligencia del Secretario de Estado, en la administración Reagan, y que después sirvió como primer embajador de Turquía, durante la primera administración Bush, dijo que siempre valoró el consejo del Sr. Clarke. “Lo único que puedo decir es que creo que Dick tiene una credibilidad enorme”, dijo Abramowitz. “Tiene un intelecto de primera clase. Es muy dedicado. Intenta que las cosas sucedan. No vacila en tomar posturas poco populares y no teme presionar el sobre”. Agregó: “Dick es un jugador serio. Ha estado involucrado en esto durante. No se puede pasar por alto lo que Dick está diciendo”.

Las acusaciones de Clarke han electrificado el pequeño mundo de la gente de Washington, y han llenado de optimismo la campaña de Kerry, que las envió por e-mail sólo después de que salieran en el programa“60 Minutos”. Cuánto impacto tendrán en el electorado en general, sigue siendo una pregunta abierta.

A pesar que una amplia evidencia demuestra lo contrario, las encuestas muestran consistentemente que gran parte -si no una mayoría- de la gente cree que Saddam Hussein estuvo implicado personalmente en los ataques del 11 de septiembre. Una cantidad equivalente dice que veían la pelea en Irak como parte de una guerra global contra el terrorismo, y que la guerra hizo a Estados Unidos más seguro.

Pero el continuo fracaso en encontrar armas químicas o biológicas puso en riesgo la credibilidad del Sr. Bush, y varias encuestas recientes encontraron que una gran mayoría de los norteamericanos ahora dice que la guerra en Irak no valió la pérdida de vidas norteamericanas y otros costos.

Los comentarios del Sr. Clarke lo pusieron claramente entre los que dudan. En su entrevista en el programa “60 Minutos”, dijo que la administración ha promovido repetidamente la impresión de que Irak estuvo implicado en los ataques del 11 de septiembre.

“La Casa Blanca manipuló cuidadosamente la opinión pública, no mintió, pero dio una impresión muy fuerte de que Irak lo hizo”, dijo, agregando: “Ellos lo sabían. Les dijimos. La CIA les dijo. El FBI les dijo. Ellos lo sabían. Y la tragedia es que los norteamericanos fueron a morir a Irak pensando que estaban vengando el 11 de septiembre, cuando Irak no tuvo nada que ver con eso. Que un comandante en jefe y un vicepresidente permitan que pase esto es inconcebible”.


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