Irak, Medio Oriente y Asia

Análisis: la salida de Arafat sacudiría la justificación del plan de Gaza

 

Autor: Aluf Benn

Fecha: 31/10/2004

Traductor: Elisa, especial para PI

Fuente: Haaretz


La salida de escena de la Autoridad Presidencial palestina Yasser Arafat generará significativas transformaciones en las escenas políticas palestinas e israelíes.

La afirmación de que “no hay interlocutores”, lo cual ha constituido la base de la policía extranjera israelí en los cuatro últimos años y ha justificado la negativa a negociar con las Autoridades Palestinas, se marcharía junto con él.

El plan de descompromiso unilateral del Primer Ministro Ariel Sharon perdería la justificación central de su existencia– falta un interlocutor palestino.

Sólo un día después de que el Knesset aprobó el plan de descompromiso y la dramática desavenencia tomó lugar en la dirección del Likud, todas las circunstancias parecen estar cambiando repentinamente.

Uno puede todavía oír al Ministro de Exterior Silvan Shalom arrumbando una propuesta de compromiso: posponiendo el descompromiso hasta que una nueva y estable dirección palestina constituida pueda tomar posesión de la Franja de Gaza por acuerdo.

Shalom sostuvo el “descompromiso con un interlocutor” desde el principio, y ahora esto puede ser usado para devolver a Benjamin Netanyahu, Limor Livnat y quienes los apoyan a sus sillas y para calmar la rebelión en el partido.

El presidente americano que será electo el Martes se vería libre del dilema que ha sujetado a la política norteamericana en la región: cómo restaurar el proceso político con el problemático Arafat atascado en el medio.

Con el acicate europeo, Washington podría ser capaz de renovar su compromiso y conducir las negociaciones entre Israel y los sucesores de Arafat, particularmente si John Kerry es elegido.

Sharon será necesario para empezar inmediatas negociaciones si la dirección palestina es tomada por moderados como Abu Mazen, quien no ha estado envuelto en el terrorismo.

Los sucesores de Arafat podrían reanudar diálogos sobre un acuerdo final y no hacerlo alrededor de las soluciones parciales propuestas por Sharon. Ellos podrían acordar poner fin al conflicto y erigir un Estado si Israel se retira más o menos a las fronteras anteriores a 1967, y obtendrían amplio apoyo internacional para un Estado independiente.

Como primer paso, Israel podría ser llamado a hacer gestos para facilitar que la nueva dirección se asiente- abriendo caminos, liberando prisioneros.

Sharon reclamaría que tanto como dure la situación poco clara y la nueva dirección no se estabilice, ningún riesgo puede ser tomado. Indudablemente, él puede ganar tiempo antes de que esté obligado a discutir puntos difíciles como las fronteras, Jerusalén y los refugiados. Pero el reclamo de “caos en la PA” sacudiría la iniciativa de descompromiso y haría difícil la retirada. ¿Cómo podría retirarse si no hay orden?

Al mismo tiempo, Sharon podría demandar que la hoja de ruta sea seguida al pie de la letra, de modo que las negociaciones sean pospuestas hasta que el terrorismo, la violencia y la instigación estén completamente contenidos. Mientras tanto, el puede querer llevar a cabo el descompromiso unilateralmente.

La comunidad internacional encontrará difícil aceptar esto por temor a que Sharon esté retornando a los “siete días de silencio”, maniobra que terminó con el diálogo diplomático al comienzo de su mandato. Israel estaría aguardando para transferir el control de los territorios de manera ordenada; de cualquier manera, podría ser hecho responsable por una catástrofe.

Pero desde un punto de vista, Sharon está cerca de ser capaz de tachar un ítem de su lista. Durante años ha estado esperando la muerte de su adversario perpetuo, Arafat. Todo el tiempo Sharon se encontró a si mismo en crisis, y su silla estaba poco firme, pareció como si Arafat continuara en el poder mientras el retornaría a la hacienda Sycamore. Ahora parece que es una pesadilla con la que Sharon no deberá convivir mucho tiempo.

Publicado el 28 de Octubre, 2004




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