Izquierda Marxista

EE.UU: Cuando la recuperación trae despidos

 

Autor: Alex Callinicos

Fecha: 9/8/2003

Traductor: Guillermo Crux, especial para PI

Fuente: Socialist Worker, GB


La economía norteamericana bajo los dos George Bush.

La recesión en EE.UU. ha terminado, según el guardián de las estadísticas económicas norteamericanas. La Oficina Nacional de Investigación Económica (NEBR) anunció recientemente que la recesión en realidad finalizó hace casi dos años, en noviembre de 2001. Díganle eso a los norteamericanos que todavía están perdiendo sus puestos de trabajo. La economía norteamericana continuó prediendo empleos durante el sexto mes consecutivo en julio.

Según el Financial Times, "Como a su padre, al Sr Bush le ha tocado gobernar durante una recuperación sin nuevos empleos. Dos años después de la recesión de 2001, el empleo del sector privado ha caído más de 2,5 millones. La tasa de desempleo, al 6,4 por ciento, está más de dos puntos más alta. Larry Mishel, presidente del Instituto de Política de Empleo, una organización con tendencia de izquierda, lo llama ' la mayor contracción del empleo en el sector privado desde la Gran Depresión'."

George W Bush no queda bien parado luego de una comparación con los logros económicos de su padre. Luego de dos años de recuperación económica de la recesión de comienzos de los noventa, cuando Bush padre era presidente, el empleo comenzó a subir. Hoy, sin embargo, según el NEBR, "Los más recientes datos indican que el empleo no ha empezado a recuperarse en absoluto."

Es tentador sugerir que quizá la recesión realmente no haya terminado. Éste no es el mensaje que Wall Street y los otros mercados de valores quieren oír. Los precios de las acciones, que han subido considerablemente en meses recientes, la semana pasada se dispararon por algunas buenas noticias sobre la economía norteamericana. Entre abril y junio de 2003, el ingreso nacional creció a una tasa anual del 2,4 por ciento, la más rápida en casi un año.

Potencialmente más significativo, la inversión comercial subió a una proporción anual de 7 por ciento, el alza más grande desde que los mercados de valores empezaron a derrumbarse hacia la primavera de 2000.

La fuerza motriz de la recesión norteamericana ha sido la enorme cantidad de nueva capacidad productiva creada por la ola gigante de inversiones de finales de los noventa. La depresión sobrevino porque buena parte de esta capacidad no pudo utilizarse lucrativamente. Si las compañías empezaran a invertir nuevamente, éste sería un verdadero punto de inflexión. Por eso tiene razón el secretario del tesorero norteamericano John Snow cuando dice que la economía está "enrollada como un resorte", ¿lista para rebotar?

El estado norteamericano verdaderamente está ocupado calentando los motores de la recuperación económica. Bush y Alan Greenspan, presidente del equivalente del Banco de Inglaterra, pueden ser republicanos derechistas amantes del libre mercado.

Pero, a diferencia de sus discípulos británicos más ingenuos Tony Blair y Gordon Brown, ellos no permiten que la economía neo-liberal se interponga en el camino de la política seria. Cuando se trata de acelerar la economía a tiempo para las elecciones presidenciales del próximo año, Bush y Greenspan se comportan como alumnos fieles de la economía intervencionista de John Maynard Keynes. Greenspan ha recortado las tasas de interés.

Entretanto, el gasto gubernamental ha estado flotando por las nubes a una proporción anual de 22 por ciento entre abril y junio de 2003 -gracias al Pentágono, cuyo gasto aumentó a un enorme 44 por ciento. El gobierno elefante que a la derecha republicana le encanta denunciar contribuyó un 1,7 por ciento al crecimiento económico.

"Sin los voraces vientos del gasto estatal, la economía de EE.UU hubiera sido como un barco sin timón," dijo un economista al Financial Times. Otras administraciones norteamericanas han confiado en este tipo de keynesianismo militar. Lyndon Johnson lo hizo durante la Guerra de Vietnam a mediados de los sesenta, como también Ronald Reagan en la plenitud de la Segunda Guerra Fría en los años ochenta.

Ambos episodios terminaron en lágrimas. Johnson tuvo que gobernar con una inflación creciente y una crisis del dólar en los mercados internacionales de divisas. El legado de Reagan fueron los "déficits gemelos" - por los préstamos que tomó el gobierno de EE.UU. y por la diferencia entre importaciones y exportaciones. Bajo Bush hijo los déficites gemelos regresan.

La economía norteamericana se mantiene a flote gracias a su habilidad de pedir prestado del resto del mundo el dinero que necesita para pagar por los bienes y servicios que el resto del mundo exporta hacia ella. El boom de los noventa se financió con préstamos masivos tomados por empresas y hogares.

Según un economista de la inversora Goldman Sachs en Nueva York, esto todavía está ocurriendo, ya que las empresas y los hogares gastan más de $100 mil millones más que sus ingresos - "salvo durante los años de la burbuja de 1998-2001... el déficit privado más grande desde la Guerra de Corea" a comienzos de los cincuenta. De manera que los desequilibrios que empujaron a la economía norteamericana del boom a la depresión durante la última década continúan ejerciendo su papel desestabilizador. Estas son malas noticias para George W Bush.

Su gran miedo será que la historia se repita. Como su padre, puede cambiar y llegar a ser, -gracias a otra desdichada "recuperación" económica- del conquistador triunfante de Irak al perdedor que realmente es, mientras busca su re-elección.


     

 

   
  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar