EEUU

El débil mercado de trabajo de EU pone a Bush a la defensiva

Autor: Richard W. Stevenson

Fecha: 8/9/2003

Traductor: Celeste Murillo, especial para P.I.

Fuente: International Herald Tribune

El inesperadamente malo informe de empleo de EE.UU. ha quebrado las esperanzas de la Casa Blanca de entrar de lleno en la campaña presidencial con clara evidencia de una recuperación económica y ha puesto al presidente Geroge W. Bush a la defensiva respecto de su dependencia de los recortes de impuestos como remedio.

En un discurso el viernes, horas después de que el gobierno anunciara que la economía había perdido 93,000 puestos de trabajo más en agosto, Bush permaneció animado. Dijo que si el Congreso quería ayudar, debería hacer permanente los recientes recortes de impuestos y sancionar otros temas de su agenda, desde restringir los premios por demandas contra médicos y compañías hasta permitir más perforaciones domésticas para petróleo y gas y aliviar las regulaciones de negocios.

"Hemos tomado medidas para lograr que nuestra economía crezca otra vez, y hay algunos signos muy optimistas de progreso", dijo Bush a sus partidarios en un depósito industrial. "El informe actual del desempleo nos muestra que tenemos más por hacer. Y no estaré satisfecho hasta que cada norteamericano que busca un trabajo pueda encontrarlo".

Pero no ofreció nuevas iniciativas, y con el creciente déficit presupuestario, una tendencia que se acelera a medida que los costos de la ocupación y la reconstrucción de Irak continúan creciendo, su habilidad para ofrecer alguna nueva propuesta costosa será limitada.

Bush ha impulsado ya tres recortes de impuestos en tres años a través del Congreso y los vendió como la mejor solución a los problemas de la economía a corto plazo. Ahora, habiéndose “casado” con esa política, su suerte política en 2004 depende en gran parte de que un rebote en el crecimiento económico revierta, al tiempo que los votantes empiecen a decidir, la constante caída del empleo que ha plagado Estados Unidos durante los primeros dos semestres y medio de su presidencia.

Los candidatos demócratas a la presidencia tomaron el informe de empleo como evidencia adicional del mal desempeño económico del gobierno de Bush. Desde que Bush asumió, la economía ha perdido casi 2.7 millones de puestos de trabajo (no rurales), y el mes pasado fue el peor desde marzo en pérdidas de empelo, según el Departamento de Trabajo.

"Durante siete meses corridos, los empresas han tenido que recortar el número de puestos de trabajo disponibles en esta desolada economía de Bush", dijo el Senador Joseph Lieberman, demócrata de Connecticut. "Con esta tasa, sólo habrá un trabajo para recortar en noviembre 2004: el de George Bush".

Bush devolvió el disparo a los críticos, defendiendo sus recortes de impuestos, como la medicina correcta en el momento correcto.

"El alivio fiscal significa nuevos trabajos para los norteamericanos", dijo el presidente.

Pero los datos del empleo le proporcionaron evidencia a esos economistas que dicen que la economía tardará en crear nuevos puestos de trabajo, y el informe renovó la presión sobre una Casa Blanca que ya está en medio de una lucha por mantener la posición de Bush como comandante en jefe, de ser despedido por el continuo derramamiento de sangre en Irak.

Claramente optimista de que la última ronda de recortes de impuestos disminuya el papel de la economía en la carrera presidencial, Bush pasó gran parte del verano, incluso parte de lo que la Casa Blanca llamó su "vacaciones de trabajo" en su rancho durante agosto, ofreciendo un cauteloso mensaje de optimismo.

Pero muchos economistas tienen dudas de que la economía, cada vez más robusta en varias formas, empiece a generar ganancias de empleo a gran escala muy pronto. Si la evaluación es correcta, aumenta las perspectivas de una recuperación “desempleada” en los 14 meses que quedan hasta el día de la elección.

El jueves, Ben Bernanke, un funcionario de la Reserva Federal, dijo, "El descenso en la tasa de desempleo, aunque estabilizada, es probable que sea lento". Dijo que el banco central esperaba que la tasa de desempleo estuviera entre el 5.5% y el 6% para el cuarto trimestre del próximo año, cuando se lleve a cabo la elección.

En su discurso, Bush repitió su línea estándar de estar insatisfecho con la extensión del crecimiento de la economía, aún a la luz de buenas noticias en los datos el viernes, el descenso en la tasa de desempleo de 6.2% al 6.1%, la segunda caída mensual consecutiva.

No mencionó los nuevos elementos que ha añadido a la defensa de su desempeño económico en las semanas recientes. Ellos incluyen la sugerencia de que China está hiriendo a los trabajadores de EE.UU. manteniendo su moneda deliberadamente depreciada y su anuncio el lunes pasado de que designaría a un funcionario en el Departamento de Comercio para ayudar a los fabricantes, que han sido golpeados duramente por la recesión y la lenta recuperación. Sus críticos han llamado esos pasos una medida decorativa.

Mediante algunos datos, Bush puede señalar el progreso de la economía. El crecimiento está cosechando, el mercado de valores se ha recuperado algo y una de las medidas más importantes de crecimiento a largo plazo de la economía son las perspectivas de productividad, o el aumento de cuánto de un producto o servicio puede producir cada trabajador, que está creciendo.

Pero mientas el empleo siga así, la economía está siendo en cierto punto una víctima de su propio éxito. Porque las compañías son capaces de producir más bienes y servicios con menos o con el mismo número de personas, tienen menos razones para empezar a emplear aún con los aumentos de la demanda.

"Tenemos una buena recuperación, con crecimiento de la productividad, que es bueno para las ganancias corporativas", dijo Paul McCulley, economista principal de Pimco, una compañía de comercio de bonos. "Pero las ganancias corporativas no votan."