Irak, Medio Oriente y Asia

A pesar de la oposición de EEUU, Israel dice que sacará a Arafat

 

Autor: Associated Press

Fecha: 13/9/2003

Traductor: Celeste Murillo, especial para P.I.

Fuente: New York Times


Los líderes israelíes hicieron caso omiso a la condena internacional a su decisión de “sacar” a Yasser Arafat cuando ellos decidan, diciendo que el mundo no tiene derecho a juzgar a una nación frente a constantes bombardeos suicidas y que el líder palestino debería haber sido expulsado hace mucho tiempo.

Las declaraciones de preocupación se dieron en un país tras otro un día después de que Israel expresó imprecisamente su decisión de actuar para remover a Arafat. La amenaza provocó manifestaciones pro-Arafat en Cisjordania y la Franja de Gaza, y provocó la condena de la Unión Europea, Naciones Unidas y los países árabes.

“En horas tempranas de esta mañana los teléfonos sonaron de todas partes del mundo”, dijo Silvan Shalom Ministro israelí de Relaciones Exteriores. “Nos piden que no hagamos nada contra Yasser Arafat. ¿El mundo ha perdido la cabeza?''

El secretario de Estado norteamericano Colin Powell llamó por teléfono a Shalom y al ministro de Relaciones Exteriores palestino para acentuar el viernes la oposición de Estados Unidos a exiliar Arafat. El vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo que “esto no ayudaría; sólo serviría para que afianzarse”.

El gobierno de Israel dice que mientras el líder palestino de 74 años continúe ejerciendo autoridad, los esfuerzos de paz fracasarán. Pero Israel retrocedió en cualquier operación inmediata, y el viernes abandonó la vigilancia de posiciones en dos edificios que dan al recinto de Arafat.

Arafat fue desafiante, declarando antes miles de partidarios el jueves a la noche que nadie “me echará”. Las amenazas israelíes sólo parecieron fortalecer a Arafat, que está atrapado en su oficina hace un año y medio por las tropas y amenazas de que si sale quizás no se le permita volver.

Prometiendo defender a su líder, miles de palestinos marcharon por las calles de Cisjordania y la Franja de Gaza. “Con nuestras almas, nuestra sangre, te salvaremos”, cantaron frente al recinto de Arafat en Ramallah, llevando retratos de Arafat y banderas palestinas.

El Gabinete de seguridad israelí anunció su decisión el jueves, dos días después de los dos bombardeos suicidas palestinos sincronizados que mataron a 15 israelíes en un café de Jerusalén y afuera de una base militar cerca de Tel Aviv. En su comunicado, los líderes israelíes declararon a Arafat un “obstáculo completo” para la paz y dijeron que “Israel trabajará para sacar este obstáculo del camino, en tiempo, y formas que se decidirán separadamente”.

Esa expresión plantea para varias opciones: deportar a Arafat, capturarlo o matarlo. El diario israelí Haaretz, sin embargo, informó que cuando el Ministro de Defensa Shaul Mofaz habló de matar a Arafat durante la reunión de Gabinete, el primer Ministro Ariel Sharon le pidió que no utilizara ese término.

Algunos críticos israelíes acusaron a Sharon de parecer insensato al hacer amenazas vacías. El fondo de la cuestión es que “no van a expulsar a Arafat”, dijo Emannuel Rosen, corresponsal diplomático del Canal 10 de Israel. “Esto es un juego virtual que jugamos entre nosotros mismos -poco decoroso, no serio”.

Pero en el exterior, hubo genuina preocupación de que Israel quizás actúe y las condenas a la decisión se esparcieron, con el francés advirtiendo que expulsar a Arafat sería un error y la Liga árabe diciendo que Israel ha en efecto “declarado la guerra” al proceso de paz.

“Sería imprudente expulsarlo”, dijo el Secretario General de la ONU Kofi Annan a los periodistas en Ginebra.

Los países que expresaron preocupación fueron de Suiza a Pakistán. “Creemos que sería un error terrible que tendría graves consecuencias en toda la región”, dijo el vocero de la UE, Diego Ojeda. El Ministro de Relaciones Exteriores palestino, Nabil Shaath, declaró que Powell le dijo en una llamada telefónica que Estados Unidos presionó a Israel para que cancele de inmediato su movimiento contra Arafat. Dijo que Powell aseguró también que Estados Unidos presionaría a Israel a para lograr compromisos claves para el trabado “mapa de ruta” del plan de paz, en particular para retirar las fuerzas de las ciudades palestinas y congelar la construcción de acuerdos.

Mofaz, mientras tanto, insistió en que Israel actuaría contra Arafat. Hablando con periodistas antes de una reunión con el embajador de EEUU, Daniel Kurtzer -y con Kurtzer a su lado- Mofaz dijo, “estoy convencido que el estado de Israel ha cometido un error histórico no tomando esta decisión antes''.

Israel cree que Arafat es por lo menos indirectamente culpable de los ataques a civiles israelíes durante los últimos tres años de luchas y lo acusan de no haber hecho nada con las fuerzas de seguridad bajo su control para frenarlos.

El Ministro de Educación Limor Livnat dijo que a pesar de las objeciones de EEUU, Arafat -a quien comparó con Saddam Hussein y Osama Bin Laden- ya no era más inmune.

“Israel es un estado independiente y soberano y aunque tiene una importante relación cercana y amistosa con EEUU, no obedece sus órdenes'', dijo Livnat.

La opinión pública israelí favorece una acción fuerte. Una encuesta del diario Yediot Ahronot el viernes mostró que el 60% de los israelíes querría ver a Arafat muerto o exiliado. La investigación tenía un margen de error de 4.4 puntos porcentuales. El efecto inmediato de la decisión israelí fue una efusión de apoyo palestino el jueves a la noche cuando miles de manifestantes colmaron el recinto de Arafat, que apareció en la entrada de oficina y envió signos de victoria a la multitud.

La decisión israelí significa que Sharon y Mofaz podrían decidir la expulsión de Arafat sin convocar nuevamente al Gabinete. Giora Eiland confirmó que hay planes operacionales para llevar a cabo una expulsión, diciendo en comentarios por la televisión de Israel que “podría haber varios planes para situaciones diferentes''.

La decisión israelí llegó cuando el primer ministro palestino designado Ahmed Qureia armaba el Gabinete. Arafat eligió a Qureia para reemplazar a Mahmoud Abbas, que renunció el sábado. Qureia dijo que expulsar a Arafat “eliminaría cualquier posibilidad de que pueda formar un gobierno palestino''.

En Jerusalén, mientras tanto, la policía israelí asaltó el viernes el lugar santo de la ciudad disputado más duramente, usando granadas de gas lacrimógeno para dispersar a los devotos musulmanes que custodian el lugar, que la policía dijo tiraron piedras contra devotos judíos en el Muro Occidental. Varios testigos dijeron que no vieron piedras pero corrieron cuando oyeron los gritos de musulmanes en el muro. No se informaron heridos, y la multitud en la Mezquita de Al Aqsa, construida en un lugar reverenciado por musulmanes y judíos, fue rápidamente dispersada. El Jefe de la policía de Jerusalén Mickey Levy culpó a Arafat por alentar los disturbios.

La actual lucha palestino-israelí creció en septiembre 2000 después de que el entonces líder de la oposición a Ariel Sharon visitara el lugar, conocido a entre los judíos como el Templo del Monte, en una muestra de los reclamos israelíes sobre Jerusalén. Israelíes y palestinos reclaman la ciudad como capital.


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