Alex Callinicos y Alexander Cockburn

¿Por qué las elecciones no son un paseo para Kerry? / El Gran Engaño

 

Autor: Alex Callinicos / Alexander Cockburn

Fecha: 31/10/2004

Traductor: Guillermo Crux, especial para PI


¿Por qué las elecciones no son un paseo para Kerry?
Alex Callinicos

Ahora tenemos la elección presidencial norteamericana tan cerca que las encuestas sugieren que se podría repetir lo que pasó en 2000.

Entonces Al Gore obtuvo la mayoría del voto popular, pero George Bush (gracias a una amañada decisión de la Corte Suprema sobre Florida) ganó en el colegio electoral, que es el que realmente elige al presidente.

Esta vez el resultado podría ser a la inversa. Bush podría obtener grandes mayorías en estados republicanos del Sur y el Oeste que estaría adelante en el voto popular, pero aún así John Kerry podría, obteniendo victorias en aquellos estados llamados "oscilantes" como Ohio y Pennsylvania, ganarle en el colegio electoral.

Debido a que el margen de victoria es estrecho, los ataques de los campañistas de Kerry contra Ralph Nader se ha vuelto muy vitriólicos. El viernes de la semana pasada, The Guardian traía en sus páginas algo que pretendía ser un “perfil” de Nader que no era más que una burda operación de desprestigio.

Todo el mundo reconoce que Nader está lejos de ser perfecto. Después de dar una voz política al movimiento naciente anti-capitalista con su campaña presidencial en 2000, luego desapareció. Y estuvo armando algunas dudosas alianzas electorales con fuerzas de derecha como el Partido de la Reforma [del ex-candidato presidencial Ross Perot].

Pero todos los que hacen campaña por Kerry deberían dejar de gritar y meditar lo siguiente. Derrotar a Bush en 2004 tendría que ser un paseo.

Tomemos la economía. Bush es el primer presidente de EE.UU. desde Herbert Hoover (quien moró la Casa Blanca cuando comenzó la Gran Depresión a finales de los años veinte), en gobernar con un aumento del desempleo durante su período en el poder.

Hay 750.000 empleos no-agrícolas menos en EE.UU. que cuando Bush fue elegido. Hoover fue relegado al olvido en la elección de 1932 por Franklin D Roosevelt, el más grande presidente demócrata.

¿Y entonces por qué Kerry no está a punto de repetir el triunfo de Roosevelt? La respuesta es que no hay ninguna diferencia fundamental entre sus políticas económicas y las de Bush. Como dice más juiciosamente el Financial Times, “hay una similitud entre sus amplios planes macroeconómicos.”

El Financial Times, no obstante, prefiere marginalmente a Kerry antes que a Bush porque el primero se ha rodeado con miembros del equipo económico de Bill Clinton. Durante los años noventa, la administración Clinton aplicó las políticas neo-liberales que ayudaron a producir la burbuja económica de la que EE.UU. todavía se está recuperando.

La verdad es que Bush y Kerry son vástagos del mismo establishment de la Costa Este que se ha enriquecido inmensamente durante los últimos 25 años gracias al neo-liberalismo. La principal diferencia entre ellos es que Bush puede proyectarse a muchas de las víctimas de clase trabajadora de estas políticas como uno de ellos, mientras que Kerry se aparece como el rígido de clase alta que es.

Y luego está Irak. Esto debería haberle permitido a Kerry asestar el golpe mortal. Después de todo, Bush, al igual que Blair, quedó expuesto como un mentiroso que nos quería arrastrar a una guerra desastrosa que todos los días se lleva más vidas iraquíes y norteamericanas.

Y el momento en que la elección se iluminó fue cuando Kerry, durante el primer debate presidencial, arremetió con el tema Irak contra un Bush con el ceño fruncido y la lengua trabada.Tengo la sospecha de que si Kerry prometiera traer las tropas a casa sería una apuesta segura para la Casa Blanca.

El problema es que Kerry es un miembro con principios de la clase dominante norteamericana. Su principal promesa sobre Irak fue que llamará a una conferencia para obtener más ayuda por parte de las otras grandes potencias. Con mucha razón, Bush protestó recordando que él mismo realizó un montón de conferencias y no hicieron gran diferencia.

Luego de estudiar las declaraciones sobre política exterior de Kerry, el profesor Stephen Zunes de la Universidad de San Francisco concluyó, “Más allá de las vueltas que Kerry y sus partidarios le quieran dar, el postulante demócrata —al igual que el Presidente Bush— es un militarista y un unilateralista que desea minar la autoridad de las Naciones Unidas para afirmar la hegemonía norteamericana” en Medio Oriente.

Quienquiera que gane la elección la próxima semana, no habrá ningún cambio real en la Casa Blanca.

Alex Callinicos es dirigente del Socialist Workers Party de Gran Bretaña y académico de Ciencias Políticas en la Universidad de York

Publicado en Socialist Worker, Gran Bretaña, el 30 de octubre de 2004.
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El gran engaño
Los kerrycratas y la guerra
Por Alexander Cockburn

Le pregunté a una amiga mía que solía ser radical, y ahora es una "kerrycrata", cómo podía apoyar a un tipo que promete una guerra "mejor" y más amplia en Irak y luego una marcha sobre Teherán. “Oh” dijo ella airosamente, “no puedes creerle a un candidato todo lo que dirá.”

Aquí donde estamos, al mando de la misión, en la sede de CounterPunch, (actualmente un sitio conocido como Claremont Inn, al costado de la carretera Interestatal 10 al este de Los Angeles, donde Jeffrey St Clair está mirando cómo tres pulgadas de lluvia riegan las monatañas de San Gabriel) votar hoy por John Kerry es como votar por Lyndon B. Johnson en 1964 siendo totalmente consciente de lo que iba a hacer en Vietnam durante los cuatro años siguientes. Desde ya, vaya y vote a este tipo si usted piensa que así su papeleta de voto realmente servirá para alejar a Ralph Nader de la Casa Blanca, pero no lo haga pensando que John Kerry ha estado ocultando desde el principio un plan secreto y que en sus primeros tres meses en el gobierno veremos a los Marines norteamericanos arriar la bandera en la embajada norteamericana en Bagdad, y al embajador Negroponte escapando por la azotea rumbo a casa.

Eso no es lo que hacen los demócratas cuando llegan al gobierno. Cuando se acomodan en la Casa Blanca y cuelgan los retratos de Teddy Roosevelt y Harry Truman en el Salón Oval, se ponen como objetivo luchar por esa buena causa de todos los presidentes demócratas, la de batallar por sacarse de encima esa mancha de que son "flojitos", y poco menos que verdaderos hombres.

Como Jimmy Carter en los años setenta, el Presidente Kerry será plenamente consciente de que lo que lo arrimó a la Casa Blanca fue una emoción pública completamente negativa, la hostilidad a George Bush. Así como Kerry constantemente desdeñó a sus ávidos e indulgentes partidarios de izquierda antes del 2 de noviembre, va a reduplicar sus muestras de rechazo públicas y privadas después de esa fecha, limpiándose con desprecio los besos húmedos de Michael Moore de sus mejillas. Los distritos electorales que el Presidente Kerry tendrá avidez en satisfacer serán exactamente los mismos que cortejó durante todo este año electoral: los neoconservadores en Washington, y los banqueros en Wall Street.

¿Dudan de esto, kerrycratas? ¿Por qué no echan un vistazo a lo que están diciendo gente realista de la derecha? Aquí está, por ejemplo, Edward Luttwak, ningún tonto. El fin de semana pasado Luttwak, actualmente asociado al Centro de Washington para Estudios Estratégicos e Internacionales, publicó un artículo en el conservador periódico británico Sunday Telegraph, cuyos editores titularon la columna así: “John Kerry hará quedar como unos imbéciles a sus groupies anti-guerra.”

Luttwak da cuenta que Kerry es creíble en sus promesas a Wall Street y los banqueros de recortar el déficit. (Pensemos qué hará con toda esperanza de crear empleos aquí.) Pero “apoyarlo esperando que vuelva más pacifista la política militar americana es un absurdo. Todas las evidencias apuntan a que hará exactamente lo contrario.”
Luttwak desarrolla su afirmación:

“Él ha declarado que quiere aumentar el Ejército americano en dos divisiones, más del total de todas las tropas de intervención de la Europa continental. Eso también es una promesa creíble, en parte porque Irak ha expuesto una escasez aguda de fuerzas de tierra y un exceso de personal de mar y aire. Pero más allá de cualquier posición de política específica, Kerry es eso, ese hombre tan combativo.

“En los debates televisados, cuando el Presidente Bush hablaba de ‘derrotar al terrorismo', Kerry hablaba invariablemente de ‘matar a los terroristas'. Esto no era sólo una pose electoral: las palabras reflejan el carácter del hombre con precisión. … él es un soldado, un soldado feroz. Estoy muy seguro de que si Kerry hubiera sido presidente durante el 11 de septiembre, hubiera reaccionado más violentamente que Bush, enviando bombarderos a Afganistán, no sólo exploradores de las Fuerzas Especiales, y hubiera exigido una cooperación inmediata - o más - de Arabia Saudita, y no sólo de Pakistán. Los anti-militaristas europeos realmente han escogido al hombre equivocado como su héroe.

“Es cierto que Kerry se opuso a la Guerra del Golfo de 1991 (como también lo hizo el Senador Nunn, entre otros halcones certificados) pero instó al uso de la fuerza en Bosnia, lamentó no poder invadir Rwanda antes de eso, aprobó la intervención a Panamá del primer Presidente Bush y fue un entusiasta de la guerra del Kosovo de 1999, antes de votar a favor de la guerra en Irak. Si Kerry es elegido el mes que viene, es seguro que no llevará a cabo su aparente oposición tajante a la guerra, retirando inmediatamente las fuerzas americanas de Irak - aunque incluso la administración Bush está llevando a adelante una forma de desinvolucramiento, esforzándose por aumentar lo más rápido posible al número de la policía iraquí y la Guardia Nacional en vez de simplemente seguir enviando tropas …La única diferencia - y aquí está la ironía más grande - es que es casi seguro que Kerry se descomprometería más lentamente que Bush, simplemente por una cuestión de posicionamiento político: es más vulnerable a las imputaciones de abandonar Irak a los fanáticos islámicos, a los sacerdotes-señores de la guerra y a los leales a Saddam.

“Y no sólamente con Irak el halcón Kerry confundirá a los liberales europeos. Ha criticado a Bush ácidamente por no ser lo suficientemente duro con Irán - otra ironía, porque implica una preferencia por la acción unilateral en lugar de la diplomacia multilateral de la cual supuestamente es el abanderado.”

Luttwak concluye: “A menos que Kerry realmente le pida al Congreso el dinero para sumar dos nuevas divisiones del Ejército, uno necesitará un microscopio para medir la diferencia en la política militar si Kerry gana la elección. Quizás The Guardian y sus lectores deberían echar una mirada a esas fotos de Kerry con su escopeta después de la caza de gansos de la última semana: allí va un genuino halcón americano, rojo en los dientes y la política.”
Por supuesto que los kerrycrats evitan todo análisis de lo que pueda llegar a hacer el Presidente Kerry, probablemente porque saben que hacer eso sería abrir la Caja de Pandora. Mi colega de CounterPunch Joe Paff me acaba de llamar para decirme que tiene en ante su desayuno una carta suplicante de Peace Action (la fusión de Sane y The Nuclear Weapons Freeze Campaign). La carta da cuenta que “por primera vez en sus 47 años” el grupo está planteando la derrota de un presidente en ejercicio. Joe dice que leyó la carta tres veces, pero en ninguna parte pudo descubrir el nombre Kerry. Así que le respondió para asegurarle a Peace Action que estaba enviándole dinero a Nader.

Desde Chicago, Suzanne Erfurth escribe: “Mira lo que me llegó a mi correo electrónico desde el 'Calendario de Paz' local del American Friends Service Committee. Después de 35 años, ¿Estarán enviando invitaciones a películas que glorifican a los verdugos a Abu Ghraib en un esfuerzo por contribuir a derrotar a quien se esté presentando contra los demócratas?

Aquí está lo que el AFSC ofreció en su calendario: “El evento: Brothers in Arms: The Story of the Crew of Patrol Craft Fast 194 Descripción: El escritor aclamado y director de cine debutante Paul Alexander (Man of the People: The Life of John McCain) empezó su documental sobre la era de la guerra de Vietnam sobre John Kerry y su compañeros de patrulla en el Delta del Mekong mucho antes de que Kerry se transformara en el candidato presidencial demócrata. En el contexto de una campaña sucia que plantea dudas sobre el servicio militar de Kerry, la película adquiere un nuevo significado al utilizar entrevistas, fotografías, y material fílmico de archivo para examinar el lazo formado por seis hombres de procedencia diversa bajo condiciones de combate. “

En Oregon, según nos informa Michael Donnelly, Oregon Peaceworks está apoyando a un candidato pro-guerra, Kerry. Este es el mismo grupo que ya en los años '90 posiblemente ayudó al Senador republicano Mark Hatfield en una carrera desesperada contra su rival demócrata Harry Lonsdale. Oregon Peaceworks apoyó a Hatfield, diciendo que había sido un senador firmemente opuesto a la guerra. Hoy Oregon Peaceworks apoya a un candidato pro-guerra, en lugar de apoyar al vehementemente anti-guerra Ralph Nader.

Ningún hecho, ninguna mancha es lo demasiado sucia para los kerrycratas, en su frenesí por
volver a tener un demócrata en la Casa Blanca. Me parece que, en los años por venir, la lista de liberales e izquierdistas que renunciaron a su apoyo a Nader en 2000 y llamaron a apoyar esta vez a Kerry incluso en los estados seguros, se utilizará, y con razón, como un anuncio vergonzoso de histeria política e incluso de prostitución (a menudo reforzada por las grandes fundaciones que amenazan con cortar los fondos de toda organización que no se arrodille ante Kerry.) Hasta este mismo año me parece que nunca en mi vida había entendido realmente la dinámica psico-política interior de los liberales de la guerra fría, siempre tan ávidos de sumarse, y a menudo dirigir, las cazas de brujas de fines de la década del '40 y los '50.

Viendo en acción a los animadores de la campaña "Cualquiera Menos Bush" y a los kerrycratas, ahora soy un hombre más sabio.

Publicado el 28 de octubre en CounterPunch, EE.UU., de la cual Alexander Cockburn es esditor.


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