Repercusiones de la victoria republicana

La Victoria del Sr. Bush

 

Autor: Editorial

Fecha: 4/11/2004

Traductor: Celeste Murillo, especial para PI

Fuente: Washington Post


El Washignton Post adhirió durante el último mes a la candidatura del demócrata John Kerry

El presidente Bush y su Partido Republicano han logrado una notable victoria electoral. Electo en el año 2000 sin mayoría popular, el Sr. Bush parecía a veces seguir el camino de su padre, como un presidente de un solo período. Presidió una recesión y lanzó una guerra en Irak que ha demostrado ser mucho más traumática y costosa de lo que predijo. Sin embargo, ayer por la tarde el Sr. Bush aceptó la concesión de su adversario demócrata, el senador John F. Kerry, habiendo ganado la mayoría popular más importante que cualquier otro presidente desde 1988. El Sr. Bush no logró una victoria arrolladora; llegó al 51% de los votos y apenas logró la mayoría del colegial electoral. Pero gobernará con la ayuda de mayorías conservadoras ampliadas en el Congreso y el Senado -y sin ningún cuestionamiento a su legitimidad.

Habrá especulaciones sobre si el Sr. Bush en su segundo período “jugará para su base” o “se moverá al centro”. A cierto nivel creemos que es una opción falsa. Bush estableció una agenda clara durante su campaña. Dijo a los votantes que quería reformar el código impositivo y la Seguridad Social, así como les dijo que seguía comprometido con la victoria en Irak. Sería extraño que no hiciera todo lo que esté en sus manos para lograra sus objetivos.

Pero el Sr. Bush tenía razón en reconocer ayer que necesita un apoyo más amplio de todos los norteamericanos. En su elegante discurso de concesión, Kerry prometió “hacer mi parte para tratar de cerrar la división partidaria”, y esperamos que otros demócratas sigan su ejemplo. Pero con los republicanos controlando todo el gobierno federal, una obligación especial cae sobre ellos. Esa obligación puede ser cumplida sin sacrificar los principios básicos: incluyendo a los demócratas en el proceso legislativo; nombrando en la Corte Suprema jueces aceptables para los miembros razonables de ambos partidos; diferir sin demonizar. “Un nuevo período es una nueva oportunidad de llegar al corazón de toda la nación”, dijo Bush; y esperamos que lo logre.

Hubiéramos querido que el Sr. Bush alcance este objetivo más allá de la nación, también. Enfrenta no sólo un país dividido, sino un mundo en el que muchos líderes, y muchos pueblos de otras democracias, bregaban por su derrota. Un nuevo período ofrece una oportunidad para que muestre a los aliados que está dispuesto a tomar en cuenta sus visiones en temas como el cambio climático y el control de proliferación de armas nucleares. Aquí, también, la deferencia no es equivalente a la subordinación; un tono respetuoso hacia la opinión internacional ayudaría al Sr. Bush aún más en sus ambiciosas metas para Medio Oriente y más allá. Y no es demasiado tarde para responsabilizar a los funcionarios de alto rango que abandonaron las convenciones de Ginebra y precipitaron el escándalo de los abusos de la prisión que dañó su primer período.

Aún con un margen de 3,5 millones de votos y sus amistosas mayorías parlamentarias, el Sr. Bush quizás necesite toda la ayuda que pueda obtener. “Porque hemos hecho el trabajo difícil”, dijo ayer, “entramos una temporada de esperanza”. Tiene derecho a soñar en este día de celebración, pero mucho trabajo duro queda por delante. La nación vive más allá de sus medios, de manera que podría causar problemas para el dólar y el nivel de vida de los norteamericanos. En el primero período del Sr. Bush, el gobierno inauguró un inmenso déficit de presupuesto, y el presidente no ha ofrecido un plan para mantenerlo bajo control. Habló durante la campaña como si la Seguridad Social pudiera transformarse en algo de bajos costos. De hecho, su insuficiencia asoma, como el Medicare, debe ser discutido, y el estilo del Sr. Bush de reforma lo haría mucho más costoso, por lo menos en la próxima década.

Más que nada, Bush enfrenta desafíos en el exterior. La amenaza terrorista sigue siendo la primera prioridad. El genocidio en Darfur ha sido honestamente etiquetado pero tratado de forma inadecuada. Una naciente China, y sus relaciones con el Taiwán democrático, apenas se mencionó durante la campaña. Afganistán, que realizó exitosamente su primera elección, necesita ayuda y atención continua.

Y después está Irak, y la continua y terrible violencia de los insurgentes. Cuando adherimos a la candidatura del Sr. Kerry, nuestras inquietudes más grandes se centraban en su dedicación al éxito. El Sr. Bush deja pocas dudas sobre esto, pero fue su trayectoria de indiferencia a la magnitud del desafío la razón principal que hizo que votemos por su adversario. Ahora esperamos que el presidente reúna un equipo que equilibre la competencia y sagacidad en su propia determinación.


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