Irak, Medio Oriente y Asia

Plan de salida para Irak: Nuevos obstáculos

 

Autor: Steven R. Weisman

Fecha: 29/11/2003

Traductor: Claudia Cinatti, especial para PI

Fuente: New York Times



Hace dos semanas, la administración Bush estableció una “estrategia de salida” para Irak en la que Estados Unidos se comprometía a establecer un autogobierno para el próximo verano –mucho antes de lo previamente planeado, justo antes de que empiece la campaña electoral presidencial en Estados Unidos.

Pero el plan inicial de la administración para transferir la autoridad se ha desintegrado, planteando dudas sobre si el plazo del 30 de junio para finalizar la autoridad de ocupación norteamericana es todavía viable.

Lo que está en juego es si la administración podrá reconciliar el deseo del presidente Bush de una transferencia rápida de la soberanía a un gobierno iraquí amigo el próximo año, con la necesidad de tener algún tipo de proceso electoral que asegure la validez del gobierno a los ojos de los iraquíes y del resto del mundo.

El “proceso” que se acordó hace dos semanas, era menos que una elección. En lugar de esto, era una negociación elaborada para convocar caucus en todo Irak y darle un control considerable al Consejo de Gobierno Iraquí.

El dilema para la administración se planteó esta semana cuando el Ayatollah Ali al-Sistani, un clérico chiita con autoridad, dio su propia definición de un gobierno legítimo. Declaró que lo único aceptable era una elección –una exigencia que Estados Unidos y el Consejo de Gobierno ahora tienen que considerar.

Otros líderes chiitas apoyaron la formulación del Ayatollah, sabiendo que los chiitas –que componen el 60% de la población iraquí y están mejor organizados que otros grupos- probablemente se beneficien de una elección nacional anticipada.

La cuestión fundamental ahora es si la administración tendrá el tiempo suficiente para poner en funciones un gobierno que pueda sobrevivir, sea visto como legítimo y sea aceptable para Estados Unidos.

“Estamos atrapados”, dijo un funcionario de la administración. “Tenemos que enfretar una serie de cuestiones altamente difíciles. No podemos aceptar cualquier cosa que nos haga salir de Irak”.

Para los políticos norteamericanos se requiere una acción rápida para transferir el poder no sólo por las próximas elecciones.

En la plegaria de Bush del Día de Acción de Gracias en Bagdad, prometió que las fuerzas armadas norteamericanas “van a permanecer hasta terminar el trabajo”. Pero la hostilidad hacia la ocupación estadounidense está creciendo demasiado rápido, de modo que si Irak no tiene rápidamente un autogobierno, los ataques a las fuerzas norteamericanas podrían incrementarse.

Lo que va en contra de la presión de acelerar la transferencia es la preocupación de que cualquier gobierno futuro de Irak sea visto como algo elegido por los iraquíes. El Consejo de Gobierno de 24 miembros, nombrados por la ocupación norteamericana, no es visto así por la mayoría de los iraquíes.

Los funcionarios de la administración dicen que es impracticable una elección nacional en ausencia de padrones electorales actualizados, pero que podría ser aceptable para los chiitas un sistema de elecciones provinciales y locales, de asambleas y caucus en las ciudades.
Estados Unidos se opone a establecer al Consejo de Gobierno como el gobierno provisional de Irak.

Dominado por antiguos exiliados, el consejo tiene muy poca consideración especialmente entre los sunitas en el centro de Irak, donde se concentra gran parte de la violencia antinorteamericana.
exón especialmente entre los sunitas en el centro de Irak, donde se concentra gran parte de la violencia antinorteamericana.

Expertos norteamericanos dicen que los sunitas se siente marginalizados por la ocupación porque sus principales fuentes de poder –el Partido Baath de Saddam Hussein y el ejército y las fuerzas de seguridad- han sido desbandadas. Para los funcionarios de la administración ha sido muy difícil encontrar líderes comunitarios y tribales sunitas con quienes trabajar.

“Si las cosas después del 1 de julio terminan en un conglomerado desprolijo –por ejemplo el Consejo de Gobierno más algunos otros, que es lo que quieren- podríamos tener una guerra civil en Irak el próximo noviembre”, declaró un funcionario norteamericano.

Los políticos estadounidenses también están preocupados de que, aunque las elecciones sean la vía más legítima para que surja un autogobierno, una votación demasiado pronto podría ser peligrosa e impracticable.

Algunos temen que una elección nacional ahora favorezca en el electorado a los elementos más radicales, dispuestos a explotar los crecientes resentimientos de los iraquíes hacia cualquier candidato visto como favorito de Estados Unidos.

Los funcionarios cercanos a Paul Bremer III y a la autoridad de la ocupación norteamericana dicen que su preocupación sobre estos problemas llevaron a la decisión inicial de posponer la transferencia de la soberanía hasta fines de 2004 como muy temprano.

“Sería un desastre tener una elección cuya legitimidad sea cuestionada”, dijo Noah Feldman, profesor de derecho en la Universidad de Nueva York, que fue asesor constitucional de Bremer a comienzos de año.

“Nadie quiere un Palm Beach County en Bagdad”, agregó Feldman. “La experiencia histórica sugiere también que de elecciones adelantadas bajo condiciones de postguerra surgen personas do dedicadas a la democratización. Dicho sencillamente, si vamos muy rápido, se elegirá a las personas incorrectas”.

Repentinamente, a principios de mes, esa visión cambió a los niveles más altos de la administración en Washington. Bremer fue convocado para consultas, y se delineó un plan con el Consejo de Gobierno Iraquí para lo que llamó “un proceso democrático transparente y participativo” para elegir al gobierno.

“Era un documento que parecía un tratado entre Estados Unidos y los indios en 1882”, dijo Rami G. Khouri, director ejecutivo de The Daily Star en Beirut. “Pensar que hicieron esto en un par de reuniones en la Casa Blanca en un estado de pánico, es sencillamente humillante”.

No sólo el plan estaba lejos de una verdadera elección. Los funcionarios de la administración reconocieron que el Consejo de Gobierno estaba en crisis.

En Bagada en el Día de Acción de Gracias Bush se reunió con cuatro miembros del consejo. Pero algunos en la administración, que abrigan cierta desconfianza hacia el consejo, sospechan que sus miembros están tratando de entorpecer cualquier transición y esperan mantenerse en el poder.

Lo más probable ahora, según un funcionario de la administración, es que Bremer intente hacer un trato con la dirección chiita para acordar un sistema al menos de elecciones parciales para elegir el nuevo gobierno iraquí antes del 30 de junio.

“Será difícil pero no imposible hacer elecciones”, dijo Feldman, el profesor de derecho. “Pero aquí no hay ninguna solución que no tenga inconvenientes”.


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