Intelectuales y Académicos

Un País Ocupado

 

Autor: Howard Zinn

Fecha: 21/9/2003

Traductor: Victoria Rouge- especial para P.I.

Fuente: The Progressive- Octubre 2003


Ha quedado claro, muy rápidamente, que Irak no es un país liberado, sino un país ocupado. Nos familiarizamos con la frase “país ocupado” durante la Segunda Guerra Mundial. Hablábamos de la ocupación alemana de Francia, de la ocupación alemana de Europa. Y después de la guerra hablábamos de la ocupación soviética de Hungría, Checoslovaquia, Europa del Este. Eran los nazis, los soviéticos los que ocupaban otros países.

Ahora nosotros somos los ocupantes. Es cierto, liberamos a Irak de Saddam Hussein, pero no de nosotros. Así como en 1898 liberamos a Cuba de España, pero no de nosotros. La tiranía española fue derrocada, pero los Estados Unidos establecieron una base militar en Cuba, como lo estamos haciendo en Irak. Las corporaciones estadounidenses se trasladaron a Cuba, así como Bechtel y Halliburton y las corporaciones petroleras se están trasladando a Irak. Los Estados Unidos decidían qué clase de constitución tendría Cuba, así como ahora nuestro gobierno está formando una constitución para Irak. No es una liberación, es una ocupación.

Y es una ocupación fea. El 7 de agosto, el New York Times informaba que el General estadounidense Ricardo Sánchez en Bagdad estaba preocupado por la reacción iraquí ante la ocupación. Los líderes iraquíes que eran pro-americanos le estaban dando un mensaje, según él: “Cuando pones a un padre en frente de su familia y le pones una bolsa en su cabeza y lo tiras en el piso vas ha haber tenido un significativo efecto adverso sobre su dignidad y respeto a los ojos de su familia.” (Eso es muy perceptivo).

CBS News informó el 19 de Julio que Amnesty International está investigando numerosos casos de supuestas torturas en Irak por las autoridades americanas. Uno de los casos involucra a Khraisan al-Aballi, dijo CBS. “Cuando los soldados americanos irrumpieron en la casa de al-Aballi, entraron disparando... le dispararon e hirieron a su hermano Dureid.” Los soldados americanos se llevaron a Khraisan, a su padre de 80 años, y a su hermano. “Khraisan dice que sus interrogadores lo desnudaron y lo mantuvieron despierto por más de una semana, ya sea parado o de rodillas, atado de manos y pies, con una bolsa sobre su cabeza,” reportó CBS. Khaisan dijo a CBS que informó a sus captores, “No sé lo que quieren. No sé lo que quieren. No tengo nada.” En un punto, “les pedí que me matara, “ dijo Khaisan. Después de ocho días, lo dejaron ir a él y a su padre. Paul Bremer, el administrador norteamericano de Irak, respondió, “Estamos, de hecho, cumpliendo con nuestras obligaciones internacionales.”

El 17 de junio, dos periodistas de la cadena Knight Ridder escribieron sobre el área Falluja: “En docenas de entrevistas durante los pasados cinco días, la mayoría de los residentes del área dijeron que no había ninguna conspiración baathista o sunita contra los soldados norteamericanos, sólo eran gente lista para pelear porque sus parientes habían sido heridos o matados, o ellos mismos habían sido humillados en requisas de casas y paradas en las rutas.” Una mujer dijo, luego de que su marido hubiera sido sustraído de su casa por tener tablas de madera hueca, que habían comprado para hacer fuego, que los Estados Unidos eran culpables del terrorismo. “Si encuentro algún soldado americano, le cortaré la cabeza”, dijo. Según los reporteros, “los residentes de At Agilia –un pueblo al norte de Bagdad- dijeron que dos de sus granjeros y cinco más de otros pueblos fueron muertos por disparos de soldados americanos mientras estaban regando sus campos de girasoles, tomates, y pepinos.”

Los soldados que están instalados en un país ocupado donde les habían dicho que serían bienvenidos como libertadores sólo para encontrarse rodeados de una población hostil se vuelven temerosos, gatillo-fácil, e infelices. Hemos estado leyendo informes de soldados enojados por ser retenidos en Irak. A mediados de julio, un periodista de ABC News en Irak contó haber sido apartado por un sargento que le dijo: “yo tengo mi propia lista de ‘Los más buscados’. “Se estaba refiriendo a la baraja de cartas publicada por el gobierno de EE.UU., con figuras de Saddam Hussein, sus hijos, y otros miembros buscados del anterior régimen iraquí. “Los ases de mi baraja son Paul Bremer, Donald Rumsfeld, George Bush, y Paul Wolfowitz,” dijo el sargento.

Tales sentimientos se están haciendo conocidos por el público americano. En mayo, una encuesta de Gallup dio cuenta de que sólo 13 por ciento del público americano pensaba que la guerra estaba yendo mal. Para el 4 de julio, la figura era de 42 por ciento. A fines de agosto, era de 49 por ciento.

Después está la ocupación de los Estados Unidos. Me levanto a la mañana, leo el diario, y siento que somos un país ocupado, que ha sido tomado por algún grupo alienígena. Esos trabajadores mexicanos tratando de cruzar la frontera –muriendo al intentar evadir a los oficiales de inmigración (irónicamente, tratando de cruzar a tierra tomada de México por los Estados Unidos en 1848)- esos trabajadores mexicanos no son alienígenas para mí. Esos millones de personas en este país que no son ciudadanos y por lo tanto, por el Acto Patriótico, están sometidos a ser echados de sus casas y detenidos indefinidamente por el FBI, sin derechos constitucionales- esa gente no son alienígenas para mí. Pero ese pequeño grupo de hombres que han tomado el poder en Washington, ellos son alienígenas para mí.

Me levanto pensando que este país está en las garras de un presidente que no fue elegido, que se ha rodeado de asesinos de traje a los que nada les importa la vida humana en el extranjero o aquí, a los que no les importa la libertad en el extranjero o aquí, a los que no les importa lo que le pase a la tierra, al agua, al aire. Y me pregunto qué clase de mundo heredarán nuestros hijos y nietos. Más americanos están empezando a sentir, como los soldados en Irak, que algo está terriblemente mal, que esto no es lo que queremos que sea nuestro país.

Más y más cada día, las mentiras están quedando expuestas. Y la mayor mentira: que todo lo que haga Estados Unidos ha de ser perdonado porque estamos comprometidos en la “guerra contra el terrorismo”. Esto ignora el hecho de que la guerra misma es terrorismo, que el irrumpir en la casa de la gente y llevarse a miembros de la familia y someterlos a torturas, eso es terrorismo, que invadir y bombardear otros países no nos da más seguridad sino menos seguridad.

Se obtiene un sentido de lo que el gobierno quiere decir con “guerra contra el terrorismo” cuando se examina lo que dijo Rumsfeld hace un año cuando se remitía a los ministros de la OTAN en Bruselas. “Hay cosas que sabemos”, dijo, “Y luego hay incertidumbres conocidas. Eso quiere decir, hay cosas que ahora sabemos que no sabemos. Pero también hay incertidumbres que no conocemos. Hay cosas que no sabemos que no sabemos... Eso es, la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia... Simplemente porque no tienes evidencia de que algo existe no significa que tienes evidencia de que no existe.”

Bueno, Rumsfeld nos ha aclarado las cosas.

Eso explica por qué este gobierno, no sabiendo exactamente dónde encontrar a los criminales del 11 de septiembre, simplemente seguirá adelante e invadirá y bombardeará a Afganistán, matando a miles de personas, dejando a cientos de miles sin hogar, y seguir sin saber dónde están los criminales.

Eso explica por qué el gobierno, no sabiendo en realidad qué armas esconde Saddam Hussein, invadirá y bombardeará Irak, para el horror de la mayoría del mundo, matando a miles de civiles y soldados y aterrorizando a la población.

Eso explica por qué el gobierno, no sabiendo quiénes son los terroristas y quiénes no, confinará a cientos de personas a Guantánamo bajo tales condiciones que veinte han tratado de suicidarse.

Eso explica por qué, no sabiendo qué no-ciudadanos son terroristas, el fiscal de estado quitará los derechos constitucionales a veinte millones de ellos.

La llamada guerra contra el terrorismo no sólo es una guerra contra gente inocente de otros países, sino también una guerra contra el pueblo de Estados Unidos: una guerra contra nuestras libertades, una guerra contra nuestro estándar de vida. La riqueza de nuestro país está siendo robada al pueblo y entregada a los súper-ricos. Las vidas de nuestros jóvenes están siendo robadas. Y los ladrones están en la Casa Blanca.

Me parece interesante que las encuestas a los afro-americanos hayan mostrado consecuentemente una oposición del 60 por ciento a la guerra en Irak. Poco después de que Colin Powell hiciera su informe a las Naciones Unidas sobre “las Armas de Destrucción Masiva”, hice una entrevista telefónica a la estación de radio afro-americana en Washington D.C., un programa llamado “GW on the Hill”. Después de que hablé con el conductor hubo ocho llamados. Tomé nota de lo que los oyentes dijeron:

John: “Lo que dijo Powell era basura política.”

Otro llamado: “Powell sólo esta jugando el juego. Eso es lo que pasa cuando la gente llega a los altos cargos.”

Robert: “Si vamos a la guerra, va a morir gente inocente por ninguna buena razón.”

Kareen; “Lo que dijo Powell fue bazofia. La guerra no va a ser buena para este país.”

Susan: “¿Qué es lo bueno de ser un país poderoso?”

Terry: “Es todo por el petróleo.”

Otro llamado: “Los EE.UU. están buscando un imperio y van a caer como los romanos. Recuerden cuando Alí peleó con Foreman. Parecía dormido pero cuando se despertó fue feroz. Así se va a despertar el pueblo.”

Frecuentemente se dice que esta administración puede salirse con la suya con la guerra porque a diferencia de Vietnam, las víctimas son pocas. Cierto, sólo son unos pocos cientos de víctimas de batalla, a diferencia de Vietnam. Pero las víctimas de las batallas no son todo. Cuando termina la guerra las víctimas siguen aumentando- enfermedad, trauma. Después de la guerra de Vietnam, los veteranos informaban de defectos de nacimiento en sus familias debido a la pulverización de Agente Naranja en Vietnam. En la primera guerra del Golfo sólo hubo unos cientos de víctimas de batalla, pero la Administración de Veteranos recientemente informó que en los diez años siguientes a la guerra del Golfo murieron 8.000 veteranos. Unos 200.000 de los 600.000 veteranos de la guerra del Golfo elevaron quejas sobre enfermedades incurridas por las armas que nuestro gobierno utilizó en la guerra. En la actual guerra, ¿cuántos jóvenes hombres y mujeres enviados por Bush para liberar Irak volverán a casa con enfermedades relacionadas?

¿Cuál es nuestro trabajo? Apuntar todo esto.

Los seres humanos no apoyan la violencia y el terror naturalmente. Sólo lo hacen cuando creen que sus vidas o su país están en peligro. No estaban en peligro en la guerra de Irak. Bush le mintió al pueblo americano sobre Saddam y sus armas. Y cuando la gente se entere de la verdad -como sucedió en el curso de la guerra de Vietnam- se van a volver en contra del gobierno. Nosotros que estamos por la paz tenemos el apoyo del resto del mundo. Los Estados Unidos no pueden ignorar indefinidamente a los diez millones de personas que protestaron en todo el mundo el 15 de febrero. El poder del gobierno –más allá de las armas que posea, más allá del dinero que tenga a su disposición- es frágil. Cuando pierde su legitimidad a los ojos de su pueblo sus días están contados.

Necesitamos involucrarnos en cualquier tipo de acciones no violentas que se nos ocurran. Ningún acto es demasiado pequeño, ningún acto es demasiado audaz. La historia del cambio social es la historia de millones de acciones, pequeñas y grandes, juntándose en puntos críticos para crear poder que los gobiernos no pueden suprimir. Hoy nos encontramos en uno de esos puntos críticos.

Howard Zinn, el autor de “Una historia popular de los Estados Unidos,” es un columnista de The Progressive.




Español      

 

   
  La Fracción Trotskista está conformada por el PTS (Partido de Trabajadores por el Socialismo) de Argentina, la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, LER-QI (Liga Estrategia Revolucionaria) de Brasil, Clase contra Clase de Chile y FT Europa. Para contactarse con nosotros, hágalo al siguiente e-mail: ft@ft.org.ar