Movimiento Obrero

EE.UU: ¿Se rompe la AFL-CIO?

 

Autor: Lee Sustar

Fecha: 21/11/2004

Traductor: Guillermo Crux, especial para PI

Fuente: Socialist Worker, EE.UU.


Andrew Stern del sindicato SEIU emprende una lucha en la federación sindical


¿El movimiento obrero norteamericano va por la vía rápida a una escisión --o los líderes sindicales harán un pacto que conserve la unidad de la AFL-CIO?

Esa pregunta flotó en el aire luego de una reunión post-elección en el Consejo Ejecutivo de la AFL-CIO, luego de que el presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU) Andrew Stern escribió una carta al consejo de 54 miembros llamando a una reestructuración radical --e inmediata-- de los sindicatos. “[Stern] alejó a mucha gente,” dijo a este periódico una fuente de la AFL-CIO.

Mientras la perspectiva de una ruptura en el corto plazo es real, Stern también puede estar intentando “crear semejante crisis como para que gente clave --en múltiples campos-- aparezcan en cierto modo como pacificadores que llevará a unos cambios que según él no ocurrirían si actuara de otra manera,” dijo la fuente.

En su carta, Stern reiteró su planteo de fusionar para reducir el número de sindicatos de 60 a menos de 20. De esta manera, según él, el movimiento sindical podría reconstruir su cantidad de afiliados --que ahora sólo es del 12,9 por ciento de la fuerza laboral-- de manera de eliminar las pérdidas y aumentar su poder de negociación dentro de sus industrias respectivas.

Lo nuevo es el pedido de Stern de acción rápida --o más. También llamó a la AFL-CIO a que invierta la mitad del dinero de las cuotas sindicales que recibe de sus sindicatos afiliados para solventar campañas de organización --y que se utilicen los royalties de la tarjeta de crédito de la AFL-CIO para financiar una campaña de sindicalización en Wal-Mart.

La carta fue considerada como un ultimátum por la Sociedad de la Nueva Unidad (NUP), una facción sindical que incluye al sindicato de textiles y hoteleros UNITE HERE, los carpinteros y los trabajadores agrícolas así como el SEIU. Entretanto, el SEIU estableció un nuevo sitio de internet --unitetowin.org ("Unámonos para ganar") --para promover su estrategia.

La pregunta ahora es si la NUP se marchará de la federación --quizás después del próximo Consejo Ejecutivo de la AFL-CIO, que se reunirá en febrero-- o comenzará una lucha por tomar el control de la AFL-CIO en su próxima convención, fijada para julio en Chicago.

La NUP ya ha rumoreado el nombre de John Wilhelm, antiguo jefe del sindicato de trabajadores hoteleros, como candidato para reemplazar al presidente de la AFL-CIO John Sweeney, quien juró postularse para la re-elección. Wilhelm puede ser un caballo de caza para una figura más del gusto de los sindicatos conservadores --como el presidente de los trabajadores agrícolas Terry O'Sullivan. Pero si los líderes de la NUP no logran hacerse cargo de la federación, es probable que simplemente se vayan.

En las convenciones de UNITE HERE y el SEIU más temprano durante este año, Stern planteó la perspectiva de una ruptura en la AFL-CIO. “O transformamos la AFL-CIO o construimos algo más fuerte,” dijo Stern. Sus propuestas son polémicas porque sacarían recursos financieros de la burocracia de la AFL-CIO --y también amenazaría a las burocracias de sindicatos más pequeños que están fusionados en los más grandes.

El crítico más fuerte de Stern es el presidente de la Asociación Internacional de Maquinistas (IAM) Thomas Buffenbarger, quien ha jurado separar a su sindicato de la AFL-CIO si las propuestas de Stern se imponen.

Hay una historia aquí. A Buffenbarger se lo ve hace como la persona más responsable por el fracaso de la propuesta fusión sindical entre el IAM, el sindicato metalmecánico UAW y los metalúrgicos de United Steelworkers of America --porque no quería dejar su puesto. El fracaso de esa fusión sindical Stern lo cita como un símbolo de la voluntad de los dirigentes sindicales de poner por delante sus feudos individuales por sobre el conjunto de los intereses del movimiento obrero.

No hay ninguna duda que Stern tiene razón en este punto. La mayoría de los sindicatos están en manos de burocracias esclerosadas que se han mostrado incapaces de resistir a las demandas de los patrones de que los obreros den concesiones o de revertir la sangría de miembros.

Si Stern y la estrategia de la NUP pueden dar un giro en la situación del movimiento sindical es otra cuestión. Como han señalado muchos críticos en el movimiento sindical, el plan de la NUP de reestructurar el movimiento socava la democracia sindical en favor de burocracias obreras poderosas, centralizadas. Los consejos centrales sindicales que unen los sindciatos a nivel de las ciudades y los condados serían eliminados, según un documento clave de la estrategia de la NUP.

El modelo para esto es el propio SEIU, que creció sustancialmente por medio de las fusiones, volviéndose el sindicato más grande de la AFL-CIO con 1,6 millones de miembros. Stern concentró poder en sus manos interviniendo y nombrando a sus aliados al frente de sindicatos locales que tenían casos de corrupción --o que se le rebelaban.

Esto resalta los presupuestos de la NUP --que la solución a los problemas del movimiento sindical consiste en darle poder a líderes perspicaces y con sus tecnócratas, en lugar de darle la voz y el poder a los afiliados.

Seguramente, las fusiones para construir poder sindical tienen sentido en algunos casos --pero esto es algo que hay que presentárselo a la base para que lo debata, lo discuta y lo decida. Y el tamaño de un sindicato no siempre es igual a su poder --o su competencia. Después de todo, United Food and Commercial Workers fue creado por medio de fusiones volviéndose uno de los sindicatos más grandes de la AFL-CIO --pero los enriquecidos burócratas del sindicato tomaron una decisión desastrosa tras otra que llevó a la derrota de la huelga de seis meses de los supermercados del sur de California hace algunos meses.

Y a pesar del furor alrededor de las propuestas de la NUP, la facción de Stern comparte el mismo marco que sus contendientes --la sociedad con los patrones y el apoyo automático al Partido Demócrata.

Stern declaró que los demócratas eran un “partido sin sustancia” en la víspera de la Convención Nacional Demócrata --y dijo que una victoria de George W. Bush podría ser un resultado mejor porque obligaría al partido y al movimiento sindical a enfrentar su crisis. Y aún así Stern le dio al “partido sin sustancia” $65 millones, personal a jornada completa de 2.000 miembros del SEIU y casi 1.000 funcionarios del SEIU, más de 50.000 voluntarios de base --y ni se inmutó mientras John Kerry llevó adelante la campaña presidencial demócrata más conservadora en décadas. ¿Es esto realmente que una señal de la sagacidad política del SEIU?

Para ser justos, el SEIU ha roto en ocasiones con los demócratas --para apoyar a los republicanos como el gobernador de Nueva York George Pataki y el senador por Pennsylvania Arlen Specter.

Buscar la asociación con los patrones también es un sello de la "gran vía" del SEIU de hacer tratos con los patrones para que les permitan organizar más miembros a cambio de una estrategia común en asuntos industriales.

Nada indica que la NUP tenga deseos de retroceder de las enormes concesiones que los líderes sindicales no han podido resistir --o directamente han defendido-- frente a la Norteamérica Corporativa.

Organizando lo desorganizado es la clave para la supervivencia del movimiento sindical como fuerza social --pero cada concesión de los trabajadores sindicalizados hace mucho más difícil que estos acaudillen los intereses de los trabajadores desorganizados. El movimiento obrero se renovó en la década de 1930 en condiciones mucho peores que las actuales por la acción militante y directa de millones de trabajadores --donde los radicales, los socialistas y los comunistas estaban en el centro de la lucha.

Los líderes sindicales que se separaron para formar el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO) respondían a la presión de la base. El debate de hoy, por el contrario, ha transcurrido hasta ahora sólamente dentro de las oficinas de dirección y por medio de documentos.

Es probable que la perspectiva de una ruptura en la AFL-CIO, sin embargo, lleve a una discusión más amplia en el movimiento obrero. Cuando eso ocurra, la base necesitará hacerse oir por sí misma.


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