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"El futuro de Irak todavía es un partido que hay que jugarlo todo"
Autor: Loulouwa al-Rached
Fuente: Il Manifesto
Fecha: 14/04/2003

Título Original:

Traducción especial para Partes de Guerra: G. Piamonte.

Las escenas de saqueo y anarquía por las calles de Bassora, Bagdad, Mosul, nos deja pasmados: como si el caos fuera el único escenario no previsto en la guerra iraquí. No esta asombrada Loulouwa al-Rachid, investigadora de ciencias políticas y estudiosa de la sociedad iraquí, (es coautora de la último reporte del International Crisis Group, Voices from the Iraqi Streets, diciembre de 2002). "Fue completamente previsible", nos dice al teléfono desde París: “Se reproduce el escenario del 1991, cuando el poder central perdió el control sobre la parte meridional del país. También entonces vimos saqueos y actos de vandalismo. Sólo que entonces el poder central estaba y este fenómeno ha sido limitado al sur, y sabemos como el gobierno ha retomado el control. Ahora el poder central se ha disuelto y el desorden es extendido a todo el país. Creo importante notar que es algo espontáneo, no organizado. Sí, primero la muchedumbre ha atacado los símbolos del poder, los edificios de los hijos de Saddam Hussein o los notables del régimen, pero luego cada edificio privado o público, tiendas, en todo sitio donde encuentra algo para robar. No es un gesto político." Antes y durante la guerra hubo quien previo escenas de alegría popular por el fin de la dictadura, dónde los americanos habrían sido acogidos como los libertadores. Hubo al revés quien adelantó una resistencia urbana, la guerrilla calle por calle. Pero al final ninguna de las dos cosas ha ocurrido. Y para Al-Rashid nada de esto tiene que asombrarnos: "En nuestro reporte previmos bastante una actitud de espera." El régimen, explica, se preparó para la guerra en las ciudades. Es más movilizó las milicias irregulares más que el ejército regular. Y esto tuvo como oculto el control social, ya que las milicias, móviles, fueron diseminadas en los barrios, entre la población civil. "hay que considerar que por 21 días el poder ha estado físicamente presente: presidente y ministros han tenido mucho cuidado en comparecer cada día, a la televisión, con las ruedas de prensa - no importa si para decir cosas fantasiosas o negar la evidencia. Hasta lo último han dado la impresión de tener las cosas en las manos. También por esto, no hizo falta esperar ninguna manifestación publica de alivio antes que los tanques americanos llegaran a Bagdad y al régimen hiciera mutis." Y el alivio no se ha traducido mucho en fiesta cuánto en desorden... "La cosa de veras inquietante por los baghdadies en este momento es el caos, la falta de una autoridad. Y sobre todo el hecho que las tropas ocupante semejan no preocuparse de ello."

La gran pregunta ahora es que sucede después. Los Estados Unidos han previsto un gobierno interino conducido por un ex-general, Jay Garner, con una multitud de consejeros americanos y británicos. Y en cambio, impacientes de demostrar que han "llevado la democracia en Irak", quieren que los iraquíes participen en una transición política. ¿Pero cuáles iraquíes? "Es una pregunta todavía sin respuesta, el partido esta abierto", Loulouwa A. el Rashid contesta. "La misma administración estadounidense esta dividida y cada “partido” tiene sus iraquíes preferidos. Hay muchos enfrentamientos entre americanos y británicos, en particular sobre el papel de las Naciones Unidas. La ONU misma no parece impaciente de ir a gobernar Irak. Lo que está claro es que los Estados Unidos tendrán en mano al gobierno. Cuánto a los exilés, muchos están volviendo: pero no tienen base alguna social ni credibilidad política, dependen en todo y por todo del apoyo americano. La matanza del religioso chiíta, el otro día a Najaf, es una señal de lo que puede ocurrir. La sociedad iraquí ha pagado un precio muy alto en los 30 años de dictadura. La sociedad civil organizada esta destruida. Los personajes que vemos emerger como pretendientes a la sucesión no son necesariamente representativos. El riesgo es que los americanos tomen personajes completamente hechos, en la prisa de tener un gobierno local."

De la parte americana y británica sentimos repetir que todos los miembro de la sociedad estarán representados: chiítas, sunitas, kurdos... Pero leer el Irak solo en términos étnico-religiosos es equivocado y peligroso, Loulouwa Al-Rashid dice. "Una cosa es reconocer que una sociedad es compleja, tallada, plural, otro es tratar de reordenar todo en términos étnico-religiosos. Ignoran que Irak ha vivido una integración nacional, de los años `20 en adelante." La construcción del estado moderno y laico, la instrucción de masa de los años `60, la nacionalización del petróleo en el `72, una administración moderna, todo ha concurrido a formar una conciencia nacional. Ciertamente, el régimen ha oprimido las minorías, pero a pesar de todo la dictadura no ha logrado desarraigar la conciencia de una sociedad integrada y pluralista." En las últimas semanas hemos sentido a Saddam Hussein y sus ministros hablar de jehad contra los invasores, recurrir al islam y a las tribus. La misma Al Rashid señaló recientemente que el régimen volvió a hacer palanca sobre los clanes, considerados un elemento retrógrado y ahora en cambio son cortejados por el poder. "La religión y el tribalismo son instrumentos tradicionales de control social, los han usado todos. Pero insisto, el régimen no ha logrado desarraigar el sentimiento nacional de los iraquíes. Ahora, el desafío es reconstruir una sociedad integrada: y creo que el pluralismo de las diversidades será una garantía que no volveremos a un sistema político acorazado, a una dictadura. El riesgo es que sean americanos y británicos los que manipulen las diversidades, siempre para hacer de ello un instrumento de control político. Ya hemos visto que los británicos en Bassora buscan a los jefes de tribu para delegarles el orden público: hay una extraordinaria continuidad con cuanto hicieron durante el mandato británico en los años `20. Un viejo vicio."

 

 

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