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Balance muy breve y provisional de la victoria imperial en Iraq
Autor: John Brown
Fuente: Rebelión.org
Fecha: 17/04/2003

Título Original:

La victoria de EEUU frente al régimen iraquí es un hecho incontestable. La primera fase de la resistencia de los iraquíes frente a la máquina de guerra norteamericana no ha sido por ello menos heroica y digna de amiración. Sin embargo, presentaba una debilidad esencial: estaba dirigida por la dictadura de Sadam. Se ha podido afirmar que los iraquíes preferían la dictadura fascistoide de Sadam a una ocupación extranjera. Sin duda: eso explicaría la encarnizada resistencia de las dos primeras semanas. Si el régimen baasista hubiera podido defender el país, seguiría hoy en su lugar. No ha podido hacerlo y no es por casualidad. En primer lugar está la debilidad militar frente a un país que representa él solo la mitad del gasto mundial en armamento. Pero existe sobre todo un problema que es de orden político y ético: la falta de libertad.

Maquiavelo afirmaba que para que un príncipe extranjero se apropie de un país regido por un gobierno republicano, debe liquidar a toda la población, porque en semejante país el poder está por todas partes, en cada uno de los miembros de su población.

Ese era efectivamente el caso de Vietnam donde la inmensa mayoría del pueblo luchaba por la liberación del país y por su transformación socialista. A pesar de las masacres, los norteamericanos fueron vencidos por una fuerza moral y política superior combinada con un poderoso movimiento contra la guerra dentro de la metrópoli.

Por desgracia, en Iraq faltaba un Vo Nguyen Giap y sobre todo una unidad inquebrantable entre el pueblo y el ejército. El ejército iraquí, el Estado iraquí, no eran en absoluto populares: eran los instrumentos de un régimen dictatorial. Su destrucción ha desmovilizado completamente la resistencia contra el invasor. Hoy es cuando puede empezar a desarrollarse una verdadera resistencia popular, libre desde ahora de régimen baasista . Además, empieza ya a hacerse visible por medio de acciones de guerrilla contra el ocupante. En los próximos meses se podrá transformar en una Intifada a gran escala que será capaz de barrer a los ocupantes. En efecto, es más fácil liquidar el ejército de una dictadura que la resistencia de todo un pueblo.

Debemos defender la democracia en Iraq y en todo el mundo aun cuando la guerra global permanente trate de liquidarla. No la "democracia" que los norteamericanos quieren imponer, sino la que el pueblo iraquí y los demás pueblos del mundo seremos capaces de constituir a través de nuestra resistencia y de nuestra creación de nuevas realidades políticas y sociales en ruptura con el capitalismo y en estrecha relación con nuestra vida y con nuestros deseos.

La resistencia feroz y cotidiana del pueblo palestino frente a una ocupación muy larga y cruel hasta hoy era un hecho aislado en el mundo árabe: a partir de ahora un nuevo foco de resistencia se desarrolla ante nuestros ojos. Esperemos que eche a los ocupantes norteamericanos de Iraq, pero también a los otros regímenes árabes que mantienen a los pueblos árabes bajo el yugo neocolonial y que, con Israel, forman un sistema de opresión neocolonial unificado y coherente.

No creo que la derrota del régimen de Sadam deba ser causa de tristeza e impotencia para el movimiento anticapitalista mundial, a pesar de las esperanzas que muchos iraquíes habían puesto en la capacidad del Baas de organizar la resistencia al invasor. Continúa la lucha contra la ocupación de Iraq y contra la transformación del mundo en mercancía por medio de la guerra. Y somos cada vez más fuertes.

(traducción del francés: Beatriz Morales Bastos)

 

 

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