-¿La guerra es inevitable?
Me temo que estén haciendo lo posible para que sea imposible echar marcha atrás. Yo diría que si Hans Blix dijera la semana que viene que no hay ni tan siquiera una navajita de bolsillo en todo el territorio iraquí, daría lo mismo. La Administración norteamericana lo ha dicho claramente. Lo que quieren es un cambio de régimen. Lo de la ONU es una farsa.
¿Por qué le parece que Tony Blair y José María Aznar se juegan su apoyo político siguiendo a Estados Unidos?
Bueno, son casos distintos. El Reino Unido se resignó tras la Segunda
Guerra Mundial a ser el ³socio menor² de EE.UU., como dijo entonces el
Foreign Office. Da lo mismo el grado de humillación que sufre o las
barbaridades que tiene que cometer, sigue ahí. La alternativa es unirse a
Europa y ser un país del montón. España es distinta. A mi juicio al igual
que en el caso de Berlusconi, es puro oportunismo. Prefieren posicionarse
al lado del capo de la mafia que hacer caso al 85% de su población. No vamos
a perder tiempo con la idea de que éstos son grandes estadistas que
sacrifican votos por una convicción. ¡Que idea más absurda! Es una elección
sencilla: te alineas con el poder o con la democracia. Y eligieron el poder.
A diferencia, por ejemplo, de Turquia...
Lo que ha hecho el Gobierno turco es extraordinario y muchos gobiernos
occidentales deberían sentirse humillados y avergonzados por el ejemplo de
compromiso democrático que acaba de darse en Turquía. El 95% de los turcos
está en contra de la guerra y tanto el Parlamento como el Gobierno les
hicieron caso. Esto se llama democracia. Pero soy escéptico sobre a la
posibilidad de que se les deje seguir en su oposición. De alguna manera
supongo que EE.UU. les obligará a aceptar.
¿Cómo?
En primer lugar tiene grandes armas económicas, como ya se ha visto. En
segundo lugar, aunque Turquía formalmente es una democracia, sigue, a todos
los efectos, bajo un régimen militar mediante el Consejo de Seguridad
Nacional. De modo que siempre hay una amenaza de golpe militar. Estuve en
Turquía hace unas semanas. Hablé en varias universidades y mis amigos turcos
me aseguraron que debía dar por sentado que un elevado porcentaje del
público asistente a mis conferencias era policía secreta. Hay que admirar a
los intelectuales turcos. No son como los nuestros. Están bajo una amenaza
constante y no sólo expresan sus opiniones sino que también hacen
insumisión. Pero temo que si el poder militar decide que no quiere aceptar
la decisión parlamentaria, hay formas para que pase por encima del
Parlamento.
¿Se refiere a un golpe?
No creo que un golpe sea necesario. El sistema de poder y seguridad en
Turquía ya esta diseñado para que los militares puedan imponerse a las
decisiones del Gobierno. Es más, el Ejército turco se sentirá muy preocupado
si EE.UU. les amenaza con dar su apoyo a una mayor autonomía para los 4
millones de kurdos en el nordeste de Iraq. Turquía tiene 50 millones de
kurdos y el Ejército quiere ampliar la ocupación militar del norte de Iraq.
Recuerde que en los años ochenta EE.UU. y Turquía perpetraron una de las
peores atrocidades contra los kurdos y los resultados aún son visibles en
los barrios pobres de Estambul, que están llenos de kurdos que huyeron a la
ciudad. La mayoría aplastante de los kurdos turcos está en contra de la
guerra porque piensa que en ese contexto se reproducirá la represión. Lo que
no es un miedo infundado.
¿Esta guerra es por el petróleo?
El petróleo es un factor importante. Pero ya hace tiempo 80 años quizás
que el crudo es una fuerza motora en la política exterior de EE.UU., así que
debe de haber otros factores.
¿Cuáles?
Primero, consideraciones políticas domésticas. En el sistema de propaganda
de Estados Unidos, Saddam Hussein pasaba en septiembre de ser un tipo malo a
ser una amenaza para la existencia de EE.UU. En septiembre, de repente, los
sondeos de opinión empezaron a incluir la pregunta: ³¿Piensa usted que
Saddam Hussein es una amenaza inmediata?². Desde entonces más o menos dos
tercios de la población piensa que si no paramos a Saddam hoy, nos va a
matar mañana. Curiosamente, el pueblo estadounidense es el único del mundo
con la excepción del mismo pueblo iraquí que tiene ese miedo a Saddam
Hussein. En países vecinos como Kuwait e Irán se le desprecia, pero no se le
tiene miedo. Bueno, ¿qué pasó en septiembre del 2002? Pues se celebraron las
elecciones legislativas en EE.UU. La Administración tenía que evitar que
cuestiones como Enron, las pensiones o el paro fuesen temas electorales. Y
cuando tiene miedo, la gente busca el cobijo del poder. Esto la
Administración lo sabe de sobra. Ya lo hicieron en los ochenta. Eche un
vistazo a sus currículos. Son todos hombres de la Administración Reagan y de
la de Bush padre. En 1981 lo primero que hizo Reagan fue declarar una guerra
contra el terror. Nos dijeron que había terroristas libios sueltos en
Washington, que los rusos nos iban a bombardear desde una base aérea en la
isla Granada, que fue invadida. Luego dijeron que los sandinistas
nicaragüenses estaban a sólo dos días de marcha de Texas y declararon un
estado nacional de emergencia porque la seguridad nacional estaba
supuestamente amenazada entonces por Nicaragua...
¡Vaya amenaza...!
Pero hay otra explicación. Existe una nueva política global expresada
abiertamente en el National Strategy Report de octubre. Éste explica con
pelos y señales que, en vista de que EE.UU. tiene un poder mayor que el
resto del mundo junto en cuanto a los medios de violencia, debe usarlo para
garantizar el dominio del mundo ahora y para siempre. No lo digo yo ,sino
ellos, en el informe. Hasta explican que habrá que actuar preventivamente
para que nadie desafíe ese poder. El objetivo de nuevo es que el mundo
entero tenga miedo. Y una forma de hacer esto es atacar un país indefenso.
¿Y las armas de destrucción masiva?
Es obvio que esta política aumenta, no disminuye, el riesgo de que
proliferen las armas de destrucción masiva y también aumenta el riesgo de
terror en EE.UU. La Administración sabe esto tanto como la CIA. Pero les da
lo mismo. Porque creen probablemente con razón que sus recursos de
violencia son tan grandes que da lo mismo lo que se diga.
Michael Ignatieff (catedrático al igual que Chomsky de la Universidad de
Harvard) acaba de publicar una defensa de lo que él califica como el
"imperio estadounidense" que dice que es el único policía global capaz de
evitar el conflicto. ¿Qué le parece?
Más o menos lo mismo que los intelectuales nazis, que decían exactamente lo
mismo sobre Alemania. Miremos el pasado. ¿El imperio de EE.UU. ha
garantizado la paz, la democracia y el orden? ¿En América Latina, por
ejemplo? En esa región EE.UU. ha ejercido su voluntad más que en ninguna
otra del mundo sin la molestia de Europa o Rusia. Ignatieff hasta dice que
en Vietnam hubo un "conflicto trágico" entre dos métodos de ³construir una
nación², entre EE.UU. y los vietnamitas del norte. ¿Fue así de verdad? Si
fuera así, ¿cómo es que Vietnam del Sur fue el principal objetivo de los
bombardeos estadounidenses? Luego dice que el factor clave que determinará
si es justificable la guerra en Iraq es el conflicto en Palestina. Por tanto
dice, EE.UU. debe garantizar que hay una resolución diplomática de ese
conflicto. Pero vamos a ver, existen las hemerotecas. Durante 25 años EE.UU.
ha bloqueado unilateralmente la resolución diplomática del conflicto
palestino-israelí frente al resto del mundo. ¿Qué sentido tiene decir ahora
que tiene que intervenir para resolverlo?
¿Cuál debe ser la respuesta de los periodistas ante la propuesta de Donald
Rumsfeld de "incrustar" a 1.000 reporteros en las filas de las tropas
estadounidenses?
Rumsfeld evidentemente cuenta con que esta guerra no vaya a durar más de
unos días y lo más probable es que tenga razón. Esto no puede llamarse
guerra. Es un país del Tercer Mundo contra EE.UU. y el Reino Unido, las dos
potencias militares más grandes de la historia. ¿Cómo llamar guerra a eso?
Entonces la cuestión es: ¿qué clase de masacre va a ser? Y Rumsfeld calcula
probablemente con acierto que será muy corta y, por tanto, por qué no llevar
a los periodistas. Dicho esto, ningún periodista serio lo aceptaría.
FUENTE: La Vanguardia
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