Intelectuales y Académicos

“Diplomacia de la Proliferación: el juego que juegan las Naciones”

 

Autor: Immanuel Wallerstein - Comentario 132 -

Fecha: 28/3/2004

Traductor: Juan O

Fuente: Fernand Braudel Center


Los titulares en los meses recientes han estado repletos de diplomacia nuclear. Es difícil mantener una buena cara leyéndolos. Libia ha renunciado a fabricar armas para siempre. El héroe nuclear de Pakistán, Abdel Qadeer Kahn, ha confesado que él (y él sólo en Pakistán) ha estado vendiendo secretos nucleares en el mercado negro mundial por dos décadas. El General Musharref dice que él y la armada pakistaní, por supuesto, no sabían nada sobre esto. El gobierno iraní dice que nunca estuvo en lo más mínimo interesado en fabricar armas nucleares, nunca lo ha estado, nunca los estará. Los nor-coreanos no han dicho nada nuevo recientemente, pero la última vez que se los oyó, decían que ya eran una potencia nuclear. El dirigente de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), Mohamed el-Baradei, dice que está sorprendido de descubrir los detalles de una gran circuito internacional de contrabando de armamento nuclear. La CIA dice que está aprendiendo toda clase de cosas nuevas que nunca supo antes. Y Malasia dice que está ansiosa por cooperar en clausurar cualquier rol que sus ciudadanos o residentes puedan haber jugado en esta operación mundial de contrabando.

Francamente, no creo casi nada de esto. Todos sabemos todo, o casi todo, y desde hace rato. La mayoría de los países están mintiendo a regañadientes. Es el juego de la diplomacia de la proliferación. En la vida real, NorCorea e Irán están sin duda trabajando duro en el desarrollo de armas nucleares. Probablemente otros países también. Los paquistaníes tienen todo el interés en continuar apoyando esto. Para estar seguro, el Gobierno Americano, tiene la esperanza de que no habrá más proliferación por otros, mientras mejora sus propias armas nucleares con desenfreno. Y los servicios secretos del mundo (y probablemente la IAEA también) saben más o menos lo que está pasando, y lo han sabido por décadas. Más allá, hay mucha gente, en el mundo occidental y en el resto del mundo, que está haciendo mucho dinero proveyendo a este tráfico y tienen toda la intención tratar de hacer algo más. Los EEUU también saben que su poder para detener esta proliferación es más limitado de lo que debería ser. Israel por supuesto ha sido una indeseada potencia nuclear por más de treinta años, y está preparada para hacer lo que pueda para frenar a los otros en la adquisición de esas armas, otros especialmente hostiles en su región, como Irán. Pero éste también puede hacer mucho solo. Bombardear las facilidades iraníes sería una peligrosa maniobra de su parte, aunque los israelíes como los últimos creyentes en Realpolitik podrían decidirse a hacerlo.
Para no poner muchos matices a esto, un número de regímenes saben que su habilidad para sobrevivir depende en su tenencia de amenazas creíbles, especialmente cuando los vecinos las tienen. Tomemos a Irán. Imagine que usted maneja el país. Usted estará rodeado de poderes, muchos de ellos menos que amistosos, quienes tienen armas nucleares: India, China, Russia, Israel, y ahora los Estados Unidos (con tropas en las fronteras Oriental y Occidental). Usted debería estar loco para no desarrollar armas nucleares. Y lo que sea el régimen iraní, si hay algo que no es, es loco.
Tomemos a Norcorea. ¿Confiaría usted, si fuera las autoridades norcoreanas, en que los EEUU no tomarían acciones militares algún día? Después de todo, sólo las rápidas maniobras de Jimmy Carter cancelaron la decisión del presidente Clinton de hacer justamente eso. Y esta “debilidad” de parte de parte de Clinton es una de las cosas que los acólitos de George Bush usan contra Clinton.
¿Así que, si este es el caso, porque todos juegan estos juegos de relaciones públicas? Porque estos sirven a un propósito. Es todo un problema de presión continua – acelerar o frenar el proceso. Y a veces las presiones funcionan, hasta cierto punto. Pero el lenguaje público del los jugadores nunca coincide con el privado. Tomemos Pakistán. El régimen de Bush ha presionado a Musharref duramente en muchos frentes – para exponer a Kahn, para permitir que el FBI merodee en Pakistán buscando a Osama bin Laden, para que no apoye la resurgencia de los talibanes, y en general para que actué como un miembro del equipo mundial de aquellos que ansían apoyar a Bush por toda la eternidad. Pero por supuesto, esto es menos que completamente popular en Pakistán. Muchos observadores han tomado noticia de que cada vez que Musharref da un discurso como le gustaría a Bush, se viste en ropas Occidentales y habla en inglés. Y cada vez que da un discurso que le gustaría a la gente pakistaní, se viste en ropas pakistaníes (o en un traje militar) y habla en Urdu.
Es todo un problema de dosificación – darle un poco a EEUU pero no mucho, darle un poco a los islamistas pero no mucho. Cuán duro presiona EEUU es también problema de dosificación – llevar adelante sus objetivos deseados y satisfacer su imagen de macho en casa, pero no ir tan lejos en exponer la continuidad de Musharref en su cargo en tanto la mayor esperanza de EEUU es que no le suceda nada malo. El problema con este tipo de juegos es que es fácil cometer errores. Ya sea que Musharref o Bush vayan un poco demasiado lejos y el régimen podrían colapsar.
Y el régimen pakistaní podría de hecho colapsar. También está la cuestión de las negociaciones India-Pakistán. La cuestión Kashmir ha venido estando en el tapete desde hace más de cincuenta años. Veamos que pasó. En el momento de la independencia, había un enorme monto de purificación étnica en ambos lados. También había una provisión en el traslado británico de arreglos de poder que los Estados magníficos (de los cuales Kashmir era uno) podrían optar por unirse al país que desearan. El único lugar donde la decisión estaba en duda era Kashmir, con un príncipe hindú y una mayoría musulmana, y en la frontera de los dos Estados. El príncipe optó por India. Una guerra se desató, y hubo una partición de facto en Kashmir. Desde entonces, India ha demandado la porción paquistaní y Pakistán ha demandado la porción India. Han habido tres guerras más por esto.
¿Hay una solución que pueda ser negociada? El hecho es que India y Pakistán actualmente sienten diferente sobre la situación. India estará deseando aceptar la partición de facto como una división permanente, aunque no lo diga públicamente. Pakistán realmente quiere reclamar la parte India, o al menos muchos de los paquistaníes realmente quieren hacerlo. ¿Entonces, cómo sería un compromiso? India no cederá una pulgada. La paz implica que Pakistán acepte los límites como permanentes. Musharref podría estar listo personalmente para hacerlo, si pudiera encontrarse alguna fórmula que salve su imagen. El resto del mundo probablemente aplaudiría. Pero si él hace esto mientras está deshonrando a kahn, y permitiendo a los agentes del FBI que vaguen por Pakistán, esto probablemente sería demasiado para que él sobreviva. E India quiere que él sobreviva, desde el momento en que él es su mayor esperanza para terminar con las discusiones de límites.
¿Entonces está India presionando a los EEUU para que relajen otras presiones sobre Musharref en orden de que haga un trato con Kashmir? ¿Y están los EEUU yendo a hacerlo, dadas sus propias prioridades, las que no incluyen pacificar la disputa Kashmir? Volvamos en cincuenta años cuando los archivos sean abiertos. En el entretiempo, no esperen que haya mucha disminución en la proliferación nuclear.



1/3/2004


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