Irak, Medio Oriente y Asia

Una Eternidad Política

 

Autor: Aluf Benn

Fecha: 27/10/2004

Traductor: Analí T.B., especial para P.I.

Fuente: Haaretz


El Primer Ministro Ariel Sharon obtuvo una gran victoria ayer en el Knesset por su plan de retirada, que fue aceptado por una amplia y clara mayoría de muchos de los miembros del Knesset, la mayoría de los integrantes de la facción Likud y de la coalición – con lo que una fuente del gobierno denominó “una mayoría judía.”

El Knesset adoptó la decisión gubernamental de poner fin a la presencia israelí en la Franja de Gaza y la zona norte de la Ribera Occidental, y por primera vez aprobó en principio la evacuación de los asentamientos de La Tierra de Israel.

El mensaje de Sharon luego de su victoria es que su empeño se demostró. Con la ayuda del Partido Laborista y Yahad, que garantizó su mayoría, Sharon logró enfrentar las presiones a favor de un referéndum sobre la retirada, no intimidado por las amenazas de sus ministros. No cambió nada en la decisión que llevó al Knesset, y esta vez no fue obligado a hacer concesiones como hizo antes de ganar la aprobación del plan en el gobierno.

Los contactos para garantizar la mayoría siguieron hasta el ultimo momento, con una coordinación cercana entre el secretario de gabinete Yisrael Maimon, que se convirtió en el oficial de operaciones para el Primer Ministro en el Knesset, y Dalia Itzik. Ambos trabajaron en los arreglos que mantuvieron a los integrantes del Knesset árabes lejos del pleno, y se aseguraron durante el día de que la mayoría estuviera firme.

“Ganamos una batalla importante, pero hay muchas batallas más por delante” resumieron en la oficina del Primer Ministro.

Lo que todos se preguntan es si luego de la aprobación del Knesset, el plan haya llegado a un punto de no-retorno. ¿Ya es inalterable la retirada de Gaza y el norte del la Ribera Occidental, sin importar lo que pase en el camino?

Sharon está prometiendo avanzar en la retirada, y aquellos que lo rodean en su oficina quieren creer que no hay vuelta atrás, a pesar de la crisis política y la ruptura en el partido gobernante. Pero a pesar del gran éxito en el Knesset, el plan se sigue enfrentando a cuatro obstáculos principales:

1) La ley de compensación por la evacuación. La semana que viene, el Knesset votará en la primera lectura de la Implementación de la Ley del Plan de Retirada, que autoriza al gobierna a evacuar los asentamientos y compensar a los evacuados. Luego habrá debates en los comités, y una segunda y tercera lectura. El proceso parlamentario es largo y tedioso, y la ley podría ser bloqueada en cualquier etapa. El bureau de Sharon cree que la ley es relativamente fácil de promulgar.

2) La decisión de la evacuación. Luego de que toda la legislación necesaria es completada, el gobierno aun debe decidir en febrero, marzo o mayo, sobre la evacuación en sí. Será un momento decisivo, que encenderá o apagará la maquinaria de la evacuación. Existe una eternidad política entre ese momento y el presente.

3) La crisis política. Ese es el problema más urgente de Sharon. Luego de la sorpresiva victoria en el Knesset, debe volver al escenario de su partido, donde ha sido derrotado muchas veces. El ultimátum del “referéndum sobre la dimisión” por parte de ministros Netanyahu, Livnat, Katz y Naveh sólo empeora la fractura en el Likud, y esto, junto con las amenazas del Partido Religioso Nacional, obligará al Primer Ministro a elegir entre un referéndum, elecciones, o traer al Partido Laborista al gobierno. Para Sharon, esa es una opción entre lo malo, lo terrible y lo menos probable. Un referéndum o elecciones podrían postergar o hasta bloquear la retirada, poniendo en riesgo el puesto de Sharon. Ampliar la coalición salvaría el plan, pero no está claro cómo lo podría lograr, dada la oposición en el partido. El convencimiento que mostró ayer antes del voto podrá ser insuficiente.


4) El terror. Sharon sigue reiterando que no habrá retirada bajo fuego. Dentro del ejército y entre los nuevos discípulos del Primer Ministro en la izquierda, hay algunos que piensan que esa es una excusa preparada con anterioridad para evitar de hecho que se pueda llevar adelante la retirada, llegado el ultimo momento – algo para el protocolo, para ser abortado en el momento propicio y demostrar que Sharon condicionó todo secretamente. Es difícil predecir si el terror evitará la retirada, y en todo caso, el camino político hasta entonces es muy, muy largo.


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