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Estrategia Internacional N° 20
Septiembre 2003

Europa y las manifestaciones contra la guerra

Por Lucas Pizzutti, con la colaboración de Jean-Baptiste Clech

 

 

El inicio del año 2003 fue testigo del mayor movimiento antiguerra de la historia. El 15 de febrero decenas de millones, se manifestaron contra la intervención angloamericana en Irak en los 5 continentes y particularmente entre los países imperialistas europeos. También en los EEUU hubo un inmenso movimiento antiguerra pese a la durísima campaña chauvinista oficial. En Inglaterra como en Italia o en España millones de personas manifestaron aquel día, siendo las más grandes manifestaciones de la historia de esos países. Millones de obreros, estudiantes, profesionales, etc., expresaban su rechazo al ataque, y en gran medida participaban por primera vez de una manifestación internacionalista. El New York Times dijo que había nacido una nueva superpotencia que era "la opinión pública", nombre que le dio este "honorable" diario burgués al movimiento de masas. Algunos intelectuales estaban con excesos de euforia, como Gilbert Achcar de la LCR francesa que dijo "Hoy Bush perdió la guerra".
El 20 de marzo en Italia, con las primeras bombas, millones de trabajadores interrumpieron parcialmente sus tareas en rechazo a la guerra. Las movilizaciones continuaron durante todo el transcurso de la guerra. Los gobiernos de Aznar y Blair se pusieron en discusión. No había en toda Europa Occidental una sola universidad que no tuviera su comité antiguerra. El mismo Papa hacía discursos "incendiarios" en los que "amenazaba" al fanático cristiano Bush de "rendir cuentas ante Dios". Desde Francia, Chirac se transformaba en el líder de una coalición opositora a la guerra, junto con Alemania, Rusia y China, que querían el ingreso en Irak consensuado en la ONU. Países semicoloniales como Chile o Guinea con gobiernos absolutamente vasallos de los imperialistas se negaban a acatar los designios yanquis (de votar en la ONU el apoyo a la invasión), cosa que nunca habían hecho antes. Se había formado la coalición más grande de la historia contra los EEUU, o al menos una gran coalición que se negaba a colaborar directamente con ellos. En los medios americanos se estimulaba la histeria nacionalista anti francesa y en los medios franceses se ridiculizaba al gobierno de Bush y se hacían públicas las ligazones de éste con los fundamentalistas cristianos.
Pese a todo esto, como sabemos, la coalición angloyanqui entró en Bagdad con relativa facilidad. Intentaremos analizar porqué no se pudo detener la guerra, y qué deja este movimiento antiguerra para el futuro, y qué conclusiones deben extraerse para las nuevas luchas.


Las manifestaciones

 

La masividad de las manifestaciones significó una entrada en escena en gran escala de las masas europeas. Millones de trabajadores, estudiantes, profesionales, etc., participaban y discutían de política a un nivel no visto en largos años. Después de la caída del muro de Berlín no hubo tal entusiasmo en que las masas con su acción colectiva pudieran transformar, aunque sea en pequeña escala, la realidad. El movimiento antiglobal había dotado de un nuevo entusiasmo y un nuevo espíritu a un vasto sector de vanguardia de trabajadores y jóvenes (contando con simpatía en sectores de masas) y le había dado un nuevo auditorio a la izquierda más radical (ver artículo "La huelga de la FIAT conmociona Italia", en Estrategia Internacional Nº 19). Con la guerra, el movimiento antiglobal tuvo un diálogo con sectores de masas, que también pedían por la "paz". Podemos decir que desde el 15 de febrero hasta el fin de la guerra la nueva izquierda o movimiento antiglobal se cruzó en el camino con el movimiento de masas. Las masas europeas, y en gran parte del mundo, vieron el ataque a Irak como un ataque sin justificación.
Si bien la guerra del Kosovo como el ataque a Afganistán tuvieron manifestaciones de resistencia en el Viejo Continente, las clases medias en Europa veían como justificación a esos ataques la monstruosa limpieza étnica de Milosevic y el horrible régimen de los talibanes (más el atentado del 11 de setiembre), sin ver la responsabilidad de las potencias occidentales en su creación, ni sus intenciones imperialistas. La gran diferencia con la guerra de Irak es que (más allá de las monstruosidades del régimen de Saddam) las masas de toda Europa y gran parte del mundo, percibieron que los EEUU estaban yendo demasiado lejos y que esta guerra iba a afectar su vida cotidiana. Dentro de los que se opusieron a la guerra básicamente podemos identificar tres "corrientes de pensamiento": una parte importante de la población percibía que esta guerra sin ninguna excusa creíble podía desencadenar una dinámica de guerra (con sus respuestas terroristas, etc.) que llegara al corazón de Europa.
Otra parte más conservadora (y europeísta) pensaba que el hecho de que los yanquis se apropien del petróleo iraquí y dominen indiscutiblemente esa región del mundo, tocaría directamente los intereses europeos (particularmente franceses y alemanes) en el mundo.
Y por izquierda, una nueva generación que comenzó a expresarse en el llamado movimiento antiglobal, que denuncia en forma genérica los males del capitalismo, conformaba una nueva militancia (que se agrupa en organizaciones autonomistas, en las que se reivindican del trotskismo o también en Rifondazione Comunista en Italia, que también agrupa en su seno varias alas que se reclaman trotskistas).
Estos últimos gozaban de la autoridad moral que les daba no haber sido partícipes de las recientes guerras imperialistas y de haberlas denunciado. Esta combinación de hechos dio a la izquierda radical la oportunidad más importante para hacer oír su voz en décadas. Ninguno de los opositores a la guerra en Irak podía atacar más o menos abiertamente a los referentes antiglobal, ya que la socialdemocracia, los sindicatos oficiales y los partidos burgueses sin excepción, fueron corresponsables junto a los yanquis de las anteriores incursiones imperialistas. Se desarrolló una gran oportunidad para abrir una discusión contra los "socialistas" gubernamentales y demostrar que ellos se encuentran entre los grandes enemigos de la "paz". Sin embargo, esta perspectiva no se desarrolló. Al contrario, el ala europeísta intentó en todo momento que el pacifismo más general del movimiento no se desbordara hacia un cuestionamiento más generalizado de los gobiernos guerreristas y sus sotenedores más o menos tácitos e indirectos. El corto tiempo que duró la guerra, más el hecho de que no se desarrollara una "resistencia irakí", mientras atacaba la coalición angloamericana y las masas se manifestaban, bloqueó la posibilidad de que el movimiento antiguerra se radicalizara y cuestionara de conjunto al imperialismo. Con la derrota de Irak se apagaron las manifestaciones multitudinarias y se evitó que los gobiernos entraran en crisis (como la que tiene Blair hoy) con las masas en las calles. A continuación analizaremos cuáles fueron las causas y las ideologías que sustentaron este movimiento.

 

Los imperialistas europeos

 

Los que denominamos el sector conservador o pro imperialista europeo se basaban en cuestiones materiales. Los llamados a atacar Irak por parte de los EEUU se iniciaron casi simultáneamente al fin de la ocupación en Afganistán. En su "Cruzada contra el terrorismo", G. Bush junior designa a Irak inmediatamente como parte del "eje del mal" y para el "ataque final" comienza la cuenta regresiva.
El movimiento de masas, que no cree desde un inicio el engaño de que Irak tenga armas de destrucción masiva o que el régimen de Saddam sea un peligro para el resto de la humanidad y no solamente para su propio pueblo, comienza a manifestarse en todo el mundo.
Pero la gran novedad es que los gobiernos francés y alemán, uno conservador y el otro socialdemócrata, se oponen a la intervención norteamericana, generando un hecho inédito en las últimas décadas. Desde el fin de la Segunda Guerra mundial los imperialistas eran liderados en forma indiscutida por los EEUU y si bien había algunas disidencias, eran conjuradas y después todos se disciplinaban detrás del hegemón americano. Hoy otras potencias imperialistas como Francia y Alemania (teniendo como aliadas a 2 ex potencias del "campo socialista" como Rusia y China) se animan a contradecir o a desafiar a los yanquis. Esto, que para muchos, aún en el campo del marxismo era imprevisible, y que obedece a causas estructurales político-económicas (ver el artículo "Un intento de redefinir la hegemonía imperialista" de Juan Chingo y Aldo Santos en Estrategia Internacional Nº 19), se desarrolló en una forma clara en todo el periodo previo a que se desencadene la guerra, y aún hoy el futuro de Irak (y de toda la región) es un terreno de confrontación (por ahora solamente político) entre los EEUU y la "vieja Europa", como Donald Runsfeld llamó a Alemania y Francia. La puja entre los diferentes imperialismos por la reconfiguración de las "posiciones" en el mundo se ponía en evidencia en los debates en la ONU.
Así como las poblaciones europeas eran netamente opositoras a la guerra, las diferentes burguesías de los países centrales de la Unión europea tenían una posición mayoritariamente contraria a la guerra. El Reino Unido (menos ligado estructuralmente a la UE) fue el único que pudo declararse abiertamente a favor de Bush y mandar sus soldados. Ni Aznar, que fue a la cumbre de las Azores, ni Berlusconi (que tenía en el interior de su país la oposición de importantes burgueses como Moratti (Pirelli), Illy... y nada menos que el Vaticano), pudieron ir hasta el final en su apoyo a los yanquis no sólo por las movilizaciones de masas sino porque gran parte de sus burgueses son partidarios de la construcción europea como plataforma de su expansión global.

 

Europa como ideología

 

Desde el inicio de la construcción de la Unión Europea, la burguesía ha creado mucha ideología con esto. Después de la aprobación del tratado de Maastrich en los inicios de los '90, la burguesía europea promueve a la Unión Europea como la panacea en donde no existen las fronteras (entre los estados adherentes) en un continente donde las guerras fratricidas habían desencadenado dos guerras mundiales. Asimismo para la opinión común, contraponen a la Unión -en donde no existe la pena de muerte- a los EEUU, de la misma manera el llamado "capitalismo social" de Europa, al "capitalismo salvaje" yanqui. Cincuenta años sin guerras con una transición hacia una unidad pacífica, más el "Estado de Bienestar" son los principales pilares que sostienen la ideología europeísta. El discurso ecologista y de la sanidad "del cuerpo y el ambiente" en defensa del protocolo de Kyoto y contra los OGM de parte de los capitalistas europeos, es hecho ideología para contrastar con los norteamericanos "antiecológicos". En el marco de la cuasi recesión que hoy existe en la economía mundial, cada nicho del mercado es peleado con uñas y dientes... y con ideología. La ideología del "europeísmo" como salida ética a la crisis de la humanidad, se hizo presente en la confrontación con los EEUU por Irak. El rechazo al Tribunal Penal Internacional, por parte de la administración americana, da a los imperialistas europeos un aurea "ética" y multilateral, confrontada con el unilateralismo belicista yanqui.
Curiosamente el conservador Chirac como defensor de las instituciones internacionales burguesas (la ONU, principalmente) y el statu quo internacional, aparecía como progresista ante los ojos de intelectuales llamados de centro izquierda como por ejemplo Gunther Grass y Almodóvar que escribieron una carta titulada "Gracias Presidente Chirac", por su posición ante la guerra, expresando el pensamiento de gran parte de las masas no sólo en Europa, sino también entre los opositores a la guerra en los EEUU y en el resto del mundo.
Filósofos como Jacques Derrida y Jürgen Habermas declararon al 15 de febrero como el día de nacimiento de una "identidad europea", contrapuesta a la norteamericana. Su texto fue publicado en los principales diarios europeos al mismo tiempo el 4 de junio (Reppubblica, El País, Liberation, etc.). Estos dos famosos filósofos (llamativamente... uno francés y el otro alemán) intentan demostrar que la "Vieja Europa" ha aprendido de su decadencia como imperio ("Con la creciente distancia de la época de los dominios imperiales y de la historia colonial, las potencias europeas han también tenido la oportunidad de situarse a una distancia reflexiva de sí misma" dicen en "Europa a la búsqueda de su identidad perdida") y ahora puede enseñarle virtudes a su rival/aliado americano. El fin de la "era imperial" de Europa, favorecería el multipolarismo: el hecho de reconocerse derrotados (en cuanto a las pretensiones hegemónicas imperiales) "podría haber favorecido la renuncia al eurocentrismo, dándole alas a la esperanza kantiana de una política interna mundial." 1 La "vieja Europa" intenta aparecer como una fuente de "racionalidad", contrapuesta al "belicismo" norteamericano.


El 15 de febrero

 

La jornada del 15 de febrero fue convocada originalmente por el FSE de Florencia (en realidad el 14, por IG Metall, SUD y los COBAS) como día para una huelga general europea contra la guerra, y retomada/transformada por el FSM como jornada mundial de manifestaciones contra la guerra. Finalmente, la amplitud del movimiento transformó al 15 de febrero en una jornada histórica. La gran motivación de la inmensa mayoría de los participantes fue la paz. Las manifestaciones y huelgas generales en España e Italia en el 2002, y aún las marchas contra la guerra de Afganistán en Inglaterra hacían presagiar que estábamos de frente a un movimiento de masas enorme. Pero el rechazo y el temor (impulsado desde los medios) de las masas europeas a que la guerra se generalice y desestabilice el viejo continente transformaron a estas manifestaciones en grandes hechos de masas. Los efectos de la puja entre Francia y Alemania por un lado y los EEUU por el otro, despertaron una ola que mezclaba temor y rechazo por la política de Bush y Blair.
Sin embargo, la enorme masividad no se correspondió con una radicalización, ni política ni en las acciones. Salvo algunas acciones aisladas en Inglaterra, y acciones radicalizadas de vanguardia juvenil y obrera en Italia, no hubo acciones generalizadas en el sentido de detener la guerra concretamente. No hubo ningún paro general contra los gobiernos guerreros en Europa (Blair y Aznar). Y no hubo ninguna corriente de masas ni de vanguardia amplia que se manifestara por la derrota del imperialismo y por el triunfo de Irak.
Sin embargo, si con el movimiento antiglobal decíamos que una nueva vanguardia entraba en escena, con las manifestaciones antiguerra una nueva generación entra en la vida política. Los millones que se manifestaron en Europa apenas dijeron sus primeras palabras en la política. Si bien la idea hegemónica entre los manifestantes era la paz, y se tiene más confianza en la Unión Europea en contraposición a los EEUU, la idea de la "paz europea" no tiene una arquitectura política muy fuerte. Los dos líderes que más se opusieron a la guerra (Chirac y Schroeder) tienen que enfrentar un importante nivel de protestas internas. La popularidad de la que goza todavía Chirac se debe a que tuvo que enfrentar a Le Pen en las elecciones y se opuso a la guerra: él es visto casi como un socialdemócrata (en particular fuera de Francia) y tiene muchos más problemas (enormes huelgas) cuando tiene que llevar adelante su política neoliberal en su país. En el caso del "socialista" Schroeder, que ganó ajustadamente las elecciones por su oposición a la guerra, también debe enfrentarse al descontento de la clase obrera por la política de corte de conquistas sociales. Aunque los partidos socialdemócratas estén en relativo ascenso donde no gobiernan (como en España, Italia, e inclusive en Francia) no es la corriente socialdemócrata de conjunto (a la que pertenece también Blair) la que va a capitalizar políticamente este enorme movimiento pacifista. Se tuvo que limitar a impedir que se radicalice.


El Foro Social Mundial

 

Ante la emergencia del movimiento antiglobal, como representación del hartazgo con el capitalismo en vastos sectores de vanguardia y de la crisis de la llamada Tercera Vía, de la decadencia de la idea post '89 de ascenso ilimitado del capitalismo, los imperialistas europeos (en particular los franceses) intentaron desviar toda esta energía contestataria hacia el "antiamericanismo". La creación del FSM, sostenido activamente por varios integrantes del gobierno socialdemócrata francés (en el 2001), tuvo el objetivo de domesticar al movimiento antiglobal, que en su cuestionamiento genérico al capitalismo e imbuido de un incipiente internacionalismo, representaba un potencial problema para los gobiernos europeos en particular. Llamativamente en el Foro de Porto Alegre tenían un rol primordial los intelectuales franceses (como los dirigentes de Le Monde Diplomatique), pequeños patrones agrícolas como José Bové, o las organizaciones como ATTAC, sin que en Francia exista un movimiento antiglobal numéricamente considerable.2 En el FSM del 2002, el presidente Chirac envió a un representante suyo como observador. El imperialismo francés a través de sus organizaciones "progresistas", trataba de llevar el naciente movimiento antiglobal, hacia una política tendiente a "humanizar el capitalismo". Y como todos sabemos, el capitalismo más humano... no puede ser otro que el europeo.
El eje político llevado adelante por los que realmente deciden en el FSM (es decir la socialdemocracia, en particular a través de sus intelectuales, más los grandes sindicatos, etc.), era contraponer a la política de Bush el europeísmo. Había que evitar la posibilidad de que el movimiento de masas transforme la resistencia a la guerra contra Irak en una lucha social contra sus propios gobiernos. En el año 2003, los sindicatos europeos (la CES) estuvieron presentes en Porto Alegre para darle una contención al sentimiento de repudio hacia la guerra. Ya en el Foro Social Europeo de Florencia, presionados por la movilización de masas y las luchas de los trabajadores de la FIAT, los sindicatos "alternativos" y "combativos" (IGM, SUD, Cobas) europeos habían declarado que harían una huelga europea contra la guerra, para evitar que los corran por izquierda con un lógico reclamo de "paz". Esta huelga nunca se hizo. Los grandes sindicatos participaron de la preparación de las manifestaciones para que la clase obrera no fuera el centro de gravedad de la lucha contra la guerra, "respetando" la ideología "movimientista" del Foro.
Si la mejor manera para luchar desde Europa contra la guerra era luchando por tirar abajo a los gobiernos de la guerra (Blair y Aznar más directamente o Berlusconi en una menor medida, por ejemplo), ni el FSE, ni las centrales sindicales ni los partidos de izquierda lanzaron una sola consigna en ese sentido. La corta duración de la guerra impidió que estuviera planteada esta perspectiva en la realidad. La caída de alguno de los gobiernos de la guerra también podía haber estimulado a la clase obrera de los países de los gobiernos "pacifistas", que fueron los países que tuvieron mayor conflictividad social en la primera mitad del 2003 (Francia y Alemania). Al mismo tiempo que se realizaban los preparativos para la guerra en Irak, Francia enviaba miles de soldados a Costa del Marfil, cosa que no fue denunciada en ningún momento por el Foro Social Europeo o Mundial. O sea, lejos de lo que sostienen Derrida y Habermas, los imperialistas europeos no han "renunciado al eurocentrismo" o al imperialismo, sino que los Estados Unidos han sido los grandes ganadores de la 2da Guerra Mundial e impusieron su hegemonía. Esto, más casi dos siglos de lucha anticolonial (y lucha revolucionaria en el último siglo) en el llamado Tercer Mundo han dejado atrás a las potencias europeas respecto a los EEUU. La idea de una Europa con mayor "estatura moral" que los EEUU, hoy es parte del "sentido común" de las masas europeas. Esta "prudencia" europea, "antagónica" del unilateralismo yanqui, es producto de la consideración de que la estrategia americana no sólo va contra intereses vitales europeos, sino que consideran que ésta generará más desestabilización y más terrorismo.
Pero lo que es realmente grave es que importantes partidos y corrientes de izquierda con gran influencia social sostengan sustancialmente lo mismo. En el FSM tienen un peso importante, a nivel ideológico, los neo autonomistas y su líder ideológico Toni Negri. Como ala izquierda participan algunos de los más importantes grupos políticos de la llamada izquierda radical en Europa: la LCR francesa, el SWP inglés o Rifondazione Comunista en Italia, por ejemplo.3 Tanto Negri, como el francés Krivine o el inglés Callinicos (ambos de origen trotskista), representan a los ojos de la vanguardia, una continuidad entre las luchas del '68-'80 con la actualidad, y tienen el prestigio de no haber estado comprometidos directamente con el stalinismo, ni haberse vendido a la burguesía (como Cohn-Bendit y gran parte de la generación francesa del '68). De los grupos importantes de izquierda en Europa, sólo Lutte Ouvrière y el PT en Francia4 no participan del FSM.
Por lo tanto consideramos de radical importancia discutir las ideas y la práctica de quienes sostienen que el FSM juega un rol progresivo en las luchas y en la reconstrucción de la subjetividad de la clase obrera y la juventud. Más atrás decíamos que del 15 de febrero al fin de la guerra la extrema izquierda tuvo una oportunidad histórica, no sólo para crecer, sino para dar una lucha contra las direcciones reformistas proimperialistas europeas. Nosotros opinamos que se perdió una gran oportunidad, sobre todo, por los límites ideológicos y políticos de esta extrema izquierda. A continuación analizaremos las ideologías de los neo autonomistas y la izquierda del FSM en relación con el europeísmo, para ver si representaron una alternativa real a las ideas de Derrida y Habermas y a los aparatos reformistas.


Los neo autonomistas

 

Pese a su número relativamente pequeño a nivel internacional (tienen una relativa importancia en Italia, Alemania o España) el discurso de los autonomistas adquirió una popularidad importante en Europa. El desmembramiento del llamado "socialismo real" y por consecuencia de los partidos stalinistas en Europa occidental, abrió el camino a una ideología "antipartido" de la cual los autonomistas se aprovecharon. Hoy en el movimiento antiglobal se sostienen muchas de las teorías neo autonomistas. Los líderes intelectuales del movimiento con ropaje más de izquierda, como Vittorio Agnoletto, del Genoa Social Forum difunden una ideología de "movimiento" con muchas cabezas (el movimiento de los movimientos, entre los cuales el movimiento obrero es uno de ellos), con una fraseología más bien izquierdista (lo llamó al movimiento "intelectual colectivo", bastardeando la definición de partido revolucionario de Gramsci) pero negándole objetivos concretos. La teoría de la "multitud constituyente", sin una clase como sujeto, deja el espacio abierto a utopías reaccionarias (tipo ecologistas anti-industria o pacifistas religiosos) dentro de los que se reivindican neo autonomistas. Al no hacer una oposición de clases, sino de la "multitud" contra el "Imperio", los neo autonomistas eran enemigos de la lucha por la huelga general contra la guerra.
En Estrategia Internacional, venimos haciendo la crítica a las teorías de Negri desde 1999, y no vamos a repetir los mismos argumentos. Pero en esta oportunidad veremos un nuevo giro a la derecha: la ligazón de la crítica del "Imperio" con el europeísmo. En este caso, Negri realza las "virtudes" del Imperio (deslocalizado, sin centros, extendido a nivel planetario), liderado por el eje franco-alemán, simbolizado por la Unión Europea sin fronteras interiores como modelo, contra el "imperialismo Ancien Règime" de Bush.
Dice Negri en la revista italiana Global N° 1: "Ahora nosotros sabemos que Europa no se puede formar como unión, sino derrotando el empuje ultrancista del liberalismo americano. Es un bien que la crisis iraquí haya puesto a los dos países más fuertes de Europa continental, Francia y Alemania, el problema de reconectar el impulso hacia la unidad europea y la defensa de la singularidad del social europeo. Europa no podrá ser construida más que sobre esta base y a partir del empuje que Francia y Alemania están ejercitando para colocar sobre el orden global un modelo antiliberal de desarrollo económico y una cultura antiliberal de crecimiento de las potencias productivas." 5 En este párrafo Negri reivindica el rol de Francia y Alemania como ejes constructores de la Unión Europea ("es un bien"), y defensores de la "singularidad del social europeo". Pero Francia y Alemania son dos países imperialistas de primer orden, con un gran peso en Africa, Europa del Este y con importante participación en las privatizaciones y en la deuda externa de América latina. También es notoria la participación de las empresas francesas y alemanas en Irak (particularmente la petrolera Total Final Elf). Asimismo, "la singularidad del social europeo", o sea las conquistas históricas de la clase obrera, están siendo gravemente atacadas. Esto es notorio en Francia donde millones de trabajadores estatales se enfrentaron a las reformas liberales llevadas adelante por el gobierno Chirac-Raffarin. ¿Y qué perspectiva propone para las "multitudes europeas"? "En los países donde las burguesías son más egoístas y las resistencias menos fuertes (Italia, España, etc.) se trata de abatir los gobiernos que están de la parte del capitalismo americano. Esta batalla debe ser conducida con coherencia extendiendo las alianzas dentro de lo posible de este proceso enfrentando cualquier otra vía de construcción europea." 6 En este caso va mas allá y proclama abatir los gobiernos pro americanos y "extender las alianzas" con Francia y Alemania, pero ¿bajo que argumentos Negri puede decir que son menos "egoístas" las burguesías francesas y alemanas porque no están con el "capitalismo americano"? Veamos: "El unilateralismo americano de la administración Bush está ligado estrechamente a los intereses de la más vieja economía, a las fuerzas de la industria siderúrgica y petrolera, de los constructores de armas pesadas y carros armados (...) Por el contrario la presión del interés a la unión europea se desarrolla sobre la base de la nueva fuerza productiva que socialización e informatización de la producción permiten a las multitudes europeas." 7 Sin embargo, la informatización de la producción no es una "singularidad" europea, sino que abarca dimensión mundial, y particularmente en la costa oeste de los EEUU y en... Texas es donde hay una enorme concentración de empresas de informática. ¿Es que Seattle queda en Alemania? ¿Es que Total Final Elf tiene su sede central en Texas? ¿No hay siderurgia en Alemania y Francia? ¿El capitalismo informatizado representa una ventaja en el nivel de explotación de los trabajadores y de opresión del "Tercer Mundo"? Bajo una serie de argumentos sin sustento en la realidad Toni Negri toma parte abiertamente por el capital franco-alemán. Quien en los años '60, había analizado en forma aguda a la clase obrera italiana y previsto la explosión del '69, hoy usa amalgamas para hacer propaganda antiamericana y pro europea. Es particularmente grave en el momento en que empiezan a verse las primeras fallas en la arquitectura mundial imperialista, la toma de posición de Negri a favor del eje franco-alemán en la pelea por la hegemonía en el mundo. Si bien termina diciendo que es una elección táctica ("Subrayar que también algunas de las aristocracias globales -la alemana y la francesa, por ejemplo, pero también probablemente la rusa y la china- se alineen hoy con quien lucha por la democracia, representa sólo una positiva condición táctica"), las frases precedentes utilizadas para determinar su posición, dejan ver que la suya es una elección estratégica. No se puede decir que esta toma de posición pro europea sea una "desviación" de Negri, ya que podemos encontrar los mismos argumentos entre otros textos autonomistas. La principal revista autonomista de Francia, Multitudes, en su artículo "Europa agujero negro" de Yann Moulier Boutang dice "Las circunstancias mundiales exigen una línea claramente alternativa a la gestión bushiana del mundo. Reclaman que esa gestión la lleve adelante la UE que se sitúa más allá de los nacionalismos." 8 Y más adelante retoma la tesis de Derrida que sostiene que el 15 de febrero fue un día fundacional para la identidad europea "Sólo la expresión de las multitudes esboza el pueblo europeo que hoy por hoy no se puede encontrar." 9 El discurso del Imperio es retomado también por la dirección de Rifondazione Comunista (votado en el último congreso) que niega el carácter imperialista de las potencias europeas (y más especialmente el de su propio país, Italia) llegando a llamar a Berlusconi "vasallo" de Bush en la tapa de Liberazione del 1º de julio, como si Italia fuera un país colonizado. Al igual que los movimientistas más "puros", RC nunca desarrolló una lucha en el camino de la huelga general contra la guerra. Su programa pro europeísta se revela cuando quienes eran contrarios a la guerra "con o sin ONU", son favorables a la "paz con la ONU", o sea a la entrada de los "Cascos Azules" una vez que los norteamericanos entraron en Bagdad. La pugna "ONU contra EEUU" impulsada por RC, reproduce la lógica de Chirac de intervención imperialista a través de la "comunidad internacional", o sea, con el acuerdo de las potencias europeas.
En el marco de la crisis de las relaciones entre EEUU y Europa, las tesis autonomistas se han revelado como un soporte a las ideas del europeísmo. Los partidos y grupos que reivindican estas ideas han actuado como sostenedores del imperialismo europeo.


El ala izquierda del Foro

 

Dentro del FSM tienen una gran importancia los grupos que se reivindican trotskistas. Figuras intelectuales y políticas como Callinicos (SWP), o Krivine y Bensaïd (LCR), son escuchados más allá de las fronteras de sus propios países. En su nuevo libro, Le nouvel internationalisme (El nuevo internacionalismo), Daniel Bensaïd reflexiona sobre la relación existente entre el FSM y las luchas presentes y futuras, y la relación de los EEUU con el mundo en general y Europa en particular. El ve en el FSM el nuevo punto de reagrupamiento y convergencia para relanzar el movimiento social a escala global, definiendo "Porto Alegre, capital mundial de la resistencia a la globalización mercantil y al militarismo imperial." 10 La ligazón entre el 15 de febrero y el Foro lo entusiasma y ve en ello una perspectiva: "El espíritu de Porto Alegre descendió por las calles. ¿Una "Internacional sin nombre"? ¿Una forma emergente, donde no conocemos (todavía) los contornos?" 11 Y aún más "De Seattle a Porto Alegre, bajo la Internacional de las resistencias emerge una Internacional de las alternativas a la guerra imperial, a la privatización del mundo, a la mundialización mercantil (...) La Internacional por venir será en una cierta medida, por su extensión geográfica y por la diversidad de sus componentes, la Primera Internacional efectiva, al decir de Michaël Lowy. Ella inventará formas inéditas sin abolir, por tanto, la memoria de las experiencias pasadas, y ella será su desembocadura y su heredera." 12 Esa es la visión de Daniel Bensaïd sobre el rol actual y el futuro del FSM.
Si bien sabemos que la LCR, sección francesa del SU, tiene diferentes corrientes internas, la ideología elaborada por Bensaïd, pensamos que representa una base teórica de la práctica que lleva adelante la LCR, y por eso polemizaremos con sus ideas.


a- FSM, ¿La nueva Internacional?

En primer lugar, ¿es el FSM la continuidad, o está dentro de él la continuidad de las Internacionales revolucionarias? La primera Internacional nace para agrupar a la clase obrera para enfrentar a los patrones y sus estados con el Manifiesto Comunista como programa. El FSM, agrupa, entre otros, al reformismo socialdemócrata (fundamentalmente a través del PS francés, la DS italiana y las centrales sindicales que las siguen en toda europa, y con el PT brasileño), a los viejos partidos stalinistas o neocomunistas latinoamericanos y europeos fundamentalmente. A estos hay que añadirle los partidos Verdes, y otros pequeños grupos burgueses (como el MDC de Chevenement en Francia) o alas de las iglesias cristianas. El FSM no impulsa la independencia de clase de los trabajadores de la burguesía como sí lo hacía la I Internacional.
Pero Bensaïd insiste en que estos grupos estuvieron relegados a roles menores, sin importancia (como el Foro de los intendentes, por ejemplo). Sabemos el peso estructural que aún conservan estos viejos partidos en los sindicatos (por ejemplo en la CGIL, la CGT francesa, CCOO y la UGT en España, etc). Bensaïd nos aclara que en el FSM "la participación sindical es significativa, (...) ella está marcada por la CISL (Confederación Internacional de Sindicatos Libres), la CMT o la Confederación Europea de los Sindicatos" (...) "los sindicatos son, de lejos, el movimiento social más masivo [en el FSM] con un total de 160 millones de miembros." 13 Entonces, ¿porqué no se llamó a una huelga general contra la guerra? Las direcciones capaces de convocarla integraban el foro. En países como Inglaterra, Italia o España, la voluntad de luchar contra la guerra fue muy evidente, así como la participación obrera en las marchas. Si no existió tal huelga en ninguno de estos países es porque ninguna de estas direcciones la quiso llamar y no había otras capaces de hacerlo. ¿Estas centrales sindicales internacionales (y sus secciones nacionales) son parte de la "Internacional de las alternativas a la guerra imperial"? Nosotros creemos que, por el contrario, se trata de burocracias sindicales muy ligadas a sus patronales y a los partidos reformistas como lo han demostrado en los últimos 70 años por lo menos. Si la Nueva Internacional de las Resistencias "inventará formas inéditas sin abolir, por tanto, la memoria de las experiencias pasadas, y ella será su desembocadura y su heredera", ¿qué pasa con la socialdemocracia y el stalinismo, con la colaboración de clases organizada en partidos y sindicatos reformistas? Nosotros pensamos que "la memoria de las experiencias pasadas" incluye sacar las lecciones de la colaboración de clases y el patriotismo proimperialista, razones centrales de las rupturas con la socialdemocracia y el stalinismo. ¿Es que los viejos sindicatos (que sostuvieron y sostienen a los gobiernos europeos) más las "nuevas organizaciones" reformistas (como ATTAC) son una continuidad del internacionalismo revolucionario? La alianza estratégica que el SU (y todas las corrientes que se reivindican revolucionarias dentro del FSM) establece en el FSM, tiene como objetivo cubrir el flanco izquierdo del movimiento de masas, y sostenerse "al costado" de los aparatos reformistas sin combatirlos. El FSM está muy lejos de ser una nueva Internacional revolucionaria, ni siquiera un reagrupamiento progresivo, en los hechos termina por actuar como ala izquierda del imperialismo europeo.
Aun los más de izquierda dentro del FSM, como el SWP inglés, se limitaron a luchar para que las manifestaciones sean lo más grandes posibles, pero sin luchar por un programa alternativo al de la socialdemocracia o a los europeístas. Dijo Callinicos, el principal dirigente del SWP "La potencialidad de lo que podemos hacer está demostrado en Florencia, si nosotros (el ala radical) no hubiésemos peleado contra la derecha del movimiento (ATTAC) no hubiese salido la propuesta de la marcha, por eso, para quienes nos dicen que hacemos concesiones a la derecha, les decimos que no es así, que si nosotros no hubiésemos dado esa batalla, no hubiésemos visto las multitudinarias marchas contra la guerra. Pero esa izquierda va a ser más amplia que la izquierda tradicional marxista, hay que hacer un movimiento amplio, para dentro del mismo organizar a los socialistas revolucionarios en cada frente del movimiento, eso es lo que hicimos hasta ahora y lo que haremos en los próximos foros" (Marxism today, 2003). Con un discurso más de izquierda que Bensaïd (reconoce un "ala derecha" en el FSM), Callinicos apunta sustancialmente a lo mismo que la LCR. Se ocupa de desarrollar los Foros sociales ("más amplios que la izquierda marxista" ) y renuncia a la lucha para que los "socialistas revolucionarios" dirijan el movimiento, le peleen la dirección a los reformistas, y le den un cauce, precisamente, revolucionario.


b- La LCR y el imperialismo europeo

En relación a la Unión Europea Bensaïd dice: "Ella representa muy bien un imperialismo, aliado ciertamente [a los EEUU], pero potencialmente competidor." 14 Y viendo a la UE desde el punto de vista militar dice: "O la Unión Europea queda para ellos [los EEUU] como una potencia aliada y subalterna en el seno de la OTAN, y los acompaña con el ceño fruncido en sus nuevas aventuras imperiales, en el Golfo, en los Balcanes, en Afganistán o donde sea. O ella se lanza por su propia cuenta en la carrera hacia la mundialización armada." 15 Finalmente desde el punto de vista económico dice que "La aceleración planetaria de la globalización se traduce en una concentración y una centralización multinacionales del capital (las fusiones entre las empresas europeas y americanas o japonesas), son inmediatamente opuestas a una concentración y centralización en manos europeas; los espacios de integración se superponen y se imbrican, hipotecando la formación de una clase dominante propiamente europea." 16 Esta es la visión de la UE en el mundo.
Es cierto que los resononantes ejemplos de la fusión entre la Dailmer Benz alemana y la Chrysler norteamericana o la Renault francesa y la Nissan japonesa , entre otros, muestran el avance de tendencia a la mundialización del capital entre los tres polos de la tríada imperialista. Sin embargo, la tendencia predominante es el avance de las fusiones o centralización del capital a nivel regional, que es la fuerza estructural que esta detrás, a pesar de las enormes contradicciones nacionales, del proyecto de construcción europea y su intento de acelerar su construcción política y -aunque mucho más inicialmente- en el terreno militar.
Contrariamente a lo que dice el desusado discurso globalizador, frente a la actual crisis de la economía mundial en curso los Estados imperialistas juegan un rol cada vez más fuerte en el mercado internacional. Esto puede apreciarse abiertamente en la intervención del Estado en el salvataje de las grandes empresas en crisis, entre las que se destacan la intervención del gobierno de Schroeder con la ayuda de Francia en Mobilkom (el coloso telefónico) y la compra del 30% de las acciones de Alstrom (produce los trenes TGV y tiene presencia en más de 30 países) por parte del Estado francés.17 Lo mismo sucede al otro lado del Atlántico (EEUU) o en Japón. Al contrario de las recomendaciones que los organismos multilaterales de créditos como el FMI y el Banco Mundial dan a los países semicoloniales alentando la bancarrota de muchas de sus empresas, en los países imperialistas en general, y en Europa en particular, los Estados burgueses defienden sus empresas económica y políticamente en la lucha por el mercado mundial. En este marco, la principal contribución de los Estados imperialistas a esta dura lucha competitiva es el avance en la integración regional (económica en primer lugar, que se continúa de forma política y militar), del que el ejemplo más notorio y avanzado, a pesar de los enormes obstáculos por delante, es justamente la Unión Europea. El razonamiento que niega esta realidad oscurece las razones de la actuación de las potencias europeas en el mundo, lo que deja abiertas enormes ambigüedades en el terreno de la práctica política.
Así en un artículo de Catherine Samary (dirigente de la LCR) en Rouge: "La "soberanía" popular debe expresarse a todos los niveles donde se imponen nuevos derechos o son puestos en cuestión los viejos derechos: desde lo nacional a lo planetario, pasando por la escala europea. Esto es lo que la población europea, los movimientos sindicales, asociativos, feministas, la nueva izquierda que se debe construir a escala europea, podrían exigir de la "convención" sobre el futuro de la Unión. Que éste sea abierto y transparente, y que les dé a las poblaciones y a los parlamentos elegidos todos los medios y los tiempos de un vasto debate social" ("Sommet Européen de Laeken, Poker Menteur"). Como vemos, ellos diluyen el carácter de alianza imperialista de la Unión Europea, y tienen expectativas en que se le puede "exigir" mejoras a la ultraburocrática Convención que prepara la nueva constitución europea, dándole mayor importancia a los "parlamentos elegidos" de cada país. Si Francia es considerado un país imperialista, en el contexto de una Europa unida y "social" ("que se pueda abrir al este y al sur" como dice Samary) perdería su carácter imperial. La LCR, que en el 2º turno de las presidenciales votó a Chirac, y antes de la guerra llamó a Chirac a poner su veto en la ONU (cosa que finalmente anunció el presidente francés), hoy plantea presionar a la reaccionaria convención constituyente europea presidida por otro derechista francés como Giscard D'Estaing, para que se "abra" hacia los "parlamentos elegidos" como garantía democrática.
La LCR considera a la UE como una "entidad reformable". La ecléctica definición de imperialismo y su aplicación por cuanto concierne a los países europeos, que en los hechos niega que sean imperialistas, lo hace estar en el FSM al costado de los sirvientes de los imperialistas europeos.


Una nueva generación

 

El resultado más positivo de las manifestaciones antiguerra es la entrada a la vida política de una nueva generación de jóvenes y trabajadores. Pese a la influencia de los aparatos pro europeos, dentro de las manifestaciones se vieron solamente en forma aislada expresiones de chauvinismo. El carácter mundial de las movilizaciones (y que se hayan desarrollado también en los EEUU) le dio un carácter internacionalista, pese a los límites no superados del pacifismo. El hecho de que la guerra no haya sido detenida produjo desilusión, pero también una reflexión en el sentido de cuál es la salida contra las tendencias (naturales) belicistas de los imperialismos. La crisis del gobierno inglés actual, más las dificultades que encuentran los invasores en Irak, pueden ver al movimiento otra vez en marcha, y es de primordial importancia sacar las conclusiones de las luchas llevadas adelante. La lucha contra la guerra para llevarla hasta el final debe ser una lucha contra el imperialismo. Y la lucha contra el imperialismo es tanto contra los gobiernos norteamericano e inglés, como francés y alemán, así como los gobiernos sirvientes de las semicolonias. Para eliminar las causas de la guerra se debe abrir un nuevo frente de guerra: el "frente social" encabezado por la clase obrera, liderando a los oprimidos. Que entrelace las luchas obreras y sociales cotidianas con las luchas contra el imperialismo y la guerra.
Esta nueva generación europea, tiene la ventaja de que el stalinismo está en una enorme decadencia y la socialdemocracia en una lenta agonía, y no podrán jugar como en el pasado el rol reaccionario de desviar y aplastar eventuales procesos revolucionarios sostenidos en su "prestigio". Por otro lado, la juventud europea, tiene la ventaja (a diferencia de los jóvenes sudamericanos) de convivir con la generación del '68 y aprender de ella, que no fue exterminada por dictaduras sangrientas como en las semicolonias. También tiene la inexperiencia de no haber pasado por situaciones revolucionarias, y carga en sus espaldas la desconfianza en las ideas del marxismo de parte de las grandes masas, producto de más de '60 años de deformación stalinista y de su innoble fin. El rol de los revolucionarios es el de sacar las lecciones de las luchas de hoy, comparadas con las de ayer, y formar una nueva generación de marxistas revolucionarios que puedan intervenir en forma decisiva en las luchas por venir.


NOTAS

1 Jürgen Habermas y Jacques Derrida, Europa a la búsqueda de su identidad perdida.
2 El 8 de agosto se realizó un gran mitin "antiglobal" con más de 200.000 personas encabezadas por José Bové en Larzac, que se centró en la condena a la OMC, y no se habló de... Irak! Su centro era la defensa de la "agricultura biológica", especialidad europea y particularmente francesa.
3 Todos ellos pertenecen a la Izquierda Anticapitalista Europea, que organizó un congreso el 9 y 10 de junio en Atenas. Actúan en común en el Parlamento Europeo y por lo general en la lucha de clases.
4 Lutte Ouvrière y el PT, igualmente tuvieron una política similar a la LCR, negándose a levantar como programa el triunfo de Irak.
5 Toni Negri, El continente de la democracia absoluta.
6 Idem 5.
7 Idem 5.
8 Multitudes, N° 11, invierno (boreal) 2003.
9 Idem 8.
10 Le Nouvel Internationalisme, pág. 7.
11 Idem, pág. 184.
12 Idem, pág. 44.
13 Idem, pág. 31.
14 Idem, pág. 85.
15 Idem 14.
16 Idem 14.
17 Ver artículo "El gran retorno del Estado-patrón" del diario italiano La Repubblica, reproducido (en español) en nuestro sitio web Panorama Internacional (www.ft.org.ar).

 

   

 

   
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